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Los sindicatos de Brasil salen a las calles para protestar por la ley de tercerización del trabajo

  • Permite a las empresas a contratar a terceros hasta para su propia actividad
  • Hasta ahora, solo se permitía para actividades no específicas de la empresa
  • Según los sindicatos, se pagaría al trabajador 'tercerizado' un 24% menos
  • La norma podría recibir el veto de Rouseff, cuyo partido se opone a la ley

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SINDICATOS PROTESTAN EN TODO BRASIL CONTRA PROYECTO DE TERCERIZACIÓN
Sindicatos y movimientos sociales rechazan en Sao Paulo (Brasil) el proyecto de ley que autoriza la tercerización total del empleo. 

Los sindicatos de Brasil y movimientos sociales han marchado este miércoles contra la polémica ley de tercerización del trabajo, que autoriza a las empresas a contratar servicios de terceros hasta la actividad final que prestan las propias compañías.

El proyecto de ley 4330, cuyo texto-base fue aprobado la pasada semana por la Cámara, amplía para todos los sectores la figura de la tercerización del empleo, que hasta el momento solo estaba autorizadas para actividades no específicas de las empresas contratistas, como limpieza, transporte y seguridad.

Ahora, con la reforma, por ejemplo, una universidad podría contratar bajo ese régimen a profesores, o una aerolínea, a sus pilotos.

La norma, que ha sido defendida por las patronales, ha provocado protestas en varias localidades de 24 de los 27 estados del país. Las mayores movilizaciones tuvieron lugar en Sao Paulo, la ciudad más poblada de Brasil.

Según estadísticas de los sindicatos, la norma permite que las empresas paguen al trabajador 'tercerizado' un 24% menos que al empleado con el que tiene una relación directa.

El PT de Dilma Rousseff se opone a ley

Tras aprobación, la Cámara comenzó a detallar el martes el proyecto de ley y aprobó que las empresas públicas y las sociedades de capital mixto sean excluidas de la tercerización, lo que fue celebrado por el gobernante Partido de los Trabajadores de la presidenta Dilma Rousseff, quien se opone a la ley.

La sede de la Federación de las Industrias del Estado de Sao Paulo (FIESP), la principal patronal brasileña, fue epicentro de una de las principales concentraciones, en la que unas 1.300 personas se reunieron con carteles y golpearon y quemaron algunos muñecos.

Las figuras personificaban al presidente de la FIESP, Paulo Skaf; al titular de a Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, y al diputado opositor y líder sindical, Paulinho da Silva, apuntados como los principales impulsores de la polémica ley.

La jornada de protestas fue promovida por la Central Única de los Trabajadores (CUT), la mayor del país, y apoyada por otros gremios sindicales y grupos sociales de izquierda como el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), la Unión Nacional de Estudiantes (UNE) y el Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST).

Rouseff: "No puede afectar a los derechos de los trabajadores"

El proyecto aún tiene que ser debatido en el Senado y puede depender del veto de la presidenta Rousseff, quien afirmó que la nueva ley no puede "afectar los derechos de los trabajadores".

Según los organizadores de las protestas, la jornada no fue de huelga sino de movilizaciones y paralizaciones para discutir en asambleas y en ambientes de trabajo la nueva normativa.

La protesta, según la Federación Nacional de Portuarios, contó con asambleas sorpresivas en los puertos de Río de Janeiro, Santos, Belem, Río Grande (Río Grande do Sul), Vitoria, Salvador y Recife.