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Benedicto XVI pide a musulmanes y cristianos unirse para evitar la violencia en Oriente Medio

  • Es su primera visita a Libano en siete años de pontificado
  • Miles de libaneses han recibido al papa en las calles de Beirut
  • Ante el presidente libanés, defendió la libertad religiosa

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Benedicto XVI pide a musulmanes y cristianos unirse para evitar la violencia en Oriente Medio

El papa Benedicto XVI pidió a musulmanes y cristianos unirse para poner fin a la violencia y las guerras en Siria y en Oriente Medio, en un encuentro con los jóvenes en la sede del patriarcado maronita (cristiano de Oriente) en el Líbano.

"Digan que el papa está triste a causa de vuestros sufrimientos y vuestros duelos. No olvida a Siria en sus oraciones y preocupaciones. No olvida a Oriente Medio, que sufre. Llegó el momento en que musulmanes y cristianos se unan para poner fin a la violencia y las guerras", dijo Benedicto XVI.

En su alocución esta tarde frente a unos 20.000 jóvenes -no solo libaneses, sino también de lugares como Egipto, Chipre y los territorios palestinos- el santo padre se dirigió a los sirios, a los que dijo admirar por su valor y tenerlos siempre en su pensamiento.

También habló a los musulmanes que asistieron al encuentro: "Sed con los jóvenes cristianos el futuro de este maravilloso país y del conjunto de Oriente Medio. Tratad de construirlo juntos y, cuando seáis adultos, continuad viviendo en concordia junto a los cristianos".

"La belleza del Líbano se encuentra en esta simbiosis -subrayó el papa-. Es necesario que, cuando os miren en Oriente Medio, comprendan que los musulmanes y cristianos, el islam y la cristiandad, pueden vivir juntos sin odio".

Asimismo, animó a los jóvenes a no emigrar y a que se queden en la región: "Conozco vuestras dificultades en la vida cotidiana a causa de la falta de estabilidad, seguridad, la dificultad para encontrar trabajo o el sentimiento de soledad y marginación".

"El paro y la precariedad no deben incitaros a probar la miel amarga de la emigración, que conlleva el desarraigo y la separación por un futuro incierto", indicó Benedicto XVI, que alentó a los jóvenes a ser actores en su país y cumplir con su cometido en la sociedad y la Iglesia.

Joseph Ratzinger les recordó, además, que viven en una parte del mundo que vio el nacimiento de Jesucristo y el desarrollo del cristianismo, lo que supone un honor y una llamada a ser "testigos y mensajeros de la alegría de Cristo".

"Esta tarde, confiamos a la Virgen María y al bienaventurado Juan Pablo II, que me precedió aquí, a los jóvenes del Líbano y de los países de la región, en especial, a aquellos que sufren la violencia o la soledad y necesitan conforte. Que Dios os bendiga a todos", agregó.

El patriarca maronita dió la bienvenida al papa

Al encuentro con los jóvenes acudieron numerosas personalidades políticas y religiosas del Líbano, como el presidente Michel Suleimán y el patriarca maronita, monseñor Bechara Rai.

Antes del discurso del papa, Rai le dio la bienvenida y señaló que los jóvenes "están sedientos de esperanza por los acontecimientos acelerados que llaman a la esperanza y causan preocupación".

"Ellos (los jóvenes) aspiran a vivir en paz, justicia y estabilidad para poder realizarse en sus propios países y evitar la emigración", remarcó el patriarca.

Para Rai, los jóvenes de la región sufren "crisis políticas, sociales, económicas y culturales que minan su fe y les llevan a perder el verdadero camino de la identidad cristiana".

Durante la ceremonia, se leyeron varios extractos del Nuevo Testamento, entre ellos, una parte del Evangelio de San Juan, que fue declamada en árabe.

Por la mañana se reunió con autoridades políticas

El sumo pontífice celebró este encuentro con los jóvenes tras reunirse esta mañana con las máximas autoridades políticas y religiosas del Líbano.

Benedicto XVI había defendido la libertad religiosa como "un derecho fundamental", en un discurso ante los líderes políticos y religiosos del país, tras reunirse con ellos en el palacio presidencial de Baabda.

"Predicar y vivir libremente su propia religión sin poner en peligro la vida y la libertad debe ser posible para todos", dijo el sumo pontífice, que llegó el viernes a Líbano en la primera visita, de tres días, a este país en sus siete años de pontificado.

En su opinión, "la libertad religiosa tiene una dimensión social y política indispensable para la paz. Promueve la coexistencia y una vida armoniosa por su compromiso común al servicio de las causas nobles. La búsqueda de la verdad no debe imponerse por la violencia, sino por la fuerza de la verdad, que es Dios".

Joseph Ratzinger ha viajado a Líbano en un momento de tensión en Oriente Medio por la crisis en Siria y las protestas contra un vídeo del profeta Mahoma, considerado blasfemo por los musulmanes.

"¿Por qué Dios escogió esta región? ¿Por qué vive en la tormenta? Me parece que es para que sirva de ejemplo y sea testigo ante la faz del mundo de la posibilidad de que el hombre pueda vivir su deseo de paz y reconciliación de modo concreto", indicó.

En ese sentido, consideró que "Líbano está llamado, hoy más que nunca, a ser un ejemplo", ya que en este país el cristianismo y el islam han convivido durante siglos.

En referencia a los Estados que se enfrentan a conflictos armados, desempleo pobreza, corrupción y terrorismo, instó a "la solidaridad para apoyar las iniciativas que conducen a la unidad del pueblo por medios justos y honestos".

El papa, que terminó su alocución con un "salam aleikum" (que la paz sea con vosotros), abogó por una "sociedad plural, de mutuo respeto, convivencia, conocimiento del otro y diálogo continuo.

Suleimán quiere mantener al Líbano al margen de las tensiones

Por su parte, el presidente libanés subrayó en su discurso que en el Líbano todos se han puesto de acuerdo para evitar las repercusiones de lo que sucede en la región y preservar la estabilidad.

"La democracia no puede ser alcanzada en los países de la región, si los cristianos no participan en la vida política", advirtió Suleimán, quien manifestó el deseo del Líbano de que haya "reformas y derechos para las poblaciones de los países árabes, pero lejos del odio y la violencia".

Expresó la determinación de su país de atender a los refugiados sirios, instó a una "solución justa" del conflicto árabe-israelí y rechazó una vez más el asentamiento definitivo de los desplazados palestinos en territorio libanés porque "tienen derecho a regresar a sus hogares".

Dirigiéndose al papa, Suleimán afirmó que ha venido "como mensajero de la paz": "Somos conscientes de que su visita contribuirá a poner de relieve el papel del país (el Líbano) en el diálogo de las civilizaciones", aseguró.

El papa saludó a las multitudes

Antes de la reunión con Suleiman, Joseph Ratzinger pasó por la rotonda de Sayyed, donde los asistentes le jalearon pertrechados con banderas libanesas y del Vaticano, además de fotos del sumo pontífice y del presidente libanés Michel Suleimán.

También había personas asomadas a los balcones de sus casas para no perderse un detalle del paso del santo padre. Policías a caballo y soldados con ametralladoras se desplegaron a lo largo del recorrido.

Esta es la primera vez que Benedicto XVI ha tenido un contacto más directo con los libaneses, ya que ha circulado en el papamóvil, mientras que en la jornada de del viernes efectuó sus traslados en un vehículo blindado en medio de estrictas medidas de seguridad.