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'Las muertes de Prim' reabre la teoría conspiratoria

  • Mas de 100 fotografías muestran sus heridas y las causas de su muerte
  • Afirma que murió a las pocas horas desangrado,cambiando la'historia oficial´
  • El libro reta a la comunidad científica a un debate no politizado

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Detalle , ampliado por nosotros,del cuello con las marcas de estrangulamiento
Detalle , ampliado por nosotros,del cuello con las marcas de estrangulamiento

No es una novela más publicada en este año en el que conmemoramos el bicentenario del nacimiento del general Prim y Prat. Tampoco un ensayo. Ni un trabajo historiográfico. Las muertes de Prim recoge las conclusiones definitivas del primer estudio médico legal del general Prim, realizado en el Hospital Sant Joan de Reus, con los métodos siglo XXI, incluido un TAC, radiología o endoscopia, que no existían en su época. Este estudio llega al gran público 143 años después de su muerte, cuando está a punto de acabar el bicentenario de su nacimiento.

La antropóloga forense María del Mar Robledo y el criminalista Ioannis Koutsourais son los autores de este libro que reabre una vez más la 'teoría conspiratoria' en un caso que guarda muchas similitudes con el magnicidio de Dallas que acabó con la vida del presidente J.F. Kennedy.

Los autores realizan por primera vez una radiografía del crimen, con nuevos e inquietantes pruebas sobre las causas de la muerte. Están apoyadas en un estudio riguroso del cadáver momificado del general Prim, las ropas que vestía en el momento del atentado y la berlina en la que realizó su último viaje hasta encontrar la muerte aquel fatídico 27 diciembre de 1870, cuando, al día siguiente, debía partir hacia Cartagena para recibir como presidente del Gobierno y ministro de la Guerra al nuevo rey de España, Amadeo de Saboya.

Un reto a la comunidad científica

Un reportaje que convierte a este caso en el mejor fotografiado de los cinco grandes magnicidios- Prim, Cánovas, Canalejas, Dato y Carrero- de la historia de España reciente. Fotografías que son muy reveladoras. Y es que los muertos a veces hablan, si queremos escucharles, claro. Y en este caso, más, pues las conclusiones de María del Mar Robledo y de Ioannis Koutsourais han generado división entre los forenses, resuelta por la Escuela de Medicina Legal de la Universidad Complutense con un 'contrainforme' que apoya la 'verdad oficial' sobre el caso Prim: muerte por una infección provocada por heridas de bala.

"Estamos dispuestos -afirma la forense Robledo- a sentarnos con cualquier persona, en cualquier foro, sea en la Real Academia de Medicina, donde sea, a rebatir y discutir, entendámonos, entre comillas discutir, un trabajo científico".

"Nosotros - dice con determinación María del Mar Robledo- avalamos nuestras conclusiones con una serie de pruebas, en este caso, gráficas, que son demoledoras, y que las otras personas vengan en las mismas condiciones, después de haber estudiado el cuerpo, como lo hemos hecho nosotros, y que traigan también sus propias pruebas. A eso estamos abiertos en todo momento, pero nunca ha habido ninguna respuesta. Ninguna".

Los sicarios estaban sobre aviso

Entre seis y doce matones a sueldo intervinieron en el atentado. Estaban preparados y listos, esperando la llegada de la berlina con el general, al final de la calle del Turco, hoy Marqués de Cuba. Y lo más inquietante. Sabían la posición que ocupaba Prim en su interior, pese a que las ventanas permanecían cerradas con un telón negro, nevaba abundantemente aquel día del atentado y era noche cerrada. Y a pesar de ello, los sicarios dispararon al lugar donde se encontraba Prim. Fue la zona del coche más castigada por la metralla.

"Hoy, en día, en fuego cruzado a discreción contra un coche, con todas las lunas negras, hasta el conductor fallece", afirma a RTVE.es Koutsourais, que está seguro de que en el entorno de Prim, entre sus ayudantes, también latía la traición. El experto menciona expresamente al coronel Moya, ayudante de Prim, el único que salió ileso del atentado. Afirma que fue el coronel Moya, quien señaló a los asesinos la posición de Prim, que en el día del atentado no ocupaba su asiento habitual. Tenemos un relato revelador, escrito 22 años después del atentado, por el historiador Antonio Pirala.

"Próximo el carruaje a desembocar en la de Alcalá, se vio detenido por dos coches que obstruían el paso, atravesando uno deliberadamente y llegando otro en aquel crítico momento. Al asomarse Moya a ver el motivo de la detención, divisó algunos hombres vestidos con blusas y armados de trabucos, y exclamó: ¡Mi general, nos hacen fuego!".

Ioannis Koutsourais adelanta algunos datos reveladores del libro La deuda a Prim, que se publicará en septiembre y que completará este estudio médico legal. "Madrid - dice el criminalista- estaba inconmunicada y sin tropas. El telégrafo estaba interrumpido". Unas afirmaciones que provocan escalofríos, pues son anunciadoras de un golpe de Estado, destinadas a impedir un pronunciamiento militar, en aquel momento, a favor de Antonio de Orleans, el duque de Montpensier, como rey de España, tal como aparece en el sumario. Las piezas encajan, pero hay más.

Un trabucazo en el hombro izquierdo

La momia de Prim presenta una herida en el hombro izquierdo, provocada por un trabucazo, que dejó un boquete tan grande como un puño. Destrozó la cabeza del húmero, fragmentándolo en cuatro trozos. El dolor debió ser insoportable, próximo al paroxismo.

El TAC, realizado en el Hospital Sant Joan de Reus, confirmó la presencia de elementos metálicos y esquirlas provocadas por el estallido óseo, así como la posible afectación de grandes vasos sanguíneos como las venas humeral y la axial. Es un cuadro `mortal de necesidad´ por el schock hemorrágico que puede derivar en un fallo multiorgánico y la muerte si no se realiza una transfusión de urgencia, práctica desconocida en la época de Prim.

En el caso de Prim la pérdida de sangre debió ser abundante, facilitando su momificación posterior. "Entre dos o tres litros perdió Prim en el atentado", afirma Ioannis Koutsourais. Prim quedó inconsciente y murió así a las pocas horas, y no a los tres días como aseguró la `historia oficial´ y refleja la película muda Prim, del año 29

Prim hizo frente a sus asesinos

Prim trató de hacer frente a sus asesinos y desviar las bocas dispuestas a realizar la carga funesta y mortal en el interior de la berlina, como demuestran las heridas de bala en el codo izquierdo y en la mano derecha. Estaba acostumbrado al peligro, y no era precisamente un cobarde.

Tenía tres Lauredas de San Fernando, la máxima distinción española al valor. Y todos sus ascensos lo fueron por méritos de guerra, hasta alcanzar el generalato con 26 años. "El héroe más grande que ha tenido España después del Cid", afirma con rotundidad Ioannis Koutsourais a RTVE.es, mostrando con sus palabras la admiración que siente por Prim después de haberlo estudiado a fondo.

Balazos en el codo izquierdo y en mano derecha

En el cuerpo de Prim se observa un balazo en el codo izquierdo, con orificio de entrada y salida, que no afecta al hueso, aunque provocó un fuerte sangrado. El brazo debía estar levantado en alto.

Hay otras tres lesiones más por revólver en la mano derecha, que provocaron la amputación traumática del dedo anular. Fueron disparos a muy corta distancia.

"En ninguna de estas heridas se observa- dice María del Mar Robledo- signos de cura o de intervención quirúrgica posterior. Tampoco observamos una autopsia legal o judicial, tal como afirmó en su tiempo el sumario".

Signos de estrangulamiento

El general invencible sufrió otra segunda muerte, según los autores de este libro. En el palacio de Buenavista, en su propia lecho, y mientras se encontraba moribundo, bajo la custodia del general Serrano, el regente del reino, el único que tomaba las decisiones e informaba del estado del herido.

"En el examen externo del cadáver encontramos -afirma la forense en el libro- un surco que parte desde la parte posterior del cuello, presentando continuidad hasta la zona delantera y desde donde parte otro en dirección posterior y ascendente. Estas marcas son compatibles como lesiones externas de un tipo específico de asfixia mecánica : estrangulamiento a lazo o con ligadura".

Las fotografías descartan cualquier impronta provocadas por la presión ejercida por la ropa, como afirma la Escuela de Medicina Legal de la Computense en su `contrainforme´.

María del Mar Robledo está firmemente convencida de que Prim fue estrangulado después del atentado, y cuando todavía vivía. "Sin ninguna duda. Es innegable. Es indiscutible" Y hace la siguiente revelación. "Desde la Comisión Bicentario, constituida por el municipio de Reus, no querían que diéramos esa conclusión que se salía de la versión oficial, pero a posteriori dijeron que aceptaban esa posibilidad del estrangulamiento como algo muy remoto. Yo me negué"

A partir de ahí empezaron los problemas para esta forense.

El apuñalamiento por la espalda

Hay en el cadáver una herida en la espalda, que en un primer se atribuyó a un posible orificio de salida de un balazo, pero se descartó por la ausencia de sangre y de un agujero similar en la ropa de Prim

También se rechazó un corte quirúrgico, tal como afirmó la verdad oficial, al no presentar puntos de sutura. No es un corte lineal. No presenta la presencia de apósitos. Sólo cabía una posibilidad, que la herida fuera compatible con una lesión por arma blanca, que de forma precisa, fuera directa al corazón, como nos señala la forense Robledo a RTVE.es

Fue la tercera muerte de Prim, tal como defiende el libro.

Las obstrucciones y cortapisas

El trabajo científico de María del Mar Robledo no fue fácil. Denuncia que sufrió toda clase de cortapisas y presiones. "Hemos sufrido todo tipo de presiones, todas desde el mismo lugar, la denominada Sociedad Bicentenario General Prim 2014, formada por numerosas personas que se elevan como si fueran los dueños y señores del general Prim", asegura María del Mar Robledo, antropóloga forense y autora del libro. "Hemos sido vigilados durante todo el estudio forense", confirma la autora del libro a RTVE.es.

Su denuncia no sólo dirige hacia sociedad Any Prim. También a sus compañeros forenses de la comisión Prim, que han impedido que se realizara un estudio toxicológico o genético de Prim, pues la momia conserva su propio cabello.

También da por perdidas las tres ampollas con un líquido amarillento que se encontraron al abrir el féretro. Estaban en la entrepierna y en las axilas, formando el triángulo masónico, a la que pertenecía Prim como caballero Rosacruz. "Esos frascos están en un destino desconocidos. No sabemos quién los tiene y dónde están", afirma María del Mar Robledo.

El adiós de Reus al general Prim

Los restos de Prim ya reposan definitivamente en su Mausoleo de Plácido Zuloaga, recientemente restaurado, que existe en su ciudad de Reus, después de haber sido expuestos el día 31 de mayo en el Salón de Plenos del Consistorio. Cerca de 9.000 personas, según fuentes del Ayuntamiento de Reus, dieron el último adiós a los restos mortales del general Prim

Quedan ya pocos actos en este Any Prim. El día 18 de septiembre se abrirá en el Museo de Reus una exposición sobre el general y su época, con objetos personales nunca vistos hasta ahora. El día 13 de diciembre llegará el concierto del bicentenario interpretado por la banda sinfónica de Reus.

TVE se sumará al bicentenario

TVE también se ha sumado a esta conmemoración del bicentenario del nacimiento del general Prim. En el otoño se emitirá todavía sin fecha, pero en el mismo día, el documental Prim, anatomía de un general, de la productora de Pa Negre ,y la serie de ficción Asesinato en la calle del Turco, dirigida por Miguel Bardem, que recrea `la verdad oficial del atentado´, lejos de las conclusiones de María del Mar Robledo, que con satisfacción repite en su interior, como aquel día en el que terminó la autopsia de la momia de Prim en su Reus natal: "Sabemos lo que te han hecho. Lo sabemos, mi general".