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Unión Europea

Los líderes de la Unión Europea aplazan al martes el reparto de cargos ante la incapacidad de cerrar un acuerdo

  • La negociación arrancó el domingo y, casi 20 horas después, Donald Tusk ha suspendido la cumbre extraordinaria

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Los líderes europeos aplazan la renovación de los altos cargos de la UE por el bloqueo

El reparto de cargos en la Unión Europea ha encallado definitivamente este lunes ante la incapacidad de las distintas familias de cerrar un acuerdo de consenso: después de casi 20 horas de negociaciones, con reuniones bilaterales que han mantenido en vela a los líderes durante toda la madrugada, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha decidido suspender hasta el martes la cumbre extraordinaria en la que debía fraguarse el pacto, sin que se hayan podido salvar escollos como las reticencias de los populares para que el socialdemócrta holandés Frans Timmermans ocupe la presidencia de la Comisión Europea, el cargo más relevante.

La decisión de Tusk constata la complejidad del reparto de puestos en una legislatura en la que, por primera vez desde que se celebran elecciones europeas, populares y socialistas no suman la mayoría en el Parlamento Europeo, lo que incorpora al juego de alianzas nuevas formaciones como los liberales. Tres cumbres de líderes no han sido suficientes para sellar un pacto, pese a que los líderes se habían conjurado para tener los nombres antes de este martes, cuando se constituye la Eurocámara, dado que su presidente se elige el miércoles.

"Es increíblemente complicado", ha reconocido el primer ministro holandés, Mark Rutte, al salir de la reunión. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha hablado directamente de "fracaso" y de "mala imagen", aunque se ha dicho confiado en que los líderes sean capaces de variar sus posiciones y dar con una "solución nueva" este martes.

"Hemos terminado esta jornada con lo que se puede llamar un fracaso porque no se ha logrado ningún resultado y es una mala imagen la que hemos dado", ha explicado Macron, antes de argumentar que "este fracaso es el de la división. De un lado, política en el seno del Partido Popular Europeo [...] y, por otro lado, una división geográfica también en el seno del Consejo".

Y eso a pesar de que, en las últimas horas, parecía que se avanzaba hacia una solución, siempre con Timmermans como candidato a presidir la Comisión Europea, en lo que significaría una nueva era en las instituciones comunitarias, al poner fin a tres lustros de dominio del centro derecha en el principal órgano ejecutivo de la Unión Europea. Así lo habían acordado previamente, en la reunión del G20 en Japón, los líderes de las principales familias: el francés Emmanuel Macron, por los liberales; el español Pedro Sánchez, por los socialdemócratas; y la alemana Angela Merkel, por los populares, además del holandés Mark Rutte.

La reticencia del Partido Popular Europeo a apoyar a Timmermans entorpece el reparto de altos cargos de la UE

Un bloqueo recurrente

Sin embargo, esa propuesta ha provocado la reacción del resto de líderes del Partido Popular Europeo contra Merkel, al considerar excesiva la cesión del puesto más poderoso de la arquitectura institucional europea cuando son el grupo mayoritario en el Parlamento Europeo. Asimismo, Hungría y Polonia se han revuelto contra el mposible nombramiento de Timmermans, que como vicepresidente de la Comisión Europea ha impulsado los procedimientos contra las políticas ultranacionalistas de sus gobiernos por vulnerar los principios democráticos de la Unión.

Esas reticencias han provocado un bloqueo que obligó a Tusk a suspender la cumbre a última hora del domingo, para abrir una nueva ronda de reuniones bilaterales que se ha prolongado durante toda la madrugada. Y a primera hora del lunes, ha reunido otra vez a los líderes para presentarles una nueva propuesta que, según fuentes diplomáticas, mantenía a Timmermans como jefe del Ejecutivo comunitario.

En ese diseño, la presidencia del Consejo Europeo -la institución que representa a los líderes de los Estados miembros- recaía en la excomisaria europea y directora ejecutiva del Banco Mundial Kristalina Georgieva, del Partido Popular Europeo. A su vez, el puesto de alto representante de la Política Exterior de la Unión Europea quedaría en manos de los liberales, con dos candidatos: el primer ministro en funciones belga, Charles Michel, y la comisaria de Competencia, la danesa Margrethe Vestager, que también se perfilaba como vicepresidenta primera de la Comisión.

En cuanto al Parlamento Europeo, se reservaba para el alemán Manfred Weber, candidato principal del PPE a las elecciones europeas, aunque con la posibilidad de alternarse con el eurodiputado liberal Guy Verhofstadt, ya que tradicionalmente la presidencia de la Eurocámara, que dura cinco años, se reparte entre dos candidatos, cada uno por un periodo de dos años y medio.

Pese a que ese nuevo reparto elevaba el peso de la familia popular respecto a la primera propuesta promovida por Francia, España, Países Bajos y Alemania, tampoco ha conseguido salir adelante. "Llegamos a un acuerdo con el Partido Liberal, llegamos a un acuerdo también con parte del Partido Popular Europeo, pero desgraciadamente ese acuerdo no ha sido respetado por el Partido Popular Europeo", ha recalcado Pedro Sánchez, antes de que Merkel apostillara: "Ya no hay compromiso de Osaka".

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A la búsqueda del consenso

Por el momento, el primer ministro búlgaro, Boiko Borísov, ha asegurado que Kristalina Georgieva ya no está entre las opciones, lo que eliminaría a la única mujer que estaba sobre la mesa, rompiendo otro de los equilibrios exigidos. Porque el objetivo es alcanzar un acuerdo que tenga en cuenta criterios geográficos, ideológicos y de género, aunque, dada la fragmentación de la Eurocámara, el peso de las familias políticas está siendo más relevante que nunca.

Hasta el punto de que, por ejemplo, los líderes socialdemócratas, Pedro Sánchez y el portugués António Costa, han priorizado aupar a Timmermans hasta la presidencia de la Comisión Europea antes de promocionar a un candidato del sur de Europa, que no aparecen en ninguna de las quinielas.

Y además de los equilibrios políticos, los cargos deben ser ratificados por el Consejo Europeo, donde se requiere mayoría cualificada de al menos 21 países que representen como mínimo el 65 % de la población de la Unión Europea, y por el Parlamento Europeo, donde se necesita mayoría absoluta.

La cuestión ahora es si los líderes serán capaces de superar sus diferencias este martes o si la Unión Europea se sumirá en la parálisis, justo cuando debe afrontar varios retos fundamentales, desde la resolución del Brexit hasta el presupuesto del período 2021-2027, pasando por la guerra comercial entre Estados Unidos y China o la amenaza de Rusia.

En este sentido, el primer ministro croata, Andrej Plenković, ha asegurado al salir de la reunión que "todo está abierto" y ha resaltado que Timmermans no es el único candidato que está sobre la mesa para presidir la Comisión Europea. Pero Macron ha insistido en cerrar vías a nuevos nombres: "Sabemos quienes son los candidatos creíbles para los puestos europeos. Necesitamos encontrar una manera armoniosa para alcanzar el equilibrio geográfico y de género. No añadiremos nuevos nombres al proceso", ha apostillado.