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François Olislaeger: "Duchamp hizo de su vida una obra de arte"

  • El dibujante le dedica el libro: Marcel Duchamp: Un juego entre mí y yo
  • Un precioso libro-objeto que también es un juego y una original autobiografía
  • Olislaeger presentará el libro en España el jueves 24 de septiembre

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Fragmento de la portada de 'Marcel Duchamp: Un juego entre mí y yo '
Fragmento de la portada de 'Marcel Duchamp: Un juego entre mí y yo '

Una de las mejores exposiciones del año pasado fue la retrospectiva que el Centro Pompidou de París dedicó a Marcel Duchamp: Marcel Duchamp, incluso la pintura, donde pudieron verse 350 obras que explican la relación del artista con la expresión pictórica, un centenar de ellas firmadas por el propio Duchamp.

Pero en esa muestra también descubrimos un precioso libro-objeto: Marcel Duchamp: Una partida entre mí y yo (Turner Libros), en la que el ilustrador François Olislaeger (Lieja, 1978) nos proponía jugar a los juegos de Duchamp a través de las declaraciones y escritos autobiográficos del ajedrecista y padre del arte contemporáneo.

Un libro que el propio Olislaeger presentará, el próximo jueves (24 de septiembre) en el Museo ABC de Ilustración de Madrid, a las 19:00, acompañado por Darío Adanti (Mongolia) y David García (Yorokobu)

Desplegado, el libro 'Marcel Duchamp: Un juego entre mí y yo' tiene la apariencia de un acordeón

Desplegado, el libro 'Marcel Duchamp: Un juego entre mí y yo' tiene la apariencia de un acordeón Turner

Lo curioso es que, la presentación de este libro en la exposición de Duchamp fue una afortunada coincidencia, como nos cuenta el propio Olislaeger: “Hice este proyecto de manera totalmente autónoma. Estaba trabajando en él y alguien me dijo que el Centro Pompidou iba a realizar una exposición sobre Duchamp y que sería interesante que me pusiera en contacto con ellos por si les interesaba coeditar el libro. Como estuvieron muy interesados, coordinamos el trabajo junto a Actes-Sud para que el libro saliera al mismo tiempo que la exposición”.

“La editora del Centro Pompidou, Jeanne Alechinsky, y mi editor en Actes Sud, Thomas Gabison, me dejaron total libertad para realizar una obra original y libre. Les interesaba la relación, la comunicación, a través de una forma plástica, del tiempo y de diferentes medios” –asegura el artista-.

Un libro que nos invita a descubrir a uno de los artistas más influyentes del siglo XX gracias a un curioso formato (sus hojas se despliegan convirtiéndose en un friso ilustrado de seis metros de longitud); y que nos cuenta la vida y el pensamiento de Duchamp a través de una selección de sus mejores citas, convirtiéndose en una original biografía en la que el lector tiene la última palabra.

Página de 'Marcel Duchamp: Un juego entre mí y yo'

Página de 'Marcel Duchamp: Un juego entre mí y yo' Turner

Un revolucionario social y económico

Olislaeger nos confiesa que Duchamp le interesó “por su manera de vivir que, en efecto, sí fue una obra de arte. Escuché una frase de su amigo Henri-Pierre Roché que decía «la mejor obra de Duchamp fue el uso de su tiempo». Quería rendir homenaje a su obra y a su vida y hacerlo a través de la novela gráfica, para que tomara visibilidad a través del formato”.

“Como «amateur» de arte contemporáneo –continúa el dibujante-, veo muchas formas de arte que están llegando de la visión y proposiciones de Duchamp. Me parecía interesante regresar a la forma original de esas ideas. Duchamp hizo unas obras formales, materiales… pero también dejó un montón de notas, de ideas. Como semillas para generaciones futuras. Ahora estamos viendo las plantas que su espíritu subversivo ha permito crecer”.

“Entre los valores que propuso Duchamp, me interesan los del anarquismo, su postura anti-artistica. Fue un revolucionario social y económico, y, por supuesto, artístico” –concluye Olislaeger-.

Fragmento de una página de 'Marcel Duchamp: Un juego entre mí y yo'

Fragmento de una página de 'Marcel Duchamp: Un juego entre mí y yo' Turner

Las obsesiones de Duchamp

Como comentábamos, el libro se basa en declaraciones del propio Duchamp. “Me basé en entrevistas que concedió, conversaciones con Pierre Cabannes y en biografías como la de Bernard Marcadete –confiesa Olislaeger-. He intentado ser lo más fiel y preciso, estar lo más documentado posible, por eso consulté todo el material que pude. Luego me interesé por la trayectoria de sus obsesiones que tuvieran sentido para mí o que crearan algún tipo de resonancia con mi vida. Es una interpretación de lo que hoy podemos ver, leer, de su itinerario vital. Pero desde una visión a posteriori”.

Además de Duchamp, en el libro podemos ver a otros personajes históricos que influyeron en su vida y su obra. “Hubo personajes que me inspiraron –asegura Olislaeger- como el escritor y dramaturgo Raymond Roussel, el poeta Jules Laforgue o Stephane Mallarmé, así como Francis Picabia, su amigo y artista”.

“Luego –continúa- están aquellas personas que se sintieron fascinadas por Duchamp y escribieron sobre él, como Apollinaire, André Breton, Henri-Pierre Roché. Todos eran parte de la construcción de su vida a lo largo de los años. Como muchas de sus obras fueron muy modernas y rompedoras para la época, era esencial que se acercara a historiadores, críticos o amigos (que fueron testigos de ellas), de ahí que también tuviera que dar muchas entrevistas para explicar lo que estaba haciendo”.

Cuatro páginas del libro 'Marcel Duchamp: Un juego entre mí y yo'

Cuatro páginas del libro 'Marcel Duchamp: Un juego entre mí y yo' Turner

Un juego y un desafío para el lector

Este libro también es un apasionate juego para el lector que puede escoger qué caminos narrativos seguir o a qué personajes acompañar. “ Me basé en una cita de Duchamp que más o menos dice que «es el espectador quién hace la obra de arte». Así, que dejé suficiente espacio en la organización de la narración (una concepción casi azarosa) para que cada lector pudiera escoger su propio camino durante la lectura de la misma manera que Marcel escogió su camino en la vida y su forma de pensar. Quería que el lector participase en la narración, que pudiera también escoger si quería leer página a página, desplegar tres o cuatro páginas o más… También es un libro que permite una lectura colectiva”.

Pero no es un libro-objeto sólo por eso, como nos explica Olislaeger: “Creo que lo es por varias razones. Este formato me parecía interesante como materialización del tiempo que transcurre, que pasa. Como un camino o paisaje por el cual Marcel va caminando y que también el lector va a transitar. En Europa estamos acostumbrados a concebir el tiempo como una banda cronológica. Pero los códigos de los Mayas o los Aztecas tienen este formato que más tarde los italianos llamaron « leporello », en referencia al personaje de la ópera de Mozart. Y me ha servido para tener más posibilidades en el uso del libro”.

“También –continúa el autor- para acercarme del pensamiento de Marcel Duchamp que amaba los objetos, como sus cajas verdes, esas cajas que contenían notas y obras (texto y imágenes, como historietas) originales, personales. Y también, como amo los libros, me gusta cuidar bien al objeto, para hacer una distinción con otras maneras de leer, para que el lector tenga algo más que un libro de formato clásico o, ahora, en formato digital”.

Página de 'Marcel Duchamp: Un juego entre mí y yo'

Página de 'Marcel Duchamp: Un juego entre mí y yo' Turner

“Es posible leer de manera caótica”

Aunque el libro parezca un cómic, lo más sorprendente es que no tiene viñetas. “Hoy somos capaces de realizar conexiones entre texto e imágenes, entrar en una narración instintiva, sin estructuras, inventar, como autores, nuevas construcciones visuales y literarias –asegura Olislaeger-. Pero como lectores también podemos, ¿no? Cuando vi las cajas de Duchamp, leer sus notas en forma caótica funcionó muy bien”.

“Hago libros con personas que vienen de otros campos distintos de la novela gráfica como la coreógrafa Mathilde Monnier, o con otros formatos como las obras de teatro en los cuadernos de Avignon, para aprovechar otras maneras de narrar historias. Para encontrar otras formas, para salir de lo clásico. De Duchamp y sus cajas llenas de notas aprendí que es posible leer de manera caótica. Como la cita de Mallarme a la que Duchamp hace referencia: «un coup de dés jamais n’abolira le hasard» (Un golpe de dados jamás abolirá el azar)”.

En cuanto a sus futuros proyectos, Olislaeger nos comenta que estarán relacionados con México: “Llevo cuatro años viviendo en México, tomando notas, haciendo dibujos. Estoy preparando un libro que tiene que ver con ese país, con el exilio, la migración y particularidades culturales en esta época de globalización”.

François Olislaeger presentará este precioso libro-objeto, el próximo jueves (24 de septiembre) en el Museo ABC de Ilustración de Madrid, a las 19:00. Le acompañarán Dario Adanti y David García.

Página de 'Marcel Duchamp: Un juego entre mí y yo'

Página de 'Marcel Duchamp: Un juego entre mí y yo' Turner