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Los griegos se empobrecen sin freno tras dos años de recortes para evitar la quiebra del país

  • El PIB se ha contraído el 20%; la pérdida de poder adquisitivo es mucho mayor
  • El paro casi se ha triplicado y ya afecta a más de la mitad de los jóvenes
  • El Estado acaba de cerrar una gran quita, pero sigue con la deuda disparada
  • Los prestamistas exigen más austeridad al Gobierno que salga elegido

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La crisis y los recortes podrían llevar el fin del bipartidismo a Grecia

Los planes de rescate

Hace dos años, la UE y el FMI acuden en rescate del Estado heleno ya que no podía afrontar sus vencimientos de deuda por el castigo de los mercados tras un año en el que se pasó de una previsión de déficit de en torno al 7% al 15,6%. El dato se reveló tras el cambio de Gobierno a finales de 2009, aunque la desconfianza en la clase política va más allá, en parte por una larga historia de casos de corrupción; y en la sociedad en general, por aspectos como la cultura extendida de evasión fiscal.

Como es costumbre en estos planes auspiciados por el FMI, al Estado griego no se le presta todo el dinero de golpe, sino que se van desbloqueando los fondos (en sucesivos tramos) según la evaluación de los duros recortes de gasto que se le imponen. Así, el Gobierno del Pasok, liderado por Yorgos Papandréus, pone en marcha hasta cuatro paquetes de austeridad, aunque a lo largo de 2011 estos se revelan insuficientes y debe negociar un segundo rescate con la UE, tan impopular que acaba costándole el puesto.

Entonces se forma un nuevo Ejecutivo de coalición dirigido por el tecnócrata Lukás Papadimos que ha aplicado nuevos recortes en los últimos meses y ha cerrado un acuerdo para la quita de algo más de la mitad de la deuda en manos privadas. Eso ha supuesto borrar más de 100.000 millones sobre los más de 350.000 que debía el conjunto del Estado a finales de 2011, lo que suponía el 165,3% de su PIB, una de las tasas más altas del mundo (y casi el doble de la media europea).

El objetivo es reducir la deuda al 120% del PIB en 2020, para lo cual la troika pide nuevos recortes del gasto público por 11.500 millones de euros hasta 2014.

Grecia afronta las elecciones de este domingo arrasada por la crisis: dos planes internacionales para evitar la quiebra del Estado griego por más de 240.000 millones de euros e infinidad de medidas austeridad desde 2010 no permiten vislumbrar el final de su grave crisis financiera, mientras la recesión se ha agudizado y la población se ha empobrecido notablemente.

La economía se ha hundido aproximadamente un 20% desde finales de 2008 (cuando dejó de crecer); sin embargo, la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos es mucho mayor.

En los dos últimos años de recortes, según Efe, el salario medio de los griegos se ha reducido en torno a un 30% y seguirá haciéndolo, ya que hace solo unas semanas que se ha eliminado la necesidad de respetar los convenios colectivos y se ha rebajado el salario mínimo más del 20% (a 585 euros). Aun así, la troika de prestamistas (Unión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) ha pedido que el coste laboral se reduzca un 15% más.

Suben sobre todo servicios básicos

A eso hay que añadir que desde 2010 no para de subir el coste de la vida, aproximadamente un 10% según los datos oficiales de inflación. Lo más duro es que se han disparado los precios de algunos servicios esenciales, por ejemplo, hasta un 50% en el caso de los transportes. Similar subida se ha aprobado para el gasóleo para calefacción.

Pero además han subido una amplia de gama de impuestos y se han creado algunos nuevos. Y en el caso de la sanidad, se ha introducido una tasa de 5 euros por visita médica y pagos de hasta 500 euros por los análisis, al tiempo que el Gobierno estudia reducir la cobertura de las recetas médicas, informa Efe. La agencia cita un estudio de la Universidad de Patrás que concluyó que el 70% de los encuestados asegura no tener dinero suficiente para comprar medicinas y casi el 60% afirma haberse saltado análisis médicos por problemas económicos.

De esta forma, uno de cada tres griegos vive por debajo del umbral de la pobreza relativa (ingresos menores de 4.264 euros anuales para un hogar de un solo miembro) y el número de personas sin hogar supera ya los 20.000, algo desconocido en el país hasta hace pocos años, añade la misma fuente.

El paro, en fuerte progresión

Este descenso del poder adquisitivo, sumado a las deudas y a la sequía de crédito bancario, han provocado el cierre de más de 100.000 negocios y, de acuerdo a la Confederación Nacional de Comercio Griego, en Atenas, una de cada tres tiendas ha bajado definitivamente la persiana, explica Efe.

Con ese panorama, no es de extrañar que el país casi haya triplicado la tasa de paro, desde un mínimo del 7,2% en 2008 hasta el actual 21,8%, con un 50,8% de jóvenes sin empleo.

Y el horizonte no es nada halagüeño. El propio Gobierno prevé que este año el producto interior bruto caiga casi un 5% más, lo que supone que el país aún tardará varios años en crear empleo, según las previsiones oficiales. Solo en el sector público se prevén 150.000 despidos antes de 2015.