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Techiné ilumina la Berlinale con el retrato adolescente de 'Quand on a 17 ans'

  • Narra el descubrimiento mutuo entre dos amigos muy distintos: un muchacho magrebí de granja y un hijo único de familia perfecta
  • También se presentan la alemana 24 semanas, de Anne Zora Berrached, y Cartas de Guerra, del portugués Ivo M. Ferreira

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El equipo de 'Quand on a 17 ans', dirigida por Andre Techine
El equipo de 'Quand on a 17 ans': el actor Corentin Fila, la guionista Celine Sciamma, el director Andre Techine, la actriz Sandrine Kiberlain y el actor Kacey Mottet Klein

El director francés André Téchiné ha iluminado la Berlinale con Quand on a 17 ans, un retrato de la convulsa adolescencia, a modo de contrapunto en un domingo dominado por la nostalgia portuguesa y un drama alemán sin concesiones.

Un muchacho magrebí, en una granja perdida en la montaña bajo toneladas de nieve, y su compañero de escuela, hijo único en un hogar perfecto, es el dúo elegido por Téchiné para desarrollar su filme sobre el "descubrimiento" mutuo entre dos seres desiguales, que hasta que no se zurran de verdad no empiezan a entenderse.

El hilo conductor es Sandrine Kiberlain, una madre perfecta de un hogar perfecto, empeñada en obligarlos a ser amigos. El nudo argumental será el proceso de acoso o seducción, según se mire, del muchacho que sale del armario respecto al otro.

Todo ello se mueve en un juego de paradojas, entre el teórico desarraigado, el magrebí adoptado por una familia lugareña que afirma ser feliz en su entorno remoto y nevado, y el niño mimado, dos adolescentes sobre los que Téchiné traza uno de esos filmes suyos donde todo escapa al esquema preconcebido.

El director francés, presente en competición en la Berlinale en 2005 con Les temps qui changent y de nuevo en 2007 con Les témoins, jugó la baza de la veteranía con un filme rodado en los Pirineos franceses y en una jornada compartida con dos jóvenes talentos, portugués y alemán.

24 semanas, de Anne Zora Berrached

24 semanas es el título de la película dirigida por la cineasta Anne Zora Berrached, en referencia al punto en el que una embarazada en Alemania puede o no decidirse a abortar en una situación extrema, como la suya: una mujer cuyo bebé vendrá al mundo, de hacerlo, con un corazón enfermo y síndrome de Down.

La mujer es Julia Jentsch, heroína de la Berlinale desde que en 2005 presentó Sophie Scholl, personaje real de la resistencia contra Adolf Hitler.

Su personaje es una humorista deslenguada acostumbrada a triunfar sobre el escenario descargando chistes sin tapujos, cuyo tándem perfecto es su manager y compañero, que decide con ella llevar adelante el embarazo.

Son una pareja moderna, con una hija sana y sin problemas económicos, determinada a capear la situación con la naturalidad algo forzada de quien se agarra a la valentía para no derrumbarse.

"Es un dilema extremo, ante el que no hay una decisión única, porque esa decisión va a ir cambiando tal vez día a día, mientras en ti sientes crecer y moverse a tu bebé", apuntó la directora.

La película discurre entre los distintos estamentos médicos por los que pasa -doctores, asesorías, comadronas, otras embarazadas, etc-, donde el entorno queda exageradamente engullido ante ese único dilema del sí o no a superar la semana 24.

Anne Zora Berrached no concede ni un momento de dispersión al espectador en un filme muy personal, donde se demuestra que ni el entorno más favorable -familiar, social o sanitario- puede aliviar esa dolorosa situación.

24 semanas es la única representante del cine alemán a concurso -al margen de algunas coproducciones de participación germana- y fue acogido entre ovaciones al coraje, en lo fílmico y lo personal.

Cartas de guerra, de Ivo M. Ferreira

Completó la jornada "Cartas da Guerra", del portugués Ivo M. Ferreira, rodada en blanco y negro y sobre el trasfondo de la guerra de Angola de 1971.

"Es una película de amor y supervivencia", explicó Ferreira acerca de la historia del joven médico y soldado António, quien escribe hermosas cartas a su esposa, embarazada en Portugal.

La correspondencia entre los dos es una forma de sobrevivir en un país hermoso donde se mata y se muere por designio del poder colonial.

Son hermosas cartas de amor -no en vano la película se basa en las que escribió Antonio Lobo Antunes-, que llegan al espectador a través de la voz de ella, su lectora y destinataria.

En medio está el día a día de los soldados que escuchan en sus trincheras una transmisión del partido de fútbol del Benfica o que patrullan conscientes de que en cualquier tramo de carretera puede estallar la mina que enterró su enemigo.

Se escuchan fugazmente otras voces radiofónicas, como las del Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), que primero se tachan de propaganda heredada del Che Guevara y que poco a poco van despertando comprensión en el médico y poeta portugués.

Es un diario de guerra más bien incruento, donde la voz femenina acentúa esa melancolía intrínseca a todo lo portugués.