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Brasil profundiza su recesión en el segundo trimestre de 2016 con una caída interanual del PIB del 3,8%

  • En los últimos 12 meses, hasta junio, el PIB brasileño acumula una caída del 4,9%
  • El déficit fiscal primario hasta julio es el mayor para el período de la historia
  • Rousseff deja el país con los terceros peores resultados económicos desde 1889

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Una imagen de Jesucristo junto a un edificio en construcción en Sao Paolo
Una imagen de Jesucristo junto a un edificio en construcción en Sao Paolo.

Brasil profundiza su recesión en el segundo trimestre de 2016 después de que su producto interior bruto (PIB) se contrajera un 3,8% en comparación con el mismo período de 2015. Entre abril y junio, el PIB brasileño registró una caída del 0,6% en relación a los tres primeros meses de 2016, de acuerdo con los datos del estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE)

Además, el Banco Central ha confirmado que las cuentas públicas brasileñas acumularon en los siete primeros meses del año un déficit fiscal primario de 36.592 millones de reales (unos 10.150 millones de euros al cambio actual), el mayor para el período en la historia del país. Mientras que hace un año el Estado brasileño había acumulado un superávit primario de 6.204 millones de reales (1.721 millones de euros), que ya era entonces, pese a ser un saldo positivo, el peor resultado en las cuentas públicas brasileñas para el período.

Estas cifras suponen un nuevo golpe para un país sumido en una profunda crisis económica, agravada por la crisis política que ha derivado en la destitución de Dilma Rousseff de la presidencia y su sustitución por Michel Temer. Así, Rousseff deja el país con los terceros peores resultados económicos desde la instauración de la República, en 1889, y con una contracción del 3,16% prevista para este año.

La caída del año podría ser aún peor, si se tiene en cuenta que en los últimos doce meses, hasta junio pasado, el PIB brasileño acumula un retroceso del 4,9%, más de un punto porcentual por encima del resultado negativo del año pasado (-3,8%).

De mantenerse esta tendencia, la economía brasileña, en grave recesión desde 2015, encadenará dos años seguidos de crecimiento negativo por primera vez desde la década de los 30.

El poder adquisitivo de la población se ha visto seriamente afectado por el significativo incremento de una inflación que en 2015 alcanzó su mayor nivel en trece años al situarse en el 10,67%. También frena el consumo el aumento de la tasa de desempleo que subió hasta el 11,6% en julio, cuando cerca de 11,8 millones de personas buscaba trabajo en el mayor país de América Latina, según ha informado esta semana el Gobierno.

Tampoco ayuda a la situación económica un sector público que registra un histórico déficit en sus cuentas, lo cual ha llevado a una fuerte desinversión en programas sociales, que sirvieron de estímulo a la economía y que caracterizaron los trece años de Gobierno del Partido de los Trabajadores.