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Bruselas cree que cualquier emisión de eurobonos deberá ir acompañada de más vigilancia fiscal

  • Barroso presentará tres propuestas para la emisión de eurobonos
  • Alemania se muestra abierta a estudiar las propuestas
  • Dos de las opciones requieren un cambio en el Tratado de Lisboa

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La Comisión Europea considera que cualquier tipo de emisión de deuda común en la eurozona (eurobonos) con tres propuestas que van a ser presentadas este miércoles por su presidente, Jose Manuel Durao Barroso, debería ir acompañada de una supervisión fiscal reforzada, lo que podría incluir poner a los países incumplidores bajo algún tipo de "administración" externa.

La opción de emitir eurobonos ha sido apuntada, desde que el pasado mes  de agosto, las primas de riesgo de países de la zona euro como España,  Italia alcanzaron máximos históricos, todavía superados en las últimas semanas y con el temor de Francia a que su deuda soberana pierda la máxima calificación.

El borrador del libro verde sobre la viabilidad de la introducción de los eurobonos que el presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, presentará el miércoles, indica que "cualquier tipo de bonos de estabilidad tendrían que ir acompañados por una vigilancia fiscal y una coordinación política sustancialmente reforzadas" para garantizar unas "finanzas públicas sostenibles".

Alemania se ha mostrado reacia hasta ahora a la introducción de los eurobonos porque teme que los países que deben poner en orden sus finanzas dejen de introducir las reformas necesarias porque se beneficiarían de las garantías de los demás y de la mejor calificación crediticia de otros Estados miembros.

Control más estricto de las cuentas públicas

Vincular los bonos de deuda común a un control más estricto de las finanzas públicas tendría implicaciones para la soberanía fiscal de los países incumplidores. Bruselas considera que una mayor supervisión de las cuentas públicas conllevaría un análisis más estricto de los proyectos presupuestarios de los países, no solamente de Estados con problemas sino de todos los miembros.

"La aprobación por la UE de presupuestos podría ser necesaria para los Estados miembros que participen (en los eurobonos) bajo ciertas circunstancias tales como un alto endeudamiento o altos niveles de déficit", afirma la Comisión en el borrador.

Una mayor supervisión de la ejecución presupuestaria sería necesaria, lo que incluiría informar periódicamente del cumplimiento de los objetivos, la introducción de mecanismos de alerta basados en indicadores fiscales y la posibilidad de corregir desviaciones durante la ejecución del presupuesto.

Eso se podría hacer a través de "reservas presupuestarias" que los países tendrían que incluir en sus presupuestos y condicionando la entrada en vigor de nuevas y costosas medidas al cumplimiento de la ejecución presupuestaria, señala el documento.

Límite al déficit en la Constitución

También los países deberían reforzar sus mecanismos, a través de la introducción del equilibrio presupuestario en las constituciones o legislaciones nacionales, junto con un mecanismo para velar por su cumplimiento, la evaluación por parte de entidades independientes de los presupuestos y la creación de instrumentos de coordinación entre las diferentes administraciones.

Pero la CE va más allá y afirma que habría que poner en marcha un sistema que asegurara de manera creíble el pago de la deuda por parte de cada Estado miembro. Afirma que el pago de los intereses de los bonos comunes "no debe ser cuestionada bajo ninguna circunstancia".

Una opción para garantizar este objetivo sería la de "poner al Estado miembro incumplidor bajo algún tipo de administración", según reza el borrador.

Otra posibilidad, que conllevaría menos injerencia en la soberanía fiscal, consistiría en introducir una cláusula que obligara a los Estados a dar prioridad al pago de sus deudas sobre cualquier otro gasto contemplado en sus presupuestos.

También se prohibirían nuevas emisiones nacionales si no se ha pagado aún los intereses. La CE advierte de que estas opciones tendrían que tener fuerza legal, probablemente a nivel constitucional.

La CE afirma que los eurobonos harían al sistema financiero de la eurozona más resistente a futuras crisis, a la vez que el sistema bancario se beneficiaría al disponer de un activo más homogéneo, seguro y robusto, y facilitaría la transmisión de la política monetaria por parte del Banco Central Europeo.

Tres opciones para los eurobonos

La Comisión Europea presentará este miércoles tres opciones para la emisión de deuda común en la eurozona, conocida como eurobonos, dos de las cuales prevén la sustitución parcial y una tercera el reemplazo pleno de los bonos nacionales por los "bonos de estabilidad".

El Ejecutivo comunitario revela que dos opciones requieren un cambio en el Tratado de Lisboa. La primera opción es la sustitución de todos los bonos nacionales por los bonos de estabilidad, que podrían ser emitidos de manera descentralizada pero con un procedimiento coordinado o mediante una agencia de deuda del euroárea, que distribuiría los ingresos a los Estados miembros dependiendo de sus necesidades financieras.

Estos bonos se emitirían con garantías varias y comunes por todos los Estados miembros, lo que implica compartir el riesgo crediticio.

Tendrían la ventaja de garantizar plenamente las necesidades de refinanciación de los Estados miembros, con independencia de las condiciones de sus finanzas públicas, pero les darían por otro lado vía libre para descuidar su disciplina fiscal, dado que ya no estarán expuestos a presiones sobre su coste de financiación, afirma la Comisión Europea.

Por tanto, esta opción tendría que ser acompañada por un marco muy robusto que garantice la disciplina presupuestaria y la competitividad económica a nivel nacional. Dado que esta posibilidad requerirá cambios en el Tratado, la implantación de bonos de estabilidad con la garantía de todos los Estados miembros requerirá "un tiempo considerable".

Segunda opción: sustitución parcial por nuevos bonos

La segunda opción es la sustitución parcial de los bonos nacionales por los nuevos de deuda común y con garantías varias y comunes de los países de la eurozona, el llamado esquema "azul-rojo", que crearía un mercado con bonos soberanos de dos pilares.

Unos serían los "bonos azules", que consistirían en la emisión de títulos soberanos comunes hasta ciertos límites preestablecidos y por tanto podrían no cubrir todas las necesidades de refinanciación de todos los Estados miembros.

Esos bonos contarían con garantías varias y comunes de todos los Estados miembros.

Bajo este modelo, cada Estado miembro podría tener el derecho a emitir un cierto porcentaje específico de su PIB de bonos azules, pero sin superar el 60 % de su PIB, reflejando el criterio del Tratado de Maastricht.

El resto serían bonos nacionales, los llamados "bonos rojos". Estos títulos solo contarían con las garantías nacionales.

Una dimensión importante de esta opción sería establecer cuánto riesgo debe ser concentrado en la emisión nacional, según la Comisión Europea.

También podría fijarse un techo para el porcentaje de emisión de los "bonos rojos" que se vincularía al cumplimiento de las normas y recomendaciones en el marco de la gobernanza económica, y cuyo incumplimiento podría ser sancionado, quizás rebajando el límite.

Eso alentaría a los Estados miembros a no descuidar sus compromisos en cuanto a deuda, déficit y consolidación fiscal.

También esta versión requeriría un cambio en el Tratado.

Tercera opción: sustitución parcial por garantías

Por último, la tercera opción que plantea la Comisión Europea es la sustitución parcial de bonos nacionales con garantías varias pero no compartidas por todos los Estados miembros.

Este sistema implica que cada país tenga que garantizar la parte proporcional que le corresponde asumir según su necesidad de financiación del conjunto de la emisión de bonos de estabilidad. También asume la garantía de la emisión de bonos nacionales.

Este modelo proporcionaría menos beneficios para la emisión común de deuda, pero también requeriría menos condiciones previas para implantarlo en la eurozona.

Esta opción también mitigaría el riesgo moral que implica emitir conjuntamente bonos, porque los Estados miembros no se podrían beneficiar de la calidad crediticia mayor de los demás países y la emisión de bonos nacionales les expondría al escrutinio de los mercados, de manera que intentarían mantener sus finanzas en orden.

Esta versión podría ser aplicada con relativa rapidez, dado que no necesitará un cambio en el Tratado.

Merkel, abierta a estudiar las propuestas sobre eurobonos

La canciller alemana, Angela Merkel, está abierta a estudiar las propuestas que está barajando la Comisión Europea (CE) para la implantación de los denominados eurobonos, aunque a priori está en contra de esta medida.

Así lo ha explicado en un encuentro rutinario con periodistas el portavoz del Ejecutivo alemán, Steffen Seibert, y ha añadido que Merkel hablará sobre este extremo con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, el jueves, cuando tienen previsto mantener un encuentro en Estrasburgo (Francia).

"Es seguro decir que en ese encuentro se va a hablar sobre todo", ha indicado Seibert al ser interrogado al respecto.

No obstante, el portavoz recordó que el Ejecutivo germano considera que los eurobonos no son la "panacea" para resolver la crisis de la deuda soberana en la eurozona y abogó por "combatir las causas de la crisis".