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Europa aprobó el año pasado 35 nuevos medicamentos para el cáncer y enfermedades infecciosas, neurológicas e inmunológicas

  • Destacan dos nuevas terapias avanzadas, basadas en genes o células
  • También, cuatro nuevos fármacos destinados a pacientes pediátricos

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Sede de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), en Londres.
Sede de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), en Londres.

La Agencia Europea del Medicamento (EMA) aprobó en 2017 un total de 35 medicamentos, de los que 11 son tratamientos contra distintos tipos de cáncer, cinco se dirigen a pacientes con patologías neurológicas, cuatro están indicados para abordar patologías infecciosas y otros cuatro para el área terapéutica que engloba los trastornos del sistema inmune, las dolencias reumatológicas y los trasplantes.

Según ha informado Farmaindustria, el resto de áreas terapéuticas que se beneficiaron de nuevos medicamentos son endocrinología (3 nuevos tratamientos), urología y nefrología (2), hematología (2), dermatología (2), neumología y alergología (1) y hepatología y gastroenterología (1).

Dentro de este grupo de medicamentos innovadores destacan dos nuevas terapias avanzadas, basadas en genes o células. Una de ellas está indicada para el tratamiento de problemas del cartílago de la rodilla y la otra para pacientes de enfermedad de Crohn que padecen fístulas perianales.

De los 92 fármacos que la EMA ha recomendado autorizar en 2017, el 21% (19) están considerados por la EMA como medicamentos huérfanos,  al estar dirigidos al abordaje de patologías poco frecuentes, como la queratitis neurotrófica (una rara enfermedad ocular), un tipo de neuroblastoma o el síndrome carcinoide.

Pacientes pediátricos

Además, la EMA destaca en su informe la aprobación de cuatro nuevos medicamentos destinados a pacientes pediátricos. Dos de ellos están indicados para el tratamiento de dos patologías neurológicas, la lipofuscinosis neuronal ceroidea (una enfermedad rara y fatal para la que no había un medicamento hasta el momento) y la atrofia muscular espinal, que afecta a las neuronas motoras en el primer año de vida.

Los otros dos corresponden al área de endocrinología y están dirigidos a combatir la insuficiencia adrenal primaria, un trastorno hormonal que afecta a niños y adolescentes, y la hipofosfatemia ligada al cromosoma X, que se localiza en el esqueleto de niños y adolescentes en fase de crecimiento.