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El Dalai Lama renuncia como líder político tibetano tras medio siglo sin resultados

  • Su dimisión deberá ser aprobada por el Parlamento tibetano en el exilio
  • El Dalai continúa siendo la máxima autoridad espitual del Tíbet

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El Dalai Lama, la máxima autoridad religiosa y política del Tíbet en el exilio,  ha anunciado la renuncia formal a sus funciones políticas, 52 años después de su huida del país y sin obtener ningún resultado significativo en su estrategia autonomista.

"Ya en la década de 1960, subrayé  en repetidas ocasiones que los tibetanos necesitan un líder, elegido libremente por el pueblo, a quien pueda delegar el poder", ha dicho el Dalai Lama en un discurso. "Ahora, claramente, ha llegado el momento de poner eso en práctica", ha añadido

"A largo plazo, es bueno para los tibetanos. No es porque me sienta desanimado", ha dicho. Sin embargo, su renuncia deber de ser aprobada por el parlamento tibetano en el exilio, que tiene su sede en la India, informa Reuters.

El premio Nobel de la Paz en 1989, que ahora tiene 75 años, se limitará a partir de ahora a ser el jefe espiritual de los tibetanos, pese a que  muchos no le conocen en persona.

Fracaso de su estrategia autonomista

El Dalai Lama siempre se ha considerado a sí mismo como "semirretirado" y, según un portavoz, el pasado noviembre ya había anunciado su intención de renunciar para aligerar de carga su trabajo y centrarse en su cargo espiritual. Actualmente ya existe un primer ministro electo en la ciudad norteña india de Dharamsala.

El Dalai, diplomático refinado, renunció hace tiempo a su reivindicación de independencia para defender "la vía del medio". Sin embargo, ya en 2009, el dignatario budista reconoció el "fracaso" de su lucha no violenta por una autonomía "significativa" del Tíbet, tras ocho años de negociaciones infructuosas con Pekín.

Desde marzo de 1959, tras la represión china, el líder ha vivido en el exilio. Recibido por jefes de Estado y celebridades de todo el mundo, el hombre de la sonrisa, la túnica deslumbrantes y un gran carisma, sigue encarnando las esperanzas de seis millones de personas que viven en la provincia occidental china o en el extranjero, sobre todo en las vecinas India, Nepal y Bután.

Algunos analistas han señalado que una de las razones del fracaso de su estrategia puede ser su doble discurso, por un lado la denuncia por el "genocidio cultural" perpetrado por China y por otro su llamada a la reconciliación.

El valor estratégico de el Tibet

El Tíbet, donde hace 52 años se produjo una insurrección contra el yugo chino, es un vasto territorio entre las montañas más altas de La Tierra poco poblado pero de gran valor estratégico por sus riquezas naturales, especialmente el agua.

Situado por encima de los 3.500 metros, en este  altiplano adosado a la cordillera del Himalaya tienen su cabecera los  principales ríos de Asia, lo que le confiere un gran valor geoestratégico  para una región que concentra casi la mitad de la población mundial.

Por allí transcurre el curso alto del Mekong (que luego fluye por todo  el sureste asiático), el Indo (principal río de Pakistán), el Yangtzé y  el Amarillo (los grandes ríos chinos) o el Brahmaputra.También dispone de yacimientos minerales,  aunque su explotación resulta muy difícil por su situación geográfica.

El que durante siglos fue un reino teocrático, tiene desde 1965 estatuto de región autónoma (limitada) y en él viven hoy unos 2,8 millones de personas.