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Isolux, declarada en concurso voluntario de acreedores por un juez

  • La empresa había acordado pedirlo el pasado 4 de julio
  • Es una de las quiebras más importantes de la historia del país

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Oficinas de Isolux Corsán en Madrid
Oficinas de Isolux Corsán en Madrid.

El Juzgado de lo Mercantil número 1 de Madrid ha declarado al grupo de ingeniería y construcción Isolux en concurso voluntario de acreedores -algo que había acordado pedir la propia compañía el pasado 4 de julio- y ha nombrado administrador concursal único a Data Concursal, según ha publicado este martes el Boletín Oficial del Estado (ver .PDF).

Los acreedores dispondrán de un mes, a contar desde el 19 de julio, para poner en conocimiento de la administración concursal la existencia de sus créditos, que se hará de forma exclusiva en un enlace habilitado por Data Concursal y por vía telemática, y "no producirá efectos" la comunicación de créditos realizada directamente al juzgado.

La declaración, por auto con fecha de 12 de julio, afecta a siete empresas: Grupo Isolux Corsán, Corsán-Corviam Construcción, Isolux Ingeniería, GIC Concesiones, Isolux Corsán Servicios, Isolux Corsán Inmobiliaria e Isolux Energy Investments.

Las siete suman una plantilla de 1.992 trabajadores, de los que 1.108 corresponden a entidades con sede en España, incluidos 160 expatriados, y 888 a las afincadas en otros países. Según Isolux, la empresa está al día en el pago de las nóminas y en las obligaciones relacionadas con la Seguridad Social y el IRPF.

Al tratarse de un concurso voluntario, Isolux conservará las facultades de administración y disposición sobre su patrimonio, quedando sometido el ejercicio de éstas a la intervención de los Administradores concursales mediante su autorización o conformidad, precisa el BOE.

Unas de las mayores quiebras de la historia española

El pasado 4 de julio el consejo de administración del grupo de ingeniería y construcción acordó solicitar el concurso voluntario de acreedores con una deuda de 1.675 millones de euros (1.270 millones de deuda financiera -de los que 557 millones están asociados a la financiación de proyectos- y 405 millones de deuda a proveedores), un patrimonio neto negativo de 802 millones y con seis ofertas sobre la mesa por diversas unidades productivas de la compañía.

Posteriormente, la junta de accionistas aprobó el nombramiento de los nuevos administradores del grupo, que asumieron la gestión de la compañía tras la dimisión en bloque del consejo. La decisión del expresidente de la firma Nemesio Fernández-Cuesta y del resto del consejo se tomo para "facilitar la gestión de la nueva etapa".

Esta quiebra es la mayor de una compañía de construcción de los últimos años y una de las más importantes de la historia empresarial española junto a las de Martinsa FadesaAbengoaNueva Rumasa y Pescanova.