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La Universidad de Valladolid halla dos nuevas moléculas en el medio interestelar

  • Las han detectado en las nubes de Orión y en una estrella
  • Del estudio en laboratorio han observado que contienen azufre y magnesio
  • Existen 150 moléculas en el medio interestelar

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Gran Nebulosa de Orión, en una fotografía tomada por el observatorio Infrared.
Gran Nebulosa de Orión, en una fotografía tomada por el observatorio Infrared.

Científicos de la Universidad de Valladolid (UVA) han identificado dos nuevas especies químicas en el medio interestelar. Se trata de dos moléculas cuya presencia han podido detectar gracias al radiotelescopio ALMA, ubicado en Chile.

Concretamente se trata de 'Etil mercaptano', una molécula estable y que puede sintetizarse en el laboratorio y de 'Isocianuro de hidromagnesio', otra molécula muy inestable, que no existe en la Tierra ni se puede sintetizar. Ambas se han podido identificar en el medio interestelar a través de los datos de laboratorio obtenidos por los investigadores del GEM, según ha informado Dicyt.

Los resultados de la investigación del Grupo de Espectroscopia Molecular (GEM) de la UVA se han publicado en la revista The Astrophysical Journal. El estudio ha sido posible gracias a ALMA (del inglés Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), un telescopio de vanguardia ubicado en el desierto de Atacama, en Chile, con el que pueden detectar la presencia de estas especies químicas en el medio interestelar.

Las nuevas moléculas

El Etil mercaptano se ha detectado en nubes moleculares de Orión. Lo han estudiado mediante "espectroscopia de milimétricas, analizando su espectro de rotación, unos datos que sirven para predecir su espectro en otras frecuencias como son las que detecta el interferómetro ALMA”, ha explicado el investigador del GEM, Carlos Cabezas.

La otra molécula, Isocianuro de hidromagnesio, se halló en los alrededores de la estrella IRC+10216. Los investigadores la pudieron generar en laboratorio con técnicas de ablación láser y descargas eléctricas a partir de una mezcla de gases y de una muestra sólida de magnesio, ha aclarado Cabezas.

"Después hemos realizado el mismo estudio que en el anterior caso, analizando el espectro de rotación y prediciendo este espectro en las frecuencias que puede detectar el interferómetro ALMA”, ha detallado.

Aunque los estudios que han realizado en torno a estas dos moléculas son similares, cada una de ellas tiene sus peculiaridades. “En el caso del Etil mercaptano es una novedad el hecho de que contenga azufre, mientras que en el caso del Isocianuro de hidromagnesio lo novedoso está en que contiene magnesio”, ha precisado el investigador del GEM, quien avanza que prevén publicar un nuevo artículo próximamente con otro hallazgo.

Solo otro grupo científico ubicado en Arizona (Estados Unidos), trabaja en la misma línea de investigación.

“Hasta ahora se han detectado 150 moléculas en el medio interestelar, la mayoría por este grupo que lleva trabajando 40 años. Nosotros investigamos desde 2010 en esta línea y desde entonces hemos localizado tres, las dos moléculas publicadas y una más que esperamos publicar próximamente”, ha subrayado.

Proyectos para conocer el origen del Universo

El interferómetro ALMA, puesto en marcha en 2013 por el Observatorio Europeo Austral y sus socios, tiene como objetivo estudiar la luz de algunos de los objetos más fríos del Universo.

Esta luz tiene longitudes de onda alrededor de un milímetro, entre el infrarrojo y las ondas de radio, por lo que se conoce como radiación milimétrica o submilimétrica. La luz en estas longitudes de onda proviene de grandes nubes frías en el espacio interestelar, a temperaturas solo unas pocas decenas de grados por encima del cero absoluto y de algunas de las galaxias más tempranas y distantes del Universo.

Los astrónomos pueden usar dicha luz para estudiar las condiciones químicas y físicas que se dan en estas nubes moleculares, densas regiones de gas y polvo donde están naciendo nuevas estrellas.

Esta potente herramienta no es la única que aportará nuevos datos sobre el origen y la evolución del Universo en los próximos años. A ella se une el satélite Herschel de la Agencia Espacial Europea, lanzado en 2009 y capaz de observar las fuentes de luz infrarroja más débiles y lejanas del Universo.

También los instrumentos de espectroscopia y espectropolarimetría de alta resolución de los telescopios del Observatorio Europeo Austral y de los Observatorios de Canarias.

Con el fin de avanzar en la explotación científica de todos los datos que van a aportar estas nuevas herramientas de observación espacial, 12 grupos de investigación nacionales especializados en espectroscopía molecular y astrofísica colaboran en el proyecto Consolider Astromol.

Entre ellos se encuentran el Grupo de Espectroscopia Molecular (GEM) de la Universidad de Valladolid, unidad asociada al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Su responsable, José Luis Alonso, es además subcoordinador de la red científica Astromol.