Enlaces accesibilidad

La presidenta argentina pide diálogo y ayuda para identificar a las víctimas de las Malvinas

  • Cristina Fernández ha encabezado un acto en Ushuaia
  • Se cumplen 30 años del inicio de la guerra, que dejó 900 muertos
  • Choques entre radicales y policía frente a la embajada británica en la capital

Por
Continúa la disputa por las Malvinas en su 30 aniversario

La presidenta argentina, Cristina Fernández, ha apostado este lunes por el "diálogo" para resolver el conflicto con el Reino Unido por la soberanía de Malvinas y ha pedido a la Cruz Roja Internacional ayuda para identificar a los soldados enterrados en las islas.

Fernández ha encabezado en Ushuaia, la capital de Tierra de Fuego y para los argentinos también la capital de Malvinas, un acto con un marcado carácter nacionalista en conmemoración del 30 aniversario del inicio de la guerra contra el Reino Unido por la soberanía de las islas.

"No queremos tambores de guerra", ha dicho la presidenta argentina, que ha defendido el diálogo para buscar una salida al conflicto con Londres.

Fernández ha indicado que el pasado viernes envió una carta a la Cruz Roja Internacional para pedir su intercesión ante Gran Bretaña para facilitar la identificación de los soldados caídos en la guerra y enterrados como no identificados en el cementerio de Darwin, en Malvinas.

"Cada uno merece tener su nombre en una lápida, cada madre tiene el derecho inalienable de enterrar a sus muertos, ponerle una placa y llorar frente a esa placa", ha dicho Fernández, arropada por buena parte de su Gabinete y por decenas de veteranos de la guerra.

La guerra entre Argentina y Reino Unido por la soberanía de Malvinas, que comenzó el 2 de abril de 1982 y que concluyó con la rendición argentina el 14 de junio, dejó cerca de 900 muertos, en su mayoría argentinos.

Choques frente a la embajada británica en Buenos Aires

Activistas de grupos radicales se han enfrentado con la policía frente a la embajada británica en Buenos Aires.

Según medios locales, los incidentes se han producido cuando miembros de organizaciones radicales que participaban en una marcha de protesta contra el Reino Unido arrojaron cócteles molotov a las fuerzas de seguridad que custodiaban la embajada británica.

Un fuerte dispositivo policial repelió la agresión con camiones de agua, pelotas de goma y gases lacrimógenos. Los medios locales han citado varios agentes heridos, aunque fuentes oficiales no han confirmado daños materiales ni personales.