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Golpe de estado en Mali a manos de un grupo de militares descontentos con el Gobierno

  • El presidente se refugia en un campamento militar de la capital
  • Condena internacional, mientras Francia suspende su cooperación con la excolonia
  • La situación no afecta a los cooperantes secuestrados, según García-Margallo 

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Los militares en Mali han tomado el palacio presidencial y controlan el país

Los militares malienses amotinados desde este miércoles en la sede de la radio y la televisión estatales en la capital, Bamako, han anunciado este jueves en un mensaje televisado la disolución de todas las instituciones del estado y la suspensión de la Constitución.

Así lo ha anunciado el denominado portavoz del Comité Nacional por la Recuperación de la Democracia y la Restauración del Estado (CNRDRE), Amadou Konaré. En su alocución, Konaré ha denunciado la incapacidad del Gobierno para "gestionar la crisis del norte de nuestro país", donde el grupo independentista tuareg Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA) se levantó en armas en enero.

Así mismo, lo ha acusado de ser incapaz de hacer frente al terrorismo y de no poder dotar al Ejército de los medios suficientes para desarrollar su labor. No obstante, Konaré ha señalado que el CNRDRE no tiene intención de "confiscar" el poder.

Según AFP, el presidente del país, Amadou Toumani Touré, se encuentra refugiado en un campamento militar de la capital, Bamako, junto a miembros de su guardia personal.

Los militares han dispuesto este jueves el cierre del espacio aéreo y las fronteras terrestres del país, según han confirmado a Efe fuentes próximas a los propios golpistas. La medida la ha tomado el autoproclamado CNRDRE, bajo el que se agrupan los golpistas, y permanecerá en vigor al menos hasta el próximo martes, indicaron las fuentes. 

Condena internacional

Tanto la ONU, como la Unión Africana (UA), la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO) y la Unión Europea (UE) han condenado el golpe y han exigido el respeto del orden constitucional.

Francia, ex metrópoli colonial, ha suspendido toda su colaboración con Mali. Su ministro de Exteriores, Alain Juppé, ha pedido que se mantenga la convocatoria de elecciones, previstas para abril. "Hemos condenado el golpe porque nos ceñimos al respeto a las reglas democráticas y constitucionales. Pedimos que se restablezca el orden constitucional", ha dicho Juppé en Europe 1.

Argelia, país fronterizo,  ha rechazado también con firmeza el  recurso a la fuerza y ha calificado el cambio de régimen de  anticonstitucional.

El Ministerio de Asuntos Exteriores español está tratando de ponerse en  contacto con los 166 españoles que residen en Mali para su posible evacuación. El ministro, José Manuel García-Margallo, ha afirmado que el golpe "no afecta" a las negociaciones entabladas por el Gobierno español para tratar de liberar a los cooperantes Enric Gonyalons y Ainhoa Fernández, secuestrados en el norte del país.

Según el ministro, Gonyalons y Fernández, secuestrados el pasado 23 de octubre en los campamentos de Tinduf (Argelia), están en el norte de Mali, un área controlada por grupos tuareg y no por el Gobierno de Touré. "Los españoles secuestrados están en una zona donde el golpe no tiene ningún tipo de incidencia. Los cambios políticos que se hayan producido en Bamako no afectan", ha puntualizado.

El levantamiento tuareg

Todo comenzó el miércoles por la mañana en el cuartel de Kati, ubicado a 15 kilómetros de la capital, después de que el ministro de Defensa de Mali, Sadio Gassama, ofreciera un discurso sobre la situación en el norte del país, donde una revuelta independentista tuareg ha puesto en jaque al Gobierno.

Los militares, en su mayoría jóvenes, se amotinaron, tomaron las armas y comenzaron a disparar al aire,  aún en presencia del ministro, que se vio forzado a abandonar el  acuartelamiento, en tanto que los amotinados emprendían la marcha hacia  Bamako. "Los familiares de los militares se niegan a que sus parientes sean enviados al frente", decía a Efe un oficial del Ejército.

El grupo independentista tuareg Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA) protagonizó el pasado 17 de enero una rebelión armada para exigir la autodeterminación del norte del país. Desde entonces, decenas de personas han muerto, aunque no existen cifras oficiales, y casi 200.000 se han visto obligadas a abandonar sus hogares buscando refugio en otras partes del país o en los estados vecinos.

Este movimiento tuareg, creado a finales de 2011, se levantó en armas exigiendo la autodeterminación de la parte septentrional de Mali, que limita con Mauritania, Argelia, Níger y Burkina Faso.

El norte de Mali es también uno de los principales refugios en la región del grupo terrorista Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).