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Solidaridad obrera entre hormigas para recolectar comida hasta el hormiguero

  • Al encontrar un alimento muy grande cargan con una compañera para ayudarse
  • Las llevan cogidas con las mandíbulas hasta donde está la comida
  • La hormiga 'transportada' actúa de forma completamente pasiva en el proceso

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Las hormigas transportan a una compañera para poder cargar los alimentos al hormiguero
Las hormigas transportan a una compañera para poder cargar los alimentos al hormiguero

Las hormigas obreras se ayudan entre sí para recoger comida y llevarla al hormiguero. No lo piden, pero 'cargan' a una compañera con sus mandíbulas hasta el alimento. Y la hormiga 'transportada', simplemente, se deja llevar.

"Al encontrar un alimento demasiado grande -una cucaracha- para ser llevado por una sola hormiga, volvía al hormiguero y 'recogía' a otra obrera para llevarla hasta la fuente", explica Benoit Guenard, de la Universidad Estatal de Carolina del Norte y responsable de la investigación.

Esta técnica solidaria es la que siguen las hormigas Pachycondyla chinensis y su estrategia de abastecimiento ha sido publicada en la revista Naturwissenschaften.

Las dos hormigas se situaban junto a la cucaracha, 'despiezaban' al insecto y llevaban juntas la comida al hormiguero. Para averiguar si este "novedoso e inusual" comportamiento era habitual, los investigadores pusieron en marcha un experimento.

Si el alimento era muy grande cargaban a una compañera con sus mandíbulas para que las ayudara

Metieron varias cucarachas muertas de distintos tamaños en dos cajas (células de alimentación) cerca del nido. Una de las cajas contenía una gran cantidad de cucarachas pequeñas, que se podían llevar de forma individual, y en la otra había una cucaracha muy grande.

Cuando las hormigas "se percataron, trajeron rápidamente a otra obrera para 'trabajar' en la caja que contenía la cucaracha grande", explica el científico, en declaraciones recogidas por la BBC.

Poco después los investigadores cambiaron el contenido de las cajas para intentar engañarlas. A los cinco minutos, asegura Guenard "ya habían aprendido a llevar a su compañera a la célula correcta".

El comportamiento de las hormigas cargadas era "completamente pasivo" durante todo el proceso, por lo que los investigadores reconocen que no entienden cómo se orientan cuando sus compañeras las dejaban caer al lado de los alimentos.