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Hong Kong, de la colonización británica a la reivindicación democrática

  • Hong Kong fue colonia británica entre 1842 y 1997
  • China tomó posesión bajo la fórmula "un país, dos sistemas"
  • Los hongkoneses piden elegir directamente a sus representantes

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Hong Kong, un regalo envenenado para China

Las actuales protestas en Hong Kong no son las primeras en favor de la democracia. El pulso a las autoridades de Pekín se mantiene desde junio de este año, y las reivindicaciones tienen su origen en los acuerdos que hicieron posible el traspaso de soberanía del Reino Unido a China.

Colonia británica

Hong Kong pasó a manos británicas en 1842, tras la primera Guerra del Opio con China. Desde entonces, la isla se convirtió en colonia, nudo de comunicaciones y centro comercial del Imperio Británico, que la conservó pese al breve periodo de ocupación japonesa (1941-45) y a la creación, en el continente, de la República Popular China de Mao Tse Tung, en 1949.

Para los años 80 del siglo pasado, la isla de Hong Kong y su territorio adyacente (la península de Kowloon y varias islas menores) se había convertido en un centro financiero internacional y su economía se equiparaba a loa de los otros tres "tigres asiáticos": Singapur, Taiwan y Corea del Sur.

El sistema de gobierno de los británicos no incluía el sufragio universal de los hongkoneses. El Gobernador era designado en Londres, pero paulatinamente se abrieron espacios a la participación con la elección de un número limitado de representantes al Consejo local.

En 1984, Londres y Pekín pactaron la devolución del enclave bajo el principio de "un país, dos sistemas", que garantizaba cierta autonomía durante 50 años (ver más abajo).

El 1 de julio de 1997, con una ceremonia solemne, el último gobernador británico, Chris Patten, traspasó el poder a las autoridades chinas, dando fin a más de 150 años de colonización.

"Un país, dos sistemas"

El lema "un país, dos sistemas", que generalmente se usa para definir la relación entre la China continental y Hong Kong, fue acuñado por el presidente chino Deng Xiaoping para referirse a la deseada unión con la China continental de los enclaves colonizados o independientes (además de Hong Kong, Macao, que pasó de manos portuguesas a las chinas en 1999, y Taiwan).

Desde el 1 de julio de 1997, Hong Kong se convirtió en una Región Administrativa Especial dentro de la República Popular.

Además de mantener el sistema capitalista sin intervención estatal, el territorio disfruta de un sistema legal propio, libertades civiles y libertad de prensa. Protestas habituales en Hong Kong son impensables en China, donde la disidencia es perseguida y castigada con la cárcel.

El Gobierno chino se reserva la defensa, la política exterior y la última palabra sobre reformas electorales, y se compromete a ampliar la participación democrática.

Este estado de cosas, sin embargo, solo se mantendrá hasta 2047. A partir de esta fecha vence el acuerdo entre China y Reino Unido y será Pekín quien marque las reglas del juego.

¿Por qué protestan?

Antes de esta ola de manifestaciones (bautizada como la "revolución de los paraguas") los activistas organizaron una consulta no autorizada en junio para apoyar las reformas democráticas (votaron casi 800.000 personas) y una gran marcha en julio, coincidiendo con el aniversario del traspaso de soberanía.

China ha anunciado que permitirá la elección directa del gobierno autónomo en 2017, pero no habrá candidaturas libres. El Comité Electoral, considerado fiel a Pekín, nombrará un máximo de tres candidatos que tendrán que tener la aprobación de al menos un 50% de sus miembros.

Los movimientos pro-democracia, como Occupy Central, creen que así Pekín se garantizará un gobierno local sumiso, y exigen candidaturas libres y elección directa.