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La oposición de Baréin califica de declaración de guerra la entrada de 1.000 soldados saudíes

  • Los opositores chiíes lo consideran una ocupación
  • Emiratos Árabes Unidos también enviará tropas
  • EE.UU. pide que se respeten los derechos de los bareiníes

Mas información: Especial sobre las revueltas en el mundo árabe

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Imagen tomada de televisión que muestra la columna de soldados saudíes entrando en Baréin
Imagen tomada de televisión que muestra la columna de soldados saudíes entrando en Baréin.

Mil soldados saudíes han entrado en Baréin como parte de un contingente del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) para ayudar al régimen a reprimir las protestas que se desarrollan desde el pasado 14 de febrero.

Los soldados han cruzado por uno de los puentes que unen la isla a la Península Arábiga y, según testigos, se dirigen a Riffa, la zona natal de la familia real de los Al Jalifa y hogar de la minoría suní en Baréin. 

De momento, las fuerzas se encargarán de proteger instalaciones estratégicas e instituciones financieras, según el diario Gulf Daily News.

El convoy incluye 150 vehículos de transporte militar y otros 50 vehículos de apoyo, todos con armamento ligero. Los Emiratos Árabes Unidos (EAU) han anunciado que también participarán en el despliegue con 500 "policías".

La oposición considera la presencia de soldados extranjeros una declaración de guerra y una ocupación del país.

En la capital, Manama, los opositores han comenzado a concentrarse frente a los controles de la Policía que cierran la Plaza de la Perla, centro de reunión de los manifestantes.

Por su parte, EE.UU. ha apelado a los países del CCG a "respetar los derechos de los habitantes" de Baréin, según el portavoz de la Casa Blanca Tommy Vietor.

"Amenaza para la seguridad"

Arabia Saudí ha justificado esta intervención por una "amenaza contra la seguridad". "Las fuerzas del CCG han llegado a Baréin para mantener el orden y la seguridad", ha afirmado el portavoz de la Casa Real bareiní y exministro de Información del país, Nabil Al Hamer, en declaraciones a Al Arabiya.

Baréin está ligado por numerosos acuerdos de seguridad al resto de los países del Consejo (Arabia Saudí, Omán, Catar, Kuwait y Emiratos Árabes).

El CCG ha mostrado en numerosas ocasiones su apoyo al régimen de los Al Jalifa en Baréin. El pasado día 10, anunció la creación de un fondo de ayuda de 20.000 dólares para este país y para Omán, donde también hay disturbios políticos.

Además, los países del Consejo advirtieron que responderían "con firmeza" a cuaquier amenaza a su estabilidad.

Protestas y huelga general en la capital

Manama, la capital, está casi paralizada por una huelga general. Las calles están desiertas y las escuelas cerradas, mientras el distrito financiero está bajo control policial.

La oposición de Baréin, donde la mayoría de la población es chií pero la  minoría gobernante es suní, reclama reformas democráticas y una  monarquia parlamentaria. Una coalición de partidos opositores reclamó  recientemente la instauración de una república.

Este domingo, 200 personas resultaron heridas cuando la Policía dispersó a los manifestantes que ocupaban la Plaza de la Perla, centro de la protesta, y que pretendían paralizar el centro financiero.

El príncipe heredero, Salman ben Hamad al Jalifa, aceptó dialogar con la oposición sobre "un parlamento con plenos poderes" y "un gobierno que represente la voluntad del pueblo".