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La intervención del BCE ayuda a relajar la presión sobre la deuda de Portugal

  • El ministro portugués de Finanzas fijó el riesgo de rescate a partir del 7%
  • La Bolsa de Lisboa acusa la desconfianza de los inversores

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La presión sobre la deuda soberana portuguesa ha aumentado este jueves y la prima de riesgo que paga ha tocado máximos históricos. Sin embargo, según los operadores del mercado, la intervención del Banco Central Europeo (BCE) en el mercado secundario de deuda ha permitido relajar un poco la tensión y reducir de nuevo la rentabilidad que debe pagar el país luso para que los inversores adquieran sus títulos.

Al comienzo de la sesión de este jueves, los intereses que penalizan los títulos lusos a diez años se situaron en un 7,63% en el mercado secundario, es decir, en la compraventa de títulos que se realiza entre operadores e inversores y no en las emisiones directas del Tesoro portugués.

Ante ese dato, el Banco Central Europeo (BCE) ha decidido intervenir y ha comprado bonos portugueses por primera vez desde hace dos semanas, según informa el Financial Times. Tras su actuación, la rentabilidad de los bonos lusos había caído hasta el 7,36% a las 14,00 horas, con lo que su diferencia con la ofrecida por los bunds alemanes (es decir, la prima de riesgo) se ha reducido a 413 puntos básicos.

La penalización sobre los bonos portugueses refleja las dudas de los inversores acerca del estado de sus finanzas, pese a los intentos del Gobierno del país por dar señales de confianza a los mercados a través de las duras medidas de ajuste aprobadas en los Presupuestos de este año.

Riesgo de rescate

El propio ministro de Finanzas portugués, Fernando Teixeira dos Santos, reconoció el pasado mes de octubre que si el interés de su deuda soberana sobrepasaba la barrera psicológica del 7%, el país entraba en riesgo de tener que solicitar el rescate de la UE y el FMI.

El repunte de los intereses registrado este jueves vuelve a situar a Portugal en el disparadero, tal como ocurrió durante los primeros días de 2011, cuando se multiplicaron los rumores sobre la posibilidad de que Portugal recurriese a la ayuda externa después de que las agencias de calificación rebajaran en diciembre la nota de la deuda lusa.

El Ejecutivo socialista del primer ministro, José Sócrates, ha negado una y otra vez que se plantee siquiera pedir la ayuda internacional, y se ha remitido a su compromiso de rebajar este año el déficit público del actual 7,3% al 4,6%.

Más ingresos

Ayer mismo, el Gobierno luso anunció que los ingresos vía impuestos recibidos por el Estado durante el pasado mes de enero crecieron un 15,7% respecto al mismo mes del año anterior, lo que teóricamente le ayudaría a conseguir su objetivo de rebajar el déficit público, a falta de saber la cuantía de sus gastos.

Portugal comenzó el 2011 con la entrada en vigor de fuertes medidas de ajuste, entre ellas el aumento generalizado de impuestos, la rebaja salarial a los funcionarios y la caída de la inversión pública.

El país luso acudió al mercado para financiarse por última vez el pasado lunes, cuando vendió 3.500 millones de euros en obligaciones del Tesoro a cinco años a través de una emisión sindicada con varios bancos, y en la que logró un interés del 6,4%, un poco más alto que al que cotizaban estos mismos títulos en el mercado secundario.

La elevada presión sobre la deuda portuguesa se traduce en pérdidas en la Bolsa de Lisboa, y su principal índice, el PSI-20, caía un 2% a las 15,00 horas. A la misma hora, el Ibex-35 se veía arrastrado por el parqué portugués y perdía también un 2%.