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Alicia, 150 años en el País de las Maravillas

  • La famosa novela de Lewis Carroll cumple 150 años
  • Un libro que sigue siendo uno de los más influyentes de la literatura
  • Se reedita una versión ilustrada por la francesa Rébecca Dautremer

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"Alicia en el país de las maravillas" cumple 150 años

Alicia en el País de las Maravillas (Lewis Carroll, 1865) es, posiblemente, el libro más original, extraño y mágico de cuantos se han escrito. Y sigue influyendo en casi toda la literatura de fantasía actual (Seguramente, ni Las Crónicas de Narnia, ni El Señor de los Anillos se hubieran escrito sin Alicia).

Una historia tan absurda que sólo pudo nacer de forma casual. El 4 de julio de 1862 Lewis Carroll daba un paseo en barco por el Támesis acompañado de un reverendo y las tres hermanas Liddell: Lorina Charlotte, Alice y Edith, de trece, diez y ocho años, respectivamente, y para entretener a las pequeñas comenzó a contarles las historias que se le iban ocurriendo a las que llamó Las aventuras subterráneas de Alicia.

Como cuatro meses después las niñas seguían pidiendo más historias, sobre todo Alice, Carroll decidió escribir un libro y cuando lo terminó también lo ilustró, concluyendo el manuscrito en 1864, aunque luego contrató a un ilustrador profesional para mejorar su trabajo (John Tenniel). Como detalle final, el autor incluyó un retrato ovalado de Alice Liddell en la última página

Publicado el 24 de mayo de 1865, Fue un éxito inmediato y en 1872 escribió la segunda parte A través del espejo y lo que Alicia encontró allí, que es mucho menos conocida. Fundamentalmente porque casi todas las adaptaciones mezclan elementos de las dos partes sin orden ni concierto. Actualmente sólo se conservan 23 ejemplares de esa primera edición del libro (se imprimieron 2000) y su valor es incalculable.

Pero desde entonces el Conejo Blanco, El Sombrerero, la Oruga azul, el Gato de Cheshire o la Reina de Corazones son algunos de los personajes más famosos de la literatura universal. Y han sido adaptados al cine, al teatro, a los cómics, aunque la versión más conocida es, sin duda, la de Walt Disney de 1951, que tampoco tenía mucho que ver con la obra original.

La 'Alicia' de Rébecca Dautremer

Para celebrar este 150 aniversario Edelvives reedita una de las mejores versiones, la ilustrada por la francesa Rébecca Dautremer, que se oldiva de todas las interpretaciones posteriores para centrarse en el texto original, en un afortunado regreso a a los orígenes.

Lo más llamativo de esta versión es que el personaje principal, Alicia, no se parece a esa niña dulce, angelical y rubia que todos imaginamos (y que parte de los dibujos originales de John Tenniel). La Alicia de Dautremer es morena y con una mirada meláncolica. Y es que la ilustradora ha tomado como modelo a la auténtica Alice Libdell, la chica que parecía obsesionar a Carroll y que, como comentábamos al principio, sirvió de inspiración para el personaje. Aquí tenéis la prueba.

Además, la ilustradora se aleja completamente de otras versiones para ofrecernos un mundo tan original y extraño como la novela, con personajes mucho más esperpénticos. Y en el que destaca su derroche de imaginación (que habría encantado a Carroll) y su manejo de los colores, creando la que (para el que escribe) es una de las mejores versiones ilustradas de la historia.

Destacar que el libro incluye el texto íntegro. Lo decimos porque muchos creemos conocer la historia, pero estamos muy equivocados. Y es que ninguna de las versiones, algunas excepcionales, ha logrado captar toda la riqueza de esta obra, que es un prodigio de imaginación y que, además, esconde numerosas alusiones satíricas a la educación y la política de la época. Sin olvidar que El País de las Maravillas está creado a base de juegos de lógica, lo que ha maravillado a investigadores de todo tipo, sobre todo a los matemáticos.

No os perdáis la fotogalería de ilustraciones de Rébecca Dautremer que acompaña a esta noticia.

Otras versiones

Como decimos, en estos 150 años las versiones de la obra se cuentan por millares, además de haber servido de inspiración para muchos autores de todos los campos. Desde teatro, videojuegos, musicales, ballets, animes, series de televisión, parodias, dibujos animados, óperas, o videos musicales de artístas como The Beatles, Neil Sedaka, Bob Dylan, Tom Waits, Jewel, Aerosmith... Vamos a destacar alguna de las mejores.

Si hablamos de cine, ya en 1903 Cecil Hepworth dirigió la primera adaptación. Pero la versión más famosa es, sin duda, la de Disney: Alicia en el País de las Maravillas (Clyde Geronimi, Wilfred Jackson y Hamilton Luske, 1951), que se basa en las dos novelas (Alicia en el país de las maravillas y Alicia a través del espejo) y cuyo estreno fue un fracaso. De hecho nunca ha figurado entre las preferidas por los niños, quizá porque es demasiado surrealista y adulta.

Tampoco podemos olvidar la versión del director checo Jan Švankmajer, maestro de la animación, que dirigió una excelente versión en 1988, bastante surrealista y personal. Si recomendamos olvidar la nueva versión de Disney dirigida por Tim Burton en 2010, una estupidez que, incomprensiblemente, fue un éxito de taquilla.

En cuanto al cómic, destacamos la excepcional Alice in Sunderland (Mondadori), de Bryan Talbott, una historia de varias capas en la que la relación de Lewis Carrol y Alicia Liddell se entrecruza con leyendas e historias de Sunderland, el pueblo inglés en el que el escritor veraneaba y que inspiró Alicia en el país de las maravillas.

También Lost Girls (Norma) la versión erótica de Alan Moore y Melinda Gebbie, que presentaron a una Alicia muy crecidita, que junto con Wendy y Dorothy (protagonistas de Peter Pan y El mago de Oz) daban rienda suelta a sus fantasías sexuales en tres tomos no exentos de polémica.

Sin olvidar la serie Fábulas (Planeta DeAgostini), una de las series más premiadas de la actualidad, que está claramente inspirada por la obra de Lewis Carroll.

Lo que está claro es que, 150 años después, Alicia en el país de las maravillas sigue inspirando nuestra imaginación, algo que solo consiguen los grandes clásicos intemporales.