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Obama lanzará un mensaje mundial a los musulmanes tras la muerte de Bin Laden

  • El presidente tiene previsto dar un discurso sobre la nueva etapa que se abre
  • Es muy probable que también aborde el conflicto árabe-israelí

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El presidente Barack Obama tiene previsto lanzar, próximamente, un mensaje al mundo musulmán: tanto la muerte de Bin Laden como las revueltas en el mundo árabe suponen la oportunidad para rechazar la militancia islámica y abrazar una nueva era en las relaciones con Estados Unidos.

Esta iniciativia, filtrada por fuenes de la diplomacia estadounidense al medio The Wall Steer Journal, tiene también el objetivo de demostrar que Al Qaeda no debe ser la voz que hable en nombre de los musulmanes y que no representa sus aspiraciones.

El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, ha confirmado que dicho discurso tendrá lugar pero se ha negado a confirmar si será o no la próxima semana, como el diario ha anticipado.

"El presidente dará un discurso en un futuro relativamente próximo sobre Oriente Medio y la política de EE.UU. en esta zona. Se trata de un discurso en que se se referirá a un amblio abanico de público", ha explicado Carney durante su rueda de prensa.

EE.UU. en la nueva etapa

"Es una coincidencia interesante y una oportunidad la que arroja el hecho de que al mismo tiempo del asesinato de Bin Laden, estamos ante un modelo emergente en la región islámica contraria, precisamente, al modelo defendido por el líder de Al Qaeda", explica Ben Rhodes, asesor adjunto de Seguridad Nacional en la Casa Blanca.

Desde enero, los levantamientos populares han conseguido derrocar a los que ejercían el poder, a modo de dictaduras, en Túnez y Egipto. Por otro lado, también están sacudiendo a los líderes de Libia, Baréin, Siria, Yemen y Jordania, provocando la mayor ola de cambio politico que el mundo ha vivido desde la caída del muro de Berlín.

Pese a ello, también cabe destacar que el impulso democrático parece haberse paralizado en determinados países. De hecho, las protestas contra el líder libio Muanmar Gadafi se han transformado en una guerra civil en la que la OTAN se ha puesto del lado de los rebeldes. En el caso sirio, tanto su presidente como su familia se aferran al poder con una fuerte ola represiva a la que muy pocos tienen acceso de forma que la ayuda al país parece casi imposible. En Baréin la situación es semejante.

Pero en ese estancamiento, y en los países que evolucionan hacia la democracia, la muerte de Bin Laden puede ser un factor clave. De momento da a Obama la oportunidad para subrayar la creencia de que la relevancia del líder terrorista ya había comenzado a disminuir durante la denominada primavera árabe. Obama, que ha hecho del diálogo con el mundo musulmán la piedra angular de su presidencia, tiene previsto expresar en su discurso cómo considera que es la situación actual: Bin Laden representa el pasado, mientras la efervescencia de los movimientos populistas en Oriente Medio y África del Norte representan el futuro.

Rhodes ha especificado que aunque la fecha del discurso no está aún determinada, Obama podría darlo antes de su viaje de cinco días a Europa que tiene previsto para el próximo 23 de mayo.

Según fuentes diplomáticas la Casa Blanca aún está en el proceso de elaboración de este mensaje y, en concreto, se encuentra inmersa en el debate de si incluir en él o no un plan específico para revitalizar el estancado proceso de paz árabe israelí.

Israel y Palestina

En relación a esto, han sido muchos gobiernos árabes los que han estado presionando a Obama para que especifique, para que determine públicamente, sus propios parámetros para la creación de un estado palestino independiente y, de esta forma, ejercer más presión sobre el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que visita Washington la próxima semana.

Según los diplomáticos, el objetivo es el de que la oleada democrática se extienda a la población y, de este modo, poner fin al conflicto, que dura ya décadas, entre árabes e israelíes.

Por su parte, la Casa Blanca lo único que ha manifestado es que todavía están evaluando los monumentales cambios que se han dado en Oriente Medio aunque eso sí, los analistas coinciden en que la insistente presión sobre EE.UU. para que reanude las convesraciones de paz es probable que tenga sus frutos.

En este escenario, el acuerdo entre las facciones palestinas de Hamás y Al Fatah, ha arrojado un nuevo panorama por el que Israel, que se ha manifestado en contra, es muy poco probable que presente ninguna propuesta nueva para la paz durante su viaje a Washington.

"Tenemos que ordenar todos los temas a la hora de considerar cuáles van a ser los siguientes pasos en el proceso de paz", explica Rhodes. La reunión entre Obama y Netanyahu, el próximo 20 de mayo, "Es una oportunidad para que EE.UU. e Israel examinen la amplia gama de temas, desde Irán hasta el cambio regional para el proceso de paz".

Funcionarios árabes y defensores de la paz en Medio Oriente advierten que hay riesgos importantes para EE.UU. e Israel en el caso de que se de un retraso en el retorno a las conversaciones.

Por su parte, el presidente Abbas está presionando a Naciones Unidas para que reconozca un Estado palestino independiente en la próxima reunión en septiembre de la Asamblea General. Además, no ha dudado en expresar públicamente su frustración en la falta de progresos en las negociaciones con Netanyahu, así como las crecientes expectativas entre los suyos, como resultado de la primavera árabe.

Puntos aún sin resolver

"Claramente hay mucho que hacer en la región, y existe la opción de que se paralice, algo por lo que algunos abogan, pero ahora no es el momento de eso", explica Jeremy Ben-Ami, el fundador de J. Street, un grupo de presión de EE.UU. que aboga por que sea Washington, el que elabore y llev a cabo su propio plan de paz, algo a lo que el gobierno de Israel se opone.

Por otro lado, han sido varios los legisladores que han citado la nueva alianza de Hamás con Abbas como razón a que la Casa Blanca se esté moviendo lentamente a la hora de reiniciar el proceso de paz. Netanyahu tiene previsto hablar en una sesión conjunta del Congreso durante su visita a Washington y la conferencia anual de la "American Israel Public Affairs Committee", el más poderoso de loslobby pro-Israel de Estados Unidos.