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Claves de Galileo, el primer sistema civil de navegación por satélite

  • Los dos primeros satélites han sido lanzado con éxito este viernes
  • Es la alternativa europea al GPS estadounidense
  • Hasta 2019 no será plenamente operativo

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Uno de los satélites Galileo preparado para el lanzamiento
Uno de los satélites Galileo preparado para el lanzamiento

El cohete Soyuz con los dos primeros satélites del sistema de navegación Galileo ha sido lanzado con éxito hoy viernes desde el Puerto Espacial Europeo de Kourou, en la Guayana Francesa.

El lanzamiento estaba previsto para ayer jueves, pero tuvo que ser aplazado durante 24 horas, después de una reunión técnica en la que se decidió cancelarlo a última hora. Finalmente, a pesar de las condiciones meteorológicas, los satélites han podido despegar con éxito.

El programa está auspiciado por la Unión Europea, aunque hay algunos otros países no miembros de la UE que participan en él.

A diferencia del conocido GPS estadounidense, y esta es una de las principales razones, sino la principal, para que se haya acometido su puesta en marcha, Galileo está concebido como un sistema para su uso civil, mientras que el GPS fue diseñado para su uso militar. 

De hecho, el GPS transmite sus señales con dos tipos de códigos, siendo el civil menos preciso que el militar, e incluye en su diseño la capacidad introducir errores al azar en las señales para dificultar su uso por parte de aquellos que no tengan un receptor militar con las claves adecuadas, aunque de hecho esta característica no se usa desde el 1 de mayo de 2000 y los futuros.

Además, el gobierno de los Estados Unidos conserva la capacidad de cerrar el uso civil del GPS, lo que podría suceder por ejemplo durante una guerra, aunque es cierto que Galileo también podría ser desactivado por motivos similares.

30 satélites en órbita

Los satélites que forman parte de Galileo, además, tendrán órbitas más inclinadas que los del sistema GPS,  por lo que su funcionamiento será más preciso en latitudes altas –cerca de los polos– que este o el del sistema GLONASS ruso. Estas órbitas tendrán 23.616 kilómetros de altitud, y cada satélite tardará unas 14 horas en dar la vuelta a la Tierra.

Galileo tendrá dos tipos de señales: una gratuita y otra de pago

Eso sí, Galileo tendrá también dos tipos de señales, una de uso gratuito, con una precisión aproximada de un metro a la hora de fijar la posición del receptor, y otra más precisa se reservará para aquellos que paguen por usarla y para usos militares. 

En cualquier caso, está previsto que los futuros satélites GPS incorporen los equipos necesarios para que ambos sistemas puedan ser usados de forma combinada.

La idea es también que suceda lo mismo con los receptores y que en el futuro estos vengan equipados para recibir señales de los satélites GPS y de los del sistema Galileo. Como no podía ser de otro modo en un proyecto de esta complejidad y en el que hay que dar cabida a los intereses de múltiples naciones, Galileo acumula ya años de retraso y hubo momentos en los que pareció casi segura su cancelación.

En la actualidad, superados estos problemas, no se espera que esté completamente operativo hasta 2019,  aunque según lo previsto podría empezar a dar algunos servicios en 2014.

Primeros pasos

Los dos satélites que se ponen esta semana en órbita, bautizados como Thijs y Natalia, un niño de 11 años de Bélgica y una niña de 9 de Bulgaria ganadores de un concurso de dibujo sobre el sistema Galileo, forman parte de los cuatro de la serie IOV, In Orbit Validation, Validación En Órbita, que serán usados para acabar de comprobar la validez del diseño tras las pruebas llevadas a cabo con los dos satélites GIOVE, lanzados ya en 2005 y 2008.

Esos satélites IOV tienen un diseño ya muy similar al de los satélites definitivos, conocidos como FOC, Full Operational Capability, o de Capacidad Operativa Completa, aunque aún les faltan cosas como unos emisores-receptores que serán utilizados para captar y retransmitir señales de socorro de balizas situadas a bordo de vehículos.

El plan es lanzar los otros dos IOV en 2012 y luego ir completando lo antes posible el lanzamiento de los otros 26 satélites,  hasta alcanzar el total de 30 previstos, que incluye 3 de repuesto por si falla uno de los otros.

La gran duda es si una vez superados, al menos aparentemente, los problemas iniciales del sistema, seguirá habiendo la voluntad política no solo de seguir invirtiendo en acabarlo, sino en mantenerlo luego en funcionamiento.

Otra curiosidad del lanzamiento de este viernes, por cierto, es que ha sido la primera vez que un lanzador Soyuz despegue de Kourou, algo en lo que la Agencia Espacial Europea y Roskosmos llevan años trabajando.