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Puerto Hurraco: 20 años del crimen

  • La tragedia se saldó con 9 muertos y una condena de casi 700 años de cárcel 
  • Los dos hermanos responsables de los asesinatos ya han fallecido
  • La historia fue llevada al cine en 2004 bajo la dirección de Carlos Saura

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Hora cero - Puerto Hurraco: Dos familias enfrentadas

El 26 de agosto de 1990 se produjo en Puerto Hurraco (Badajoz) uno de los crímenes más sangrientos e impactantes de la historia reciente de España. Tuvo como resultado nueve vecinos muertos -dos de ellos niños- a manos de Antonio y Emilio Izquierdo, hermanos de 53 y 58 años respectivamente.

Un acto de venganza

Antes de salir de su casa, situada en la localidad vecina de Monterrubios, los hermanos Izquierdo se despidieron con una frase: "Vamos a cazar tórtolas". Su objetivo era vengar a tiros de escopeta la muerte de su madre, fallecida en 1984 en un incendio del cual culpaban a la familia Cabanillas. Desde entonces, existía un gran odio entre las dos familias, aunque las rencillas venían de años antes debido a disputas por las tierras. Sin embargo, aquel domingo los disparos acabaron dirigiéndose hacia todo aquel que se cruzara con ellos, independientemente de cuál fuera su apellido.

Era un caluroso día de verano en el que niños y mayores deambulaban despreocupados por las calles de la pequeña aldea de Puerto Hurraco, a 105 kilómetros de Mérida. Nadie se imaginaba que horas más tarde llorarían la muerte de nueve personas. La sed de venganza de Antonio y Emilio se cobró la vida de dos niñas, Antonia y Encarna Cabanillas, de 14 y 12 años respectivamente. Llegaron, incluso, a disparar contra miembros de la Guardia Civil que se personaron en el lugar tras el aviso de los vecinos.

Sus hermanas, Ángela y Luciana Izquierdo, fueron consideradas como las verdaderas inductoras de los hechos, pero, finalmente, fueron absueltas en el juicio al no encontrarse pruebas contra ellas. Ambas acabaron sus días en un hospital psiquiátrico de Badajoz en 2005.

La detención de los hermanos

Los autores, detenidos a la mañana siguiente después de haber huido al monte, fueron condenados a un total de 684 años de cárcel por nueve crímenes consumados y seis en grado de frustración. No mostraron ningún tipo de arrepentimiento.

Ambos compartieron calabozo en la cárcel y se mostraron siempre muy esquivos con los demás reclusos. Emilio, que padecía problemas de corazón, murió en 2006 a los 72 años en su celda por causas naturales. El círculo se cerró el pasado 26 de abril con la muerte de su hermano Antonio, que se ahorcó en la enfermería de la cárcel de Badajoz., lugar al que había sido trasladado momentáneamente por su débil salud. Ese mismo día hubiera sido puesto en libertad de no habérsele aplicado la "doctrina Parot", que le obligaba a permanecer otros cinco años ingresado en prisión.

Instituciones Penitenciarias tuvo que hacerse cargo de los gastos del sepelio, puesto que nadie reclamó el cuerpo de Antonio. Éste fue despedido únicamente por los empleados del cementerio y un grupo de periodistas.

El retrato de Puerto Hurraco

El traumático episodio de Puerto Hurraco, que causó gran conmoción en la sociedad española, fue llevado a la gran pantalla en 2004 por Carlos Saura, bajo el título de 'El séptimo día'. La producción corrió a cargo de Andrés Vicente Gómez. Contó con el guión del novelista Ray Loriga, inspirado en los hechos, y en su reparto figuran nombres como los de Victoria Abril en el papel de Luciana, Juan Luis Gómez como Emilo Juan Diego, que dio vida a Antonio. La mayor parte del rodaje de la película, que contó con un presupuesto de algo más de tres millones de euros, fue llevado a cabo en la localidad segoviana de Vega de Matute.

El filme es una recreación libre del suceso que, a traves de una trama ficticia, narra los acontecimientos ocurridos en Puerto Hurraco a través de los ojos de una niña. Pero en ningún momento aparece el nombre del pueblo ni el de ninguno de sus protagonistas reales.

'El séptimo día' sigue la línea de películas de Saura tan realistas como 'Deprisa, deprisa', 'La caza', 'Taxi' o 'Dispara'. Además,  fue objeto de polémica y desagrado dentro del Gobierno extremeño, pues consideraban que realizar un largometraje sobre el trágico crimen de Puerto Hurraco era hurgar en una herida aún abierta. La productora, Lola Films, fue incluso demandada en un intento fallido de paralizar el rodaje.