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Polanski provoca en Cannes con sus comentarios contra el feminismo

  • "La píldora ha cambiado mucho a la mujer, la ha masculinizado"
  • El director presenta La Vénus a la fourrure en el festival de cine
  • Jarmusch cierra con Only lovers left alive  el concurso de Cannes

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Roman Polanski en Cannes

Roman Polanski se ha mostrado este sábado en Cannes tremendamente provocador y sarcástico con un discurso en contra del feminismo. "Intentamos igualar los géneros, eso es totalmente idiota", afirmó el realizador en la presentación de La Vénus a la fourrure.

"Creo que es una pena que ofrecer flores a un mujer se haya convertido en algo indecente", respondió el director a una pregunta sobre cómo veía la evolución de la mujer en los últimos años dado que su película trata sobre la relación de dominación que se establece entre un hombre y una mujer.

Creo que "intentamos igualar los géneros, eso es totalmente idiota. Es el resultado -y voy a ser marxista- del progreso de la medicina. La píldora ha cambiado mucho a la mujer de nuestro tiempo, la ha masculinizado y hay otros elementos que alejan el romance de nuestras vidas, es una verdadera pena", afirmó.

Polanski mantuvo ese tono desafiante durante toda la rueda de prensa e incluso a su mujer, la actriz Emmanuelle Seigner, protagonista del filme, le espetó: "Van a creer que eres una rubia tonta" cuando respondió vagamente a la pregunta de si consideraba que su personaje en el filme era una diosa de la venganza.

"Diosa sí", dijo Seigner, a lo que Polanski, añadió, "de la venganza, claro". Y tras mostrarse de acuerdo con el realizador, la actriz añadió: "No lo he vivido así, sino más bien como algo positivo y divertido".

Juego de dominación

En la película, Seigner interpreta a una actriz que llega tarde a una audición para una obra de teatro. Allí se encuentra al director y autor de la adaptación de la obra (Mathieu Amalric), al que convence para que le haga una prueba, lo que supone el comienzo de un juego de dominación entre ellos.

"Yo los dominaba a ellos siempre. Es sobre eso el filme, sobre la dominación. Pero ellos nunca se quejaron", precisó el realizador, que jugó durante toda la rueda de prensa con la ironía y con un complicado equilibrio entre las bromas y la seriedad.

"Es él quien quiere ser dominado y ser tratado de forma sádica", indicó Polanski, que explicó que fueron esos aspectos "del sexismo y la sátira en el sexismo" los que encontró "seductores" para hacer el filme.

"Hay muchos elementos en ese personaje masculino que se rompen en pedazos y es bastante divertido. Pero sea lo que sea lo que piensen o sepan de mí, yo no soy de esa manera", agregó el director, que fue acusado de un delito de agresión sexual presuntamente cometido en los años setenta.

Película muy teatral

La Vénus a la fourrure (literalmente La Venus con abrigo de piel), con la que Polanski compite en la sección oficial, es una película muy teatral, protagonizada por dos únicos actores, Emmanuelle Seigner y Mathieu Amalric, en un escenario y en un único momento.

Una película que adapta una obra teatral de David Ives y que le llegó al realizador el año pasado cuando estaba en Cannes presentando una copia restaurada de "Tess".

Le atrajo la idea de rodarla en un teatro. "Yo nací en el teatro (...) y tengo una relación especial con un teatro vacío", que es donde se desarrolla la historia.

Una película que además ha permitido al director cumplir un viejo sueño, el hacer un filme con solo dos actores. "Mi primer largometraje (El cuchillo en el agua,  1962), era solo con tres actores y siempre consideré que dos sería un verdadero desafío".

Y el mayor desafío del filme es precisamente ese, el no aburrir a los espectadores con una historia de dos personas en un lugar, algo "muy, muy complicado" y "muy emocionante" al mismo tiempo.

Compite por la Palma de Oro

Con La Vénus a la fourrure, Polanski compite en la sección oficial de Cannes por una Palma de Oro que ya ganó en 2002 por The Pianist (El pianista).

"Mi primera en competición en Cannes fue desastrosa, con un filme titulado The Tenant (El quimérico inquilino) -en 1976-, que fue extremadamente mal recibido y resultó bastante humillante", recordó.

Por eso, cuando años después presentó The Pianist, regresó a París inmediatamente y la mañana misma de la entrega de premios le llamaron para regresar, pero sin decirle por qué.

Imaginaba que le iban a dar un premio, pero pensó que el de dirección no tenía sentido. "Ya había vivido lo suficiente para saber que podría realizar un filme".

Le convencieron y solo media hora antes de la entrega le dijeron que era la Palma de Oro y "fue un momento extraordinario", como cuando Harrison Ford recogió en su nombre el Óscar al mejor director.

Ahora vuelve a estar en competición. "No puedo decir que no me importa, sería hipócrita.  Hay que estar en competición y tener espíritu deportivo. No voy a decir que como ya tengo la Palma de Oro ya no me interesa".

Jarmusch cierra el concuerso con vampiros

Vampiros modernos, apasionados por la música, en un ambiente oscuro, onírico, dramático y melancólico. Eso es Only lovers left alive,  la extraña y, en pocos momentos, brillante película con la que Jim Jarmusch ha cerrado la competición de la 66 edición del Festival de Cannes.

Tilda Swinton y Tom Hiddleston son la pareja protagonista de unos vampiros en las antípodas de los jovencitos de Crepúsculo (Twilight), para una película que al director le llevó siete años hacer por la dificultad de encontrar financiación, según explicó en rueda de prensa.

Tras bromear con que creían que las películas de vampiros daban dinero, Jarmusch señaló que "quería hacer una película de amor con vampiros", un proyecto muy difícil de llevar a cabo, pero, agregó: "nunca renuncié".

"Costó tanto tiempo porque nadie quería darnos el dinero. Cada vez es más difícil para las películas que son un poco inusuales, o que no satisfacen las expectativas sobre algo, pero eso es lo bonito del cine", precisó el realizador estadounidense.

Y en ese complicado proyecto embarcó a Swinton, Hiddleston y John Hurt, tres vampiros cultos, con tantos años a sus espaldas como anécdotas curiosas que contar, aislados socialmente y que viven, lógicamente, en un mundo oscuro y decadente muy bien representado en el filme.

Swinton, encantada con su papel

Swinton indicó por su parte que la fascinación por el mundo de los vampiros viene de sus potenciales vidas eternas cuando los seres humanos "estamos tan aterrorizados por la mortalidad".

"En esta película me encanta la idea general de la invisibilidad. Es maravilloso", señaló la actriz, que no se sorprendió de que Jarmusch le propusiera este filme. "Me dieron ganas de decirle que pensaba que llevaba haciendo películas de vampiros toda la vida", agregó divertida.

Una película en la que los protagonistas "no son humanos, son animales", unas criaturas que tienen una larga historia de amor, lo que se muestra a través de fragmentos de una conversación que dura ya 500 años.

Y que sufren los mismos problemas que cualquier pareja que lleva muchos años junta. "Queríamos mostrar a una pareja que intenta vivir, pero vivir y permanecer juntos, y eso era lo interesante".

Entre el documental y el cuento de hadas

"Para mucha gente es una película de vampiros, para otros un documental y para otros un cuento de hadas", explicó la actriz entre las risas de los periodistas.

Ese fuerte componente romántico viene del hecho de que las historias de vampiros proceden de los poetas románticos, en opinión de Jarmusch. De Lord Byron y, por supuesto, también de Bram Stoker, pero con un fuerte componente iconoclasta.

Algo que se puede ver en el hecho de que el personaje de Hiddleston sea un músico minoritario, por el aprecio de los vampiros por la ciencia en contraste con su frustración contra los humanos y por la tristeza permanente en la que viven.

Una historia muy potente desde el punto de vista visual, que se desarrolla en Detroit y en Tánger. En Detroit porque era una ciudad mágica y misteriosa, en palabras del realizador, que era una "especie de París en el Medio Oeste" de Estados Unidos y con una increíble cultura musical, pero que se ha degradado trágicamente.

Mientas que en el caso de Tánger, quería usarlo por un café que existía en la ciudad, en la década de los cincuenta, llamado las mil y una noches, en el que un artista inventó la maquina del sueño, una "preciosa historia" que el realizador quiso integrar de alguna manera en el filme.

"Un proyecto fascinante" para Hiddleston, encantado de interpretar un papel tan diferente en su carrera, lleno de romanticismo y melancolía, frágil pese a ser vampiro y protagonista de una brillante historia de amor.

Only lovers left alive es una película diferente, divertida e irreverente, aunque un tanto repetitiva, que ha servido para cerrar hoy la competición oficial de la 66 edición de Cannes, cuyos premios se conocerán mañana por la tarde.