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'Trash, ladrones de esperanza', la miseria colorista y bondadosa

Stephen Daldry dirige un Slumdog millionaire a la brasileña

La historia de tres niños brasileños que se alzan contra la corrupción estatal

Por
Tráiler de 'Trash, ladrones de esperanza'

FICHA TÉCNICA

Título original: Trash

Año: 2014

Duración: 115 min.

País: Reino Unido

Director: Stephen Daldry

Guión: Richard Curtis, basado en la novela de Andy Mulligan

Música: Antonio Pinto

Fotografía: Rickson Tevez, Eduardo Luis, Gabriel Weinstein, Rooney Mara, Martin Sheen, Wagner Moura,

Aunque buscar referencias muchas veces sea un divertimento forzado, en Trash, ladrones de esperanza resulta tan obvio como inevitable. Primero, por su apariencia de Slumdog Millionaire brasileño y, segundo, por el puñado de películas ambientadas en Río de Janeiro y las favelas que han triunfado en este siglo como Ciudad de Dios (Fernando Meirelles) o Tropa de élite (José Padilha) de las que se aleja.

La nueva película del director británico Stephen Daldry (estreno en España el 28 de noviembre) es la adaptación de una novela de Andy Mulligan destinada al público juvenil que ha sufrido un engorde para alimentar a más audiencia. Dos niños de las favelas de Río encuentran en el enorme basurero al que acuden a diario para subsistir una cartera con información sensible (una especie de ‘papeles de Barcenas’) sobre la corrupción de un poderoso senador. Comienza una enrevesada aventura con la policía, brazo armado del poder, amenazándoles. Todo envuelto en el aparato estético del gran éxito de Danny Boyle: ritmo de videoclip y pobreza coloreada y banda sonora con temas locales mezclado con hip-hop, batucadas o versiones como la de A mina Menina de Os mutantes.

Rodada en gran parte en portugués-brasileño, los tres jóvenes (Rickson Tevez, Eduardo Luis, Gabriel Weinstein) son los protagonistas absolutos, con los cebos hollywoodienses de Martin Sheen (como misionero cooperante) y Rooney Mara (como su equivalente civil) en dos pequeños papeles. El resultado es chocante por su indefinición del tono: ¿Es una fábula destinada al público juvenil o aspira a cierta denuncia madura?

Daldry, el adaptador especialista

Aunque sea una coproducción británico-brasileña (con la participación del propio Fernando Meirelles), el modo de reducir la complejidad de la realidad a la cómoda lucha de buenos y malas es la misma que carbura Hollywood desde hace más de 100 años.

Desde que Daldry (Dorset, 1960), director teatral de prestigio, diera el pelotazo mundial en 2000 con su segunda película, Billy Elliot, parece que los productores le han reclutado para la misma fórmula: novela premiada (o al menos best seller), estrellas en el reparto, y el objetivo de pisar la alfombra roja de los Oscar como horizonte. Así funcionó con Las horas (basada en la novela de Michael Cunningham ganadora del Pulitzer); El lector (adaptación de Bernhard Schlink); y Tan fuerte, tan cerca (basada en la obra de Jonattan Safran Foe). Con esta última empezó a patinar por su tibia taquilla y porque fue nominada a mejor película en 2012 gracias a la ampliación a nueve películas candidatas.

Sorprende la participación en el trabajo de adaptación de Richard Curtis, autor de los guiones de Cuatro bodas y un funeral, Notting Hill, y director de Love actually y la reciente Una cuestión de tiempo. Pese a su talento, las favelas no parecen el territorio de Curtis, que aseguraba el año pasado que Trash era una cinta de aventuras que hacía porque “nunca había hecho” algo parecido.

En el haber de Daldry se puede enumerar su oficio no aburrir imprimiendo ritmo a las historias y, sobre todo, su toque para las buenas interpretaciones especialmente en el apartado niños que queda patente en la camaradería de los tres adolescentes.

Al final, la misma pregunta que se hacen algunos personajes tampoco queda clara para el espectador: ¿cómo es posible que tres chavales carguen con semejante peso solo por su sentido de la moralidad?