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Comienza la búsqueda de la tumba de Nefertiti entre la ilusión y el escepticismo

  • Los trabajos arqueólogicos siguen la hipótesis de Nicholas Reeves
  • Este sostiene que la tumba de Tutankamón esconde el sepulcro de su madrastra
  • La comunidad científica cuestiona la metodología del egiptólogo británico

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Busto de Nefertiti, descubierto en el valle egipcio de Amarna en 1912 y conservado actualmente en el Neues Museum de Berlín.
Busto de Nefertiti, descubierto en el valle egipcio de Amarna en 1912 y conservado en el Neues Museum de Berlín.

La tumba más famosa de la historia de la egiptología, la de Tutankamón, puede esconder aún otro gran tesoro. Así lo cree el arqueólogo Nicholas Reeves, quien está convencido de que tras sus paredes se ocultan al menos otras dos cámaras funerarias, una de las que podría corresponder a Nefertiti, la que fuera madrastra del faraón adolescente.

Reeves anunció su hipótesis a bombo y platillo, y finalmente el Ministerio de Antigüedades de Egipto ha dado luz verde para que comiencen los trabajos que van a corroborar o desmentir su teoría.

Las labores para hallar a la esposa de Akenatón, reina de la dinastía XVIII, han comenzado en Luxor bajo la supervisión de la Universidad de El Cairo y la Institución de Preservación e Innovación del Patrimonio Francés. Los muros se someterán primero a termografía por infrarrojos, para determinar si existe una oquedad tras ellos. En caso afirmativo, habrá que comprobar que esa oquedad se corresponde con un sepulcro, y después si este es el de Nefertiti. Demasiadas incertidumbres y muy pocas certezas.

"La arqueología normalmente no va buscando a nadie. Eso se hacía hace mucho tiempo, como por ejemplo en la época de Howard Carter, el descubridor de la tumba de Tutankamón. Considero que es un error plantear una excavación de esta manera. No es así como se trabaja", opina José Manuel Galán, egiptólogo del CSIC, quien dirige desde hace casi 15 años el Proyecto Djehuty, centrado en la necrópolis de Dra Abu el-Naga, en Luxor. "La arqueología tiende a llevarte la contraria y por eso hay que ser muy prudente", añade.

La arqueología tiende a llevarte la contraria y por eso hay que ser muy prudente.

"Un científico tiene que ir paso a paso. La ciencia se caracteriza por su prudencia. Reeves ya aseguraba que estaba en la pista de la tumba de Nefertiti en otro lugar del Valle de los Reyes, se excavó allí y no se encontró nada", valora Galán, pero deja claro que sus palabras "no quitan que todos estemos deseando que sea verdad. Y si no es Nefertiti, al menos otro miembro de la familia real. Sería uno de los hallazgos arqueológicos más importantes del siglo XXI".

Extrañas grietas bajo la pintura

La teoría de Nicholas Reeves comenzó a tomar cuerpo meses atrás, cuando un escáner fotográfico de las paredes -llevado a cabo con el fin de realizar una réplica de la cámara de Tutankamón- reveló unas extrañas grietas bajo la pintura, sobre el mortero. El arqueólogo británico vio después las imágenes e identificó estas marcas con una puerta, y dedujo que detrás de ella se encontraba una cámara mortuoria, con los restos y el ajuar de la reina que ha pasado a la historia como la más bella del antiguo Egipto (solo hay que contemplar el famoso busto que se exhibe en el Neues Museum de Berlín para comprender el porqué de esta afirmación).

La supuesta cámara funeraria de Nefertiti se encontraría detrás de los frescos que adornan la tumba de Tutankamón.

La supuesta cámara funeraria de Nefertiti se encontraría detrás de los frescos que adornan la tumba de Tutankamón. EFE

Reeves sostiene que la muerte prematura e imprevista de Tutankamón le sobrevino cuando aún no estaba finalizada su tumba. Por lo que utilizaron el sepulcro de su madrastra, insertando la cámara mortuoria del joven faraón como un anexo que ocultó a la tumba original.

"Si realmente hay una cámara funeraria detrás, seguramente estará intacta, porque las pinturas no han sido tocadas. A no ser que tuviera otra entrada; y no creo que sea el caso", valora Galán. "Habiéndose conservado tan bien la tumba de Tutankamón, todo hace pensar que la cámara que se descubriese también estaría muy bien conservada".

Extremo cuidado

Como es lógico, el Gobierno egipcio impuso a los investigadores una condición rigurosa por encima de todas: que sus labores no dañasen de ninguna manera a la cámara funeraria de Tutankamón y a sus frescos. "En este sentido, los investigadores cuentan con una característica importante que juega a su favor. Las pinturas de las paredes no llegan hasta el suelo. Hay más de un metro de margen. En ese espacio desnudo se podría realizar un pequeño agujero para introducir una cámara y explorar su interior sin perjudicar a las pinturas", explica Galán.

"Si finalmente se encuentra a Nefertiti, su enterramiento no sería tan fastuoso como el de Tutankamón, pero tiene que ser espectacular. Nefertiti vivió una época histórica apasionante. El hallazgo de su tumba, o la de cualquier otro miembro de la familia real, podría revelar objetos importantísimos que nos ayudasen a comprender mejor este período", concluye el egiptólogo español.

Este enigma arqueológico tendrá una respuesta relativamente rápida. Los investigadores calculan que antes de Navidad se conocerá si realmente se trata del sepulcro de Nefertiti. Entonces se sabrá si Nicholas Reeves tiene razón o no.