Judith Jáuregui debuta con la ONE en el aniversario de la Biblioteca Nacional
- Jáuregui recupera piezas de Rodríguez Albert
- Gallardo del Rey interpreta el Concierto de Aranjuez
- Salvador Brotons dirige a la ONE y estrena su obra Ceremonial
- En programa, partituras de la BNE
- Concierto extraordinario en el Auditorio Nacional de Música
La Orquesta y Coro Nacionales de España celebran un concierto extraordinario para conmemorar el Tricentenario de la Biblioteca Nacional de España. Este viernes día 30 de marzo a las 19:30 horas, en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional de Música de Madrid, se recibe al maestro Salvador Brotons para dirigir el estreno absoluto de una obra de su propia autoría, Ceremonial Op. 125. Una de las piedras angulares del programa es el Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo para lo cual se reclama la presencia del guitarrista José María Gallardo del Rey.
Y el otro pilar sobre el que reposa este concierto conmemorativo dedicado a los tres siglos de historia de la Biblioteca Nacional de España (BNE) son las Cinco Piezas para pequeña orquesta y piano de Rafael Rodríguez Albert. Y en el teclado, se sentará uno de los valores emergentes del piano español: Judith Jáuregui, quien nos visita en directo en Redacción de Radio Clásica.
Cinco piezas de Rodríguez Albert
La pianista donostiarra se siente muy orgullosa de haber sido elegida como solista en un concierto conmemorativo que coincide con su primera colaboración junto a la Orquesta Nacional de España y además, recuperando unas partituras tan valiosas como desconocidas dentro del repertorio español. Las Cinco piezas para pequeña orquesta y piano están firmadas en 1928 por el músico alicantino Rafael Rodríguez Albert (1902-1979), distinguido en dos ocasiones con el Premio Nacional de Música. Para la interpretación de estas piezas, Judith Jáuregui ha trabajado directamente con los manuscritos procedentes del archivo personal del compositor que se custodia en el Departamento de Música de la BNE.
Música para la poesía de Machado
Judith acaba de llegar a Madrid procedente de su ciudad natal, San Sebastián en cuyo Auditorio Kursaal se presentó el pasado sábado de la mano del actor José Sacristán, con quien colabora en un espectáculo muy singular titulado “De los días azules…”, dedicado a Antonio Machado. Con recitales de música y poesía como éste, Jáuregui apuesta por abrir su piano al ámbito de la expresión artística y multidisciplinar, sin limitarse al formato tradicional reservado a los concertistas.
Schumann: el arte de lo pequeño
En los últimos meses, Judith Jáuregui ha estado inmersa en la promoción de su último trabajo discográfico consagrado a Robert Schumann y que se titula como El arte de lo pequeño, aludiendo a la capacidad del compositor alemán para elaborar miniaturas como si fuera un encaje de bolillos. No obstante, el título resume también una consigna vital para Judith, una artista muy perfeccionista y amante de los pequeños detalles que construyen la vida cotidiana. Judith se siente muy identificada con Schumann y comparte sus palabras cuando afirma lo siguiente: «Todo lo hermoso resulta difícil y lo breve es lo más difícil».
Jáuregui: una sonrisa al piano
Nacida en San Sebastián en 1985, Judith Jáuregui debutó en recital con tan sólo 11 años, apenas un año después comenzaría a presentarse como solista, junto a diversas orquestas como la Joven Orquesta del Estado de Hessen (Alemania) o la Orquesta Sinfónica de Castilla y León. Siendo una adolescente, se graduó con el Premio de Honor de Fin de Carrera en el Conservatorio de su ciudad natal, en la cátedra de Cristina Navajas y tras ampliar su formación con Claudio Martinez-Mehner el Conservatorio de Salamanca, formó parte del reducido grupo de artistas seleccionados para perfeccionar su técnica con el gran maestro ruso Vadim Suchanov en el Conservatorio Richard Strauss de Múnich.
Ganadora de numerosos galardones internacionales, como el Premio Ciudad de Albacete, el Infanta Cristina, el Ciudad de San Sebastián y el de Juventudes Musicales, Judith Jáuregui ha sido recibida exitosamente en los más prestigiosos festivales como la Quincena Musical de San Sebastián, el Festival Musika-Música de Bilbao, Festival Internacional de Música Castell de Peralada, Festival Internacional de Música y Danza de Granada o el Festival Internacional de Piano de La Roque d'Antheron.
Para ilustrar la entrevista, Judith comparte con nosotros audiciones de algunos de sus compositores preferidos: Robert Schumann, Frederic Mompou y Claude Debussy. Romanticismo, impresionismo y repertorio español, configuran las líneas que marcan los intereses del repertorio que se trae entre manos.
Jáuregui ha grabado para medios de comunicación especializados como Radio Clásica de Radio Nacional de España o France Musique de Radio France. Y en su discografía, Judith Jáuregui cuenta un monográfico en solitario dedicado a Schumann y varias grabaciones colectivas donde comparte protagonismo con otros jóvenes pianistas españoles. Entre sus proyectos inmediatos, Judith nos adelanta que cruzará el Atlántico para representar a España en un encuentro con el Sistema de Orquestas Juveniles de Venezuela y además, próximamente grabará un homenaje a la desparecida Alicia de Larrocha, a quien admira profundamente por su calidad artística y humana.
Aunque actualmente el piano es su “pareja de hecho”, su relación con la música comenzó con el violín. Siendo una niña de apenas 5 años de edad, una profesora inoportuna estuvo a punto de quitarle las ganas de seguir estudiando música. Sin embargo, la pequeña Judith se empeñó y encontró en el piano un nuevo horizonte de juego y disfrute. «Es muy importante contar con el apoyo de la familia y dar con un profesor que te contagie el amor por la música en sí misma, el disfrute de tocar y de pasar un buen rato con el público», explica Judith a la hora de recordar sus comienzos en la música.
«Hay que ponerle vaqueros a la música clásica»
«El piano saca a relucir lo que eres», afirma rotunda Judith quien cree que el teclado es un espejo al desnudo donde se refleja las grandezas y miserias de cada intérprete. A pesar del reconocimiento del público y de la crítica, Judith nos advierte que desde que tiene 12 años de edad sabe que «son más peligrosos los elogios que las críticas», porque la vanidad alimenta el ego e impide crecer como artista y persona.
Otro de los valores que alumbran su ideario es recortar la distancia entre la música académica y la vida cultural, buscando la fusión de nuevos públicos procedentes de otras artes: «Hay que ponerle vaqueros a la música clásica», advierte Judith quien representa a una generación de intérpretes que rompen con el elitismo y apuestan por desacralizar el concierto en favor de la comunicación directa, sin etiquetas ni prejuicios.
Judith Jáuregui es todo un ejemplo de cómo ser concertista sin renunciar al mundo de hoy ni encerrarse en una torre de marfil. Usuaria activa de las nuevas tecnologías, Judith disfruta interactuando con su público a través de las redes sociales, tecleando en su portátil entre un ensayo y otro.
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