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La OCU lanza su primera compra colectiva de carburante para intentar lograr precios más bajos

  • Los consumidores denuncian el efecto cohete en las subidas de precios
  • La OCU ya lanzó con éxito compras colectivas de electricidad y telefonía

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Un cliente reposta en una estación de servicio
Un cliente reposta en una estación de servicio.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha lanzado este miércoles su primera compra colectiva de carburante con la que busca conseguir un precio más bajo del combustible y "un mercado más justo". "Queremos que los precios del diésel y gasolina sean asequibles y justos", ha indicado la asociación al presentar esta iniciativa.

La asociación, que se apoya en la web quieropagarmenosgasolina.org, señala que la iniciativa surge ante una situación en que los precios de los carburantes sufren variaciones "que no siempre responden a la evolución de los precios del petróleo", por lo que piden que éstos "se ajusten a los cambios del mercado de forma clara y racional".

La participación en la campaña es totalmente gratuita. El consumidor no tendrá que pagar nada en ningún momento y tampoco asume ningún compromiso por el hecho de inscribirse.

Difícil conseguir ahorros

Además, subraya que las medidas, recomendaciones y multas para buscar más competencia en el mercado "han surtido poco efecto y los consumidores españoles tienen difícil conseguir ahorros". "Queremos un mercado del carburante más transparente", señala la OCU.

El consumo de carburantes es un gasto importante para un gran número de familias españolas. Según el INE un hogar español se gasta aproximadamente 1.300 euros al año en carburante, un 5% de su presupuesto. Si bien esta cantidad puede variar en función del número de vehículos y su uso.

De esta manera, la OCU sigue los pasos que ya aplicó en los últimos años en otros productos energéticos como electricidad y gas, donde llevó a cabo también compras colectivas en busca de abaratar estos servicios para los consumidores.

Efecto cohete en las subidas

En los últimos tiempos, la asociación ha denunciado que el efecto cohete, por el que los precios de los carburantes suben "inmediatamente" después de hacerlo los del petróleo, había regresado a los surtidores.

Según la asociación, esta velocidad en el traslado de las subidas del petróleo a los carburantes, conocida como efecto cohete, contrasta con la lentitud en el traslado de las bajadas, conocida como efecto pluma.

A partir del 13 de enero, fecha del precio mínimo del petróleo, los precios comenzaron a subir antes de que pasara una semana. Ya a finales de febrero las subidas eran sustanciales. Desde el valor mínimo marcado, Repsol, Campsa y Petronor habían incrementado de media, el precio del diésel en un 12,5%. El resto no se quedaron atrás: Cepsa 11,2%, BP 11,4%, Galp 11,7% y Shell 10,9%.

A este respecto, el Gobierno ha anunciado medidas para intentar fomentar más la competencia en el mercado de los carburantes que se incluirán en el proyecto de Ley de Hidrocarburos.

Fomentar la competencia

Así, según consta en las enmiendas registradas por el PP en el Congreso al proyecto de ley, los grandes operadores petroleros no podrán copar más del 30% de las ventas minoristas anuales en cada provincia a partir del 1 de julio de 2016, con la intención de repartir la cuota de mercado de forma "más justa".

Ya desde julio de 2013 los mayoristas propietarios, gestores directos o indirectos, o con contratos de exclusividad de más del 30% de las gasolineras no pueden incrementar el número de sus estaciones de servicio ni firmar nuevos contratos de exclusividad, aunque sí pueden renovar los existentes incluso aunque eso signifique superar ese porcentaje.

Pero para fomentar más la competencia, se busca vincular ahora también los límites a las ventas, de modo que superar el 30% de ventas anuales en la provincia también impedirá hacerse con nuevas instalaciones, independientemente de que con ello no se aumente el número total de gasolineras.