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La historia del rock a través de icónicas portadas

  • El libro Rock covers recopila más de 750 cubiertas icónicas
  • Revela la historia tras portadas de los Beatles, Nirvana o Ramones
  • Andy Warhol, Richard Avedon o Robert Mapplethorpe firmaron muchas

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Portadas de 'Elvis Presley' (1956), con fotografía de William V. 'Red' Robertson, y de 'London Calling' (1979), diseñada por Ray Lowry para el tercer disco de los Clash.
Portadas de 'Elvis Presley' (1956), con fotografía de William V. 'Red' Robertson, y de 'London Calling' (1979), diseñada por Ray Lowry para el tercer disco de los Clash.

Los más de 50 personajes famosos junto a las figuras de cera de los Beatles en Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, el prisma que refracta luz del Dark side of the moon de Pink Floyd, o el bebé nadando en una piscina tras el billete de dólar de Nevermind de Nirvana son portadas icónicas, probablemente más conocidas que el propio contenido de esos discos, y que forman ya parte indeleble de la historia del rock.

Hacer una selección de las cubiertas más emblemáticas del rock y escudriñar la historia que hay detrás de cada una son dos de los objetivos de Rock covers (Taschen, 49,99 euros), un libro editado por el coleccionista y DJ Robbie Busch y por el también coleccionista y periodista musical Jonathan Kirby, junto al editor Julius Wiedemann.

En sus 552 páginas, Busch y Kirby recopilan 750 portadas entre las que también se incluyen rarezas y versiones alternativas de álbumes clásicos y con la finalidad de hacer un libro "que guste a la mayoría de los roqueros más experimentados". En RTVE.es repasamos algunas de ellas.

De los Beatles a los Clash

Los artistas pop Peter Blake y Jann Haworth son los responsables del diseño de una de las portadas más míticas de la historia del rock, la citada del Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band (1967) de los Beatles, que les valió un Grammy al mejor diseño. Jugar a descubrir los rostros de actores como Tony Curtis, Mae West o Shirley Temple (repetida tres veces), escritores y poetas como Edgar Allan Poe y Dylan Thomas, políticos como Karl Max, músicos como Bob Dylan o gurús hindúes como Sri Mahavatara Babaji es todo un entretenimiento. A ellos se suman las figuras de cera de los Beatles, emulando una broma de John Lennon que, cansado de ir de gira, sugirió enviar a cuatro figuras de cera para que se presentasen ante el público.

Es una de las portadas más imitadas y una de las réplicas más ingeniosas fue la realizada por el multiinstrumentista japonés Jun Fukamachi para su disco de mismo título publicado en 1977. La diferencia: en la portada, de Fumio Tamabuchi, vemos a los personajes de espaldas.

La portada de London Calling (1979), diseñada por Ray Lowry para el tercer disco de los Clash, pioneros del punk británico, evoca la del disco de debut de Elvis Presley, titulado Elvis Presley (1956), en su grafía con letras rosa y verde y la fotografía en blanco y negro. La instantánea algo desenfocada del bajista de los Clash, Paul Simonon, a punto de destrozar su instrumento contra el suelo en plena actuación en Nueva York realizada por Penni Smith fue elegida por los lectores de la revista Q como la mejor fotografía de rock & roll de todos los tiempos por "inmortalizar el punto álgido del rock, la pérdida absoluta del control".

La foto 'robada' de los Doors y el recurso del desenfoque

La famosa portada del quinto álbum de los Doors, Morrison Hotel (1970), es todo un ejemplo de foto robada, como desvela en el libro de Taschen el fotógrafo Henry Diltz, también autor de la imagen del primer elepé homónimo de Crosby, Stills & Nash. La banda quiso fotografiarse en un hotel que estaba de moda en Los Ángeles, pero el encargado del mostrador no les dejaba hacer fotos sin la autorización de su jefe, que estaba ausente. Cuando se disponían a hacer la foto en el exterior delante de la ventana, Diltz vio que el encargado se había metido en el ascensor, les dijo a Jim Morrison y los suyos que corrieran a meterse dentro y les disparó un carrete entero. Para celebrarlo, el cantante de los Doors propuso ir a tomar una copa y acabaron en un local llamado Hard Rock Cafe, cuya fotografía es la contraportada del disco. Poco después, recibieron una llamada de Inglaterra pidiendo permiso para abrir una cafetería en Londres con ese mismo nombre. "Esos fueron los comienzos de todo un imperio", recuerda el fotógrafo.

El recurso a la foto desenfocada, como en London Calling, ha sido muy recurrente en la historia de la iconografía del rock; ejemplos de ello son: Blonde on blonde (1966), de Bob Dylan, que personalmente eligió para la cubierta la fotografía algo borrosa que le había tomado Jerry Schatzberg en un gélido día en el Meatpacking District de Nueva York con su mítica chaqueta de ante; o la de Transformer (1972), de Lou Reed, desenfocada por un error de revelado y que el fotógrafo Mick Rock decidió utilizar así.

Portadas de artistas: Andy Warhol y George Hardie

Uno de los padres del pop art, Andy Warhol, dedicó gran parte de su actividad artística al diseño de portadas de discos, de hecho incluso llegó a estar contratado por la discográfica RCA. Uno de sus trabajos más recordados en este ámbito es el plátano maduro con el que ilustró el disco de debut de The Velvet Underground & Nico en 1967, una banda apadrinada además por el artista en la que echaron los dientes Lou Reed y John Cale. También se encargó del diseño de cubiertas de discos de los Rolling Stones como Love you live (1977) y Sticky fingers (1971), con la famosa bragueta que el propio Warhol desmintió que fuera de la Mick Jagger -había pedido al fotógrafo Billy Name que fotografiara a varios hombres pero nunca reveló quién fue el modelo elegido-.

Y grandes fotógrafos también han dejado su sello en el mundo de la música, como los retratos de Richard Avedon en el cuarto disco de Simon & Garfunkel Bookends (1968) y Robert Mapplethorpe en el primer disco de su entonces amante Patti Smith, Horses (1975). La famosa serie fotográfica Los americanos de Robert Frank es motivo de homenaje en la imagen de David Michael Kennedy para otro de los discos clave de la historia del rock, Nebraska (1982), de Bruce Springsteen.

Y una misma mente pensante, la del diseñador británico George Hardie, es la responsable de dos de las portadas del rock más famosas de todos los tiempos: la del disco debut de Led Zeppelin, de 1969, y el Dark side of the moon (1973), de Pink Floyd. Para el disco debut de Led Zeppelin, Hardie, integrante del grupo de diseño Hipgnosis -especializado en portadas de discos-, tomó 'prestada' la foto del dirigible alemán Hindeburg en el momento de incendiarse cuando aterrizaba en Nueva Jersey en 1937: "...la imagen fue famosa no solo por mi creatividad, sino porque hice a puntos una imagen icónica para eludir el copyright y porque mi cliente luego se hizo famoso mundialmente. Ni siquiera es la mejor imagen fálica que hice en mi segundo año en RCA", recordaba Hardie sobre la portada.

Años más tarde, Hardie se encargaría del diseño del octavo álbum de Pink Floyd, con el famoso prisma que refracta la luz, inspirado en los espectáculos de iluminación de los conciertos del grupo.

Contra la industria musical

El grupo de diseño Hipgnosis también diseñó el siguiente álbum de Pink Floyd, Whis you were here (1975), un disco con denuncias al "corporativismo desalmado de la industria musical" en el que la imagen de portada, de dos hombres trajeados dándose la mano y uno de ellos envuelto en llamas, es una personificación del "getting burned" ("quemarse"), una expresión muy utilizada por los artistas que se sentían estafados. En la contraportada, un figura sin rostro simboliza la frivolidad de la industria.

Contra la industria musical también arremetió Metallica en su primer LP en 1983. Después de que sus distribuidores no les dejasen publicar una cubierta con el título Metal up your ass (algo así como 'Metal por tu trasero') y una mano con un puñal asomando por un retrete, titularon su trabajo Kill' em all (Mátalos a todos) y la portada mostraba una mano sujetando un martillo ensangrentado, dedicado a la gente de la industria.

A las llamas también recurrió Rage against the machine con su disco de debut homónimo en 1992, con la icónica imagen de la inmolación del monje budista vietnamita Thích Quang Due en Saigón en 1963 para protestar contra la perscución religiosa del régimen vietnamita, toda una declaración de intenciones del lirismo de la banda californiana.

Y un triste accidente de aéreo obligó a cambiar la portada de Street survivors (1977) de Lynyrd Skynyrd, en la que aparecían sus miembros en una ciudad envuelta en llamas, publicado tres días antes del siniestro en el que murieron el vocalista Ronnie Van Zant, el guitarrista Steve Gaines, su hermana y corista Cassie Gaines y el mánager. La foto se sustituyó por otra con fondo negro.

Niños y jóvenes rebeldes

Bebés y niños han protagonizado icónicas cubiertas de la historia del rock. Probablemente, el bebé más famoso sea Spencer Elden, que a sus tres meses aparecía nadando en una piscina infantil hacia un billete de dólar enganchado en un anzuelo en Nevermind (1991), segundo disco de Nirvana. La discográfica Geffen estaba preocupada porque el pene del bebé se apreciaba claramente en la fotografía de Kirk Weddle, pero Kurt Cobain se negó en redondo a hacer ningún cambio y, según su biógrafo Michael Azerrad, sugirió que lo único que estaba dispuesto a añadir era una pegatina que dijera "Si te sientes ofendido es que eres un pedófilo en potencia".

Y otro niño de seis años protagonizaba en 1980 la portada de Boy, el primer disco de una banda irlandesa que acabaría siendo una de las más importantes de la historia del rock, U2. El niño, Peter Rowen, de nuevo fotografiado por Ian Finlay, volvió a ser la imagen de cubierta del tercer disco del grupo, War (1983), inspirada en las instantáneas de niño judíos en los campos de concentración nazis. La parte más curiosa de la historia es que Rowen se convirtió en fotógrafo profesional y años después, y sin haber mantenido ningún contacto con la banda en ese tiempo y tras un encuentro casual, acabó fotografiando la gira de U2 360 como fotógrafo oficial.

Y aunque no eran uno niños, sí que fueron jóvenes, y rebeldes, los padres del punk, los Ramones. La portada de Ramones (1976), la fotografía en blanco y negro que les realizó Roberta Bailey recostados sobre una pared de ladrillo en una calle cercana al CBGB, inmortalizaría su look para siempre: vaqueros, camisetas, chaquetas de cuero y zapatillas -y a Johnny Ramone haciendo la peseta porque estaba aburrido de posar-.

Sus discípulos británicos, los Sex Pistols, que quedaron impresionados por la actuación de Joey y los suyos en Londres en julio de 1976, publicaron su disco debut un año después, en 1977, con el elocuente título a grandes caracteres en la portada: Never mind the bollocks ('Me importa unos cojones'). El título puso nerviosos a los censores y la policía confiscó las cubiertas y los pósters en las tiendas de discos, pero la prensa musical advirtió: "Puede que la funda desaparezca, pero el álbum no".

Rock covers invita a seguir paseando por cientos de portadas icónicas, como la campana tubular retorcida de Tubular Bells (1973) de Mike Oldfield, el homenaje de Trevor Key a 2001 de Kubrick, la fotografía del diamante de Queen de Mick Rock para Queen II (1974), o el mod sobre la vespa de Quadrophenia (1973), de los Who. Entre ellas, solo una española, la del primer disco de Fórmula V, Busca un amor (1969).