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Algunas aves echan siestas de más de 40 minutos mientras vuelan

  • En total, duermen en vuelo menos de una hora al día
  • Investigadores del Instituto Max Planck logran la primera evidencia científica
  • Para ello, han medido la actividad cerebral de fregatas o rabihorcados

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El equipo científico se centró en analizar fregatas que anidan en las islas Galápagos.
El equipo científico se centró en analizar fregatas que anidan en las islas Galápagos.

Un equipo de ocho investigadores ha encontrado la primera evidencia científica de que las aves pueden dormir durante el vuelo y tener todas las fases de sueño mientras permanecen en el aire, pero menos de una hora al día, apenas una fracción de tiempo respecto del que dedican a descansar mientras están en tierra.

Esta es la conclusión de un estudio dirigido por Niels Rattenborg, del Instituto Max Planck para la Ornitología en Seewiesen (Alemania) y publicado en la revista Nature Communications. La investigación se realizó midiendo la actividad cerebral de ejemplares de fregatas o rabihorcados y señala que estas aves pueden dormir en pleno vuelo con un hemisferio cerebral o los dos hemisferios al mismo tiempo.

Se asume comúnmente que las aves pueden activar una especie de 'piloto automático' y mantener el control aerodinámico durante el vuelo en viajes largos, pero se trata de una suposición si no se mide directamente el estado del cerebro de un pájaro.

Para ello, deben registrarse los cambios en la actividad cerebral y el comportamiento que distinguen a la vigilia de los dos tipos de sueño: el sueño de onda lenta (SWS, en sus siglas en inglés) y el movimiento ocular rápido (REM, en inglés).

Rattenborg se asoció con Alexei Vyssotski, de la Universidad de Zúrich y el Instituto Federal Suizo de Tecnología, que desarrolló un pequeño dispositivo para medir los cambios en la actividad cerebral electroencefalográfica y movimientos de la cabeza de los pájaros al volar.

Estudio en las Galápagos

En colaboración con el Parque Nacional de las Galápagos y Sebastián Cruz, un biólogo de aves marinas de Ecuador, el equipo se centró en analizar fregatas que anidan en las islas Galápagos. Se trata de grandes aves marinas que pasan semanas volando sin parar sobre el océano en busca de peces voladores y calamares que son llevados a la superficie por peces depredadores y cetáceos.

Los investigadores colocaron temporalmente una pequeña 'caja negra de vuelo' a la cabeza de las fregatas femeninas, que transportaron durante vuelos de hasta 10 días a lo largo de 3.000 kilómetros.

Durante ese tiempo, el dispositivo registró la actividad electroencefalográfica de ambos hemisferios y los movimientos de la cabeza, mientras que un dispositivo GPS en la parte posterior de las aves seguía su posición y la altitud. Después de que las aves volvieran a tierra y tras recuperarse algún tiempo, fueron recapturadas y se les quitaron los equipos medidores.

El registrador de datos de vuelo reveló que las fregatas duermen de forma esperada e inesperada mientras vuelan. Durante el día, las aves mantuvieron despierta la búsqueda activa de oportunidades de alimento.  A medida que el sol se ponía, el patrón del electroencefalograma cambió a un patrón de SWS por periodos de hasta varios minutos,  lo que podía ocurrir en un hemisferio o en ambos hemisferios cerebrales.

Al examinar cuidadosamente los movimientos de las fregatas, los investigadores descubrieron que las aves pueden dormir activando sólo la mitad de su cerebro porque el hemisferio del ojo con el que hacían el giro a través de corrientes de aire estaba despierto mientras el otro dormía, lo que sugiere que las aves estaban viendo a dónde iban. "Las fregatas pueden mantenerse en alerta para evitar colisiones con otras aves, como los patos se mantienen en alerta por los depredadores", dice Rattenborg.

Episodios de sueño REM

Además, en raras ocasiones a las aves les sobrevenían episodios de sueño REM durante varios segundos, momentos en los que la cabeza caía momentáneamente y el patrón de vuelo se mantenía sin cambios.

Los científicos descubrieron que las fregatas dormían sólo 42 minutos por día de media mientras volaban y que, al contrario, cuando volvían a tierra dormían durante más de 12 horas diarias. "Por qué duermen tan poco en vuelo, incluso por la noche, cuando raramente buscan comida, aún no está claro", apunta Rattenborg.