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La retirada de la mayor parte de las tropas extranjeras de Afganistán, la guerra en Siria y los conflictos internos en países africanos con estados débiles centrarán la atención internacional en 2014.

La Guardia Costera griega ha interceptado en el mar una embarcación con casi cien personas procedentes de Siria y Afganistán. Entre ellos hay mujeres embarazadas. Un barco de pesca ha escoltado el barco, que navegaba con dificultades, hasta el pequeño puerto de Pylos, en el oeste del pàís. Todos se encuentran en buen estado. Tres personas han sido detenidas con cargos de tráfico ilegal.

En Afganistán, ya se ha iniciado la cuenta atrás para la salida de las tropas internacionales. A la ONU también le preocupa lo que quedará atrás: un país con unos Derechos Humanos en retroceso. Además de la precaria situación de la mujer, inquieta el aumento de la esclavitud sexual y de la prostitución infantil. Hay niños a los que visten de niñas para que bailen ante los hombres. A menudo, son víctimas de abuso sexual, utilizados como símbolo de poder por los señores de la guerra. El gobierno afgano se plantea prohibir esta práctica pedofilia tolerada durante siglos en nombre de la tradición y la cultura.

En Afganistán, la Loya Jirga, la asamblea tradicional que reúne a los jefes tribales y a las autoridades locales, ha aprobado la firma de un tratado de seguridad con Estados Unidos. Permitirá prolongar la presencia de tropas americanas en el país después del año que viene.

Según Susan Rice, consejera de Seguridad norteamericana, "no hay necesidad de que EE.UU se disculpe con Afganistán". Desde la presidencia afgana se ha afirmado que el acuerdo que regulará la presencia militar estadounidense en Afganistán a partir de 2014, incluye la condición de que el presidente Barack Obama envíe una carta reconociendo los "errores" cometidos tras la intervención en 2001 y los daños a la población civil.

Niñas disfrazadas de chicos por sus padres, bacha posh en dari. En Afganistán, una sociedad extremadamente patriarcal, nacer niña es una carga. Ir vestidas como un niño es una forma de escapar a esa condición. Se hacen pasar por chicos para poder trabajar, estudiar, divertirse, vivir... Este documental acompaña a cuatro de ellas, Shabina, Mariam, Jack y Naheed, en su día a día.

El programa afgano de destrucción masiva de los cultivos de amapola, planta de la que se extrae el opio, ha tenido un efecto colateral drástico entre los campesinos a los que los traficantes prestaron dinero para poner en marcha los cultivos. Sin campo y sin dinero para saldar las deudas, usan a sus hijas como moneda de cambio. Niñas de apenas 6 años son vendidas como esclavas sexuales para salvar a sus padres.

Esta semana las tropas españolas han terminado la parte más importante de su misión en Afganistán. Los soldados españoles han salido de Badghis, la provincia que la ONU les encargó para su reconstrucción. (FE DE ERRATAS: la investigadora Clare Castillejo pertenece a la empresa Fride, y no a Frade como reza el rótulo).