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Breivik afirma ante el tribunal que prefiere la pena de muerte a la "patética" condena de 21 años

  • Asegura que hay dos células listas para atentar en Noruega 
  • Se enzarza con la Fiscalía sobre la existencia de los Caballeros Templarios

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Tercera jornada del juicio contra Anders Breivik por los atentados de Noruega

El ultraderechista Anders Behring Breivik, ha declarado ante el tribunal que le juzga por los atentados del pasado 22 de julio en Noruega en los que murieron 77 personas, que la pena de muerte o su absolución son los dos "únicos destinos" que contempla para su caso.

"Una pena de prisión de 21 años es patético. No quiero (la pena de muerte, nota del editor), pero respetaría el veredicto", ha señalado en la tercera jornada del juicio, en la que también ha advertido de que hay dos "células" listas para atentar en Noruega en cualquier momento, algo que la Fiscalía ha descartado. 

"No creemos que haya otras células", ha afirmado Svein Holden, uno de los dos fiscales asignados al caso.

Con el brazo extendido y el puño en alto como en jornadas anteriores, el ultraderechista Anders Behring Breivik ha respondido visiblemente más nervioso y con evasivas a las preguntas de la Fiscalía sobre sus viajes a Liberia y Reino Unido para reunirse con los Caballeros Templarios, la supuesta red nacionalista a la que pertenece.

En el tercer día del juicio por los atentados del pasado 22 de julio en Noruega en los que murieron 77 personas, el asesino confeso ha asegurado que se reunió con los Caballeros Templarios en 2002 en Londres y que allí le pidieron que escribiera un manifiesto ideológico.

La polémica sobre los Templarios

Preguntado sobre cómo pasó de ser un adolescente vándalo de un próspero  barrio de Oslo a un asesino metódico, Brevik ha respondido que ayudó a fundar el grupo, "formado por cuatro personas con una gran integridad" en 2001 y se ha irritado ante las insinuaciones de la Fiscalía que ponían en duda la existencia de la organización anti-islamista.

"Tu intención es sombrar dudas sobre si la red existe", ha afirmado visiblemente alterado. “Tengo muchos defectos, pero creo que he podido hacer lo que quería”,  ha añadido.

El origen de los Caballeros Templarios se encuentra en una hermandad medieval de caballeros que financiaban las cruzadas contra los musulmanes.

Las preguntas también se han centrado en la vida académica y laboral de Breivik, que ha reconocido haber ganado a los 26 años de medio millón de euros (cuatro millones de corones) mediante la venta de diplomas falsos. 

Brevik, que  pidió este martes su absolución tras declarar que volvería a perpetrar la matanza, mantiene contacto postal con seguidores y simpatizantes políticos de todo el mundo.

"Se trata de cartas con inequívocas declaraciones de apoyo con los mismos puntos de vista políticos del observado. Son cómplices políticos, usan la misma lengua y terminología que él", señala el psiquiatra Terje Tørrissen en el segundo estudio mental que se la ha hecho a Breivik, según informa este miércoles el diario "VG".

En el informe, del que solo se han publicado las conclusiones pero del que "VG" reproduce este miércoles fragmentos, Tørrissen resalta que algunos de los que escriben a Breivik "dicen que él les ha inspirado y que se han vuelto más extremistas a causa de los actos del observado".

Cartas de admiradores

Las autoridades del penal de Ila, al oeste de Oslo y donde el fundamentalista cristiano permanece encerrado de forma preventiva desde hace nueve meses, han confirmado que Breivik recibe muchas cartas cada día.  El propio acusado ha asegurado a los psiquiatras que mantiene contacto con seguidores de más de veinte países y que el volumen de correo que le llega es tal que no puede ponerse al día.

"VG" reproduce además una entrevista con fotografía de un joven estadounidense de 23 años llamado Kevin, estudiante en la Universidad Católica Assumption College de Massachusetts y cuyo "sueño" es conocer a Breivik.

"Lo que Breivik hizo en Utøya -la isla donde cometió una matanza de jóvenes laboristas- mostró que es un patriota nacionalista racional que quiere proteger a su gente contra el islam, el multiculturalismo y el marxismo", afirma el joven.

Las autoridades levantaron en enero pasado la prohibición de que el ultraderechista recibiera cartas.

Breivik hizo estallar una furgoneta bomba el pasado 22 de julio en el complejo gubernamental de Oslo y justo después se trasladó a Utøya, donde cometió una masacre en la que resultaron muertas 69 personas, la mayoría menores de 20 años que asistían al campamento de las Juventudes Laboristas.

El objetivo de los atentados era castigar al Partido Laborista, en el poder en Noruega, por apoyar el "multiculturalismo" y permitir la "invasión" islámica que "amenaza" la supervivencia del pueblo noruego, según ha declarado Breivik en el juicio.