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La ONU denuncia la "indiferencia" mundial ante la crisis del Sahel frente a la movilización en Siria

  • Unicef cifra en 700 millones de dólares la ayuda necesaria para la zona
  • La OMS dice que si se llega a tiempo se puede salvar al 95% de los afectados
  • Tres millones de personas sufren malnutrición y un millón de niños está en riesgo

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Los máximos responsables de tres agencias de la ONU -Unicef, OMS y ACNUR-han denunciado de manera conjunta la indiferencia de la comunidad internacional hacia la hambruna en la región africana del Sahel y la han contrastado con la atención internacional que tiene la situación en Siria.

"Vivimos en un mundo en el que solo se presta atención a un tema, en este caso Siria por razones obvias, y el resto de cosas se olvidan, lo que no quiere decir que no existan", ha explicado el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Antonio Guterres.

Guterres ha comparecido junto a la directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, y al director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake, en un esfuerzo mediático conjunto poco habitual que persigue devolver la atención mediática y política a esta tragedia humanitaria olvidada.

"Si no hacemos nada en los próximos meses, muchos niños morirán y muchas familias sufrirán", ha manifestado Lake ante la prensa, donde ha indicado que la vida de entre 1 y 1,5 millones de niños "pende actualmente de un hilo".

Unicef lanzó una campaña hace una semana denunciando la situación de estos menores, en la que llamaba a la movilización en las redes sociales para frenar la situación.

En total, más de tres millones de personas padecen actualmente una malnutrición severa.

"Lo que estamos haciendo es realizar un llamamiento contra la indiferencia global que hemos encontrado hasta ahora. Hay fatiga en torno al tema de la hambruna", ha insistido el máximo responsable de Unicef.

Lake ha estado recientemente en el Chad, uno de los países afectados, y donde ha constatado in situ la crisis nutricional que vive el país.

El Sahel es una región de unos cuatro millones de kilómetros cuadrados, repartida entre 12 Estados, la mayoría de ellos entre los más subdesarrollados y pobres del mundo, con población mayoritariamente musulmana, fronteras muy permeables y Gobiernos inestables: Mauritania, Senegal, Malí, Argelia, Guinea, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Camerún, Chad, Sudán y Eritrea.

700 millones necesarios

A la inestabilidad política, ejemplificada en las últimas semanas por la rebelión tuareg y la declaración de independencia del norte de Mali, se ha sumado en los últimos años una severa sequía, la tercera en la última década, que ha propiciado la ruina de las cosechas, la muerte de los rebaños de animales y la falta de agua.

Según Lake, se trata de una combinación explosiva de elementos, a la que hay que sumar el incremento de los precios de los alimentos y el combustible, y la aparición de enfermedades como la polio, el sarampión y la meningitis, lo que requeriría una respuesta múltiple por parte de la comunidad internacional y los países donantes.

Lake ha informado de que para evitar con garantías una alta mortalidad en la región en los próximos meses son necesarios 700 millones de dólares, de los cuales los donantes solo han facilitado por ahora la mitad, un porcentaje que cae hasta el 29 % en el caso de los fondos solicitados y percibidos por ACNUR para atender a los refugiados.

El máximo responsable de UNICEF ha argumentado que ayudar a las personas en situación de extrema necesidad en la región del Sahel "no es piedad ni caridad", sino "un acto de apoyo a un grupo de gente en su valiente lucha por mantenerse con vida".

Se puede salvar al 95% de los afectados

Por su parte, Margaret Chan ha subrayado que pese a lo dramático de la situación todavía hay "una ventana de oportunidad" para salvar las vidas de hasta un 95% de los aquejados de malnutrición severa.

"Tenemos tiempo hasta los meses de junio y julio", ha declarado la responsable de la OMS, que ha explicado que los afectados por esta crisis "han agotado ya hasta el último grano de sus cosechas".

Guterres ha incidido en la complicada situación de seguridad en muchos puntos de esta franja de territorio que cruza África de este a oeste, donde hay presencia del grupo terrorista Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y donde, solamente en el caso de Mali, hay una población desplazada de 250.000 personas.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados ha advertido de que si se extiende la situación política de Mali a otros países de la región con poblaciones étnicamente similares "podríamos afrontar un deterioro dramático de la situación general de seguridad".

Según Guterres, ACNUR tiene acceso limitado a muchos de los lugares donde están los refugiados -"en algunos solo nos podemos mover con escolta"-, pero ha podido constatar que por el momento los refugiados han podido salir sin problemas a los países vecinos.

Ha citado los ejemplos de Mauritania, Níger y Burkina Faso, que "han mantenido abiertas sus fronteras pese a sus propias dificultades y han compartido con los refugiados todo lo que tenían".

"Es una prueba de solidaridad que la comunidad internacional debería emular", han concluido.