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Mariela Besuievsky, nuevo 'establishment' del cine

  • Mariel Besuievsky es, junto a Gerardo Herrero, socia de Tornasol Films
  • Produjeron Balada triste de trompeta y la exitosa El secreto de sus ojos
  • "Con lo que están pagando las televisiones ahora no se haría Balada"

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Mariela Besuievsky, productora de Tornasol Films
Mariela Besuievsky, productora de Tornasol Films.

Usted quizá no lo sabe, pero una de las personas más poderosas del actual panorama de la producción hispanoamericana es uruguasha, de Uruguay, vamos. Se llama Mariela Besuievski y ha estado sobre el escenario del Kodak Theatre para recoger un Oscar.

Fue en 2010, por El secreto de sus ojos, en el año en que otra película suya, Balada triste de trompeta, logró el premio al mejor director y al mejor guion de la Mostra de Venecia.

Bueno, suyas y de Gerardo Herrero, socio en Tornasol Films y pareja de esta mujer llegada al cine desde el mundo de la danza y la televisión, a través de la que participó en el reparto de “la primera serie de televisión tras la dictadura uruguaya”, en 1985.

De allí vuoló a Cuba para formarse como asistente de dirección, donde se dio cuenta que le gustaba “y me salía mejor” lo de la producción.

Con todos los uruguayos que conoce crean las Producciones del Tomate, que desemboca en la realización de El dirigible, largo que le lleva a Cannes, a la semana de la crítica. Entonces su vida se cruza con la de Herrero, que le propone trabajar con él en España, y sin cerrar inicialmente su productora en Uruguay, se viene a Europa. Hasta hoy.

Ella se une a Tornasol, de la que son socios Herrero y Javier López Blanco, cuando lleva ya un lustro de andadura. En torno al año 2000 se convierte en socia también.

Su entrada permitió crear “un modelo que permitía un proceso más industrial”, explica Besuievsky, que les permitió pasar de producir “una película y media por año a dos, a cuatro, a seis...”. Y permite que Herrero pueda dirigir casi una película al año.

'Los crímenes de Oxford', el punto de giro

¿Su manera de entender la producción? “Concibo la producción como una sociedad con el director. Al fin y al cabo, lo que quede lo vamos a hacer juntos. Y no me parece inteligente por parte de los directores que se enfrenten a los productores”, considera.

Tornasol, y el nombre de Gerardo Herrero por delante, es una de las grandes marcas del actual establishment de la producción española. Tiene el rol dominante que en los 90 tenía quizá Andrés Vicente Gómez, hoy de capa caída -aunque produciendo La chispa de la vida, de Álex de la Iglesia-.

Pero para situarse en el nivel en el que hoy está Tornasol “hay un punto de inflexión”, una evolución que les amntiene en lo alto de la industria. Los crímenes de Oxford.

Es un “momento de abordar por primera vez una producción grande -explica la productora-, una experiencia a partir de la cual teníamos más conocimientos y fuimos capaces de abordar proyectos más grandes: trabajar con Coppola [Tetro], hacer Triage con Colin Farrell, inclusive Balada. Más allá de los resultados en taquilla, han sido experiencias de mayor tamaño y enriquecedoras”.

A pesar de sus siete millones de euros de presupuesto y su recaudación pro debajo de los dos millones en taquilla, ella cree, sin embargo, que Balada triste de trompeta ha ido bien: “Es lógica la cantidad de espectadores que han ido a ver Balada por ser una película tan personal -asegura-. Lo que descompensa es que es una película muy cara”.

Y lamenta que películas como Balada Biutiful, “que te permiten ganar en Venecia, en Cannes, que hacen crecer el cine y dan la ventana del cine español hacia fuera, son muy difíciles de hacer”. Se queja de que “con lo que están pagando las televisiones ahora no se podría hacer Balada, y Juan Gordon nos decía lo mismo, que no se podría hacer También la lluvia”.

Las televisiones y el cine, una guerra abierta

En 1999 el Gobierno Aznar aprueba la ley que obliga a las televisiones a invertir un 5% en producciones cinematográficas. “Se inyecta dinero al cine español -explica Besuievsky- y se hacen producciones mucho más grandes y más visibles de lo que se venía haciendo”.

El hecho de que las televisiones entren como coproductoras empuja, además,  a que sus productos sean más comerciales, dando forma a una cierta industria del cine español.

La nueva ley aprobada en 2009 por el Gobierno Zapatero tiene dos consecuencias: al contabilizarse de otra manera el porcentaje, incluyendo series, hay una disminución del dinero que va al cine, que puede bajar hasta un 3%. La ley tiene algunas lagunas en su redacción y ha dado pie a interpretaciones jurídicas de las cadenas que ha hecho que alguna -Telecinco- haya decidido no invertir nada de momento.

La nueva ley hace cambia el modelo de TVE, que tiene menos dinero para el cine español.

El tejido industrial generado en base a otro modelo está en un temblor de 7.0

Todo eso, añade la productora uruguaya, se suma a la crisis y el corte del flujo crediticio, a que no hay relevo para la disminución de ingresos de por DVD, que la televisión de pago -por las fusiones- pagan algo simbólico... “El tejido industrial que se ha generado en base a otro modelo está en un temblor de 7.0”, concluye.

Intereses de los medios de comunicación contra el cine

Ante quienes acusan al colectivo del cine español de vivir de subvenciones, se defiende: “Se ha manejado a la opinión pública de tal manera que parece que somos los únicos que recibimos subvenciones”, critica. “El productor hace un gasto que aporta a la sociedad: empleos, hostelería, transportes, IRPF, IVA, Seguridad Social...”.

Reconoce que, aun así, “ha faltado habilidad por parte del sector para explicarse bien, y no ha ayudado nada todo este tema de la discusión de la propiedad intelectual”.

Besuievsky insiste en intereses torcidos de algunos medios: “Los medios de comunicación son los que cuentan lo que hacemos y algunos están en manos de los grupos a los que se ha impuesto un pago al cine español. Puede que sean fantasmas, pero tiene sentido”.

Sobre el mal año de taquilla, cree que “posiblemente la cuota de pantalla suba a raíz de una. No son las cuatro que le siguen. Faltó la locomotora”.

Es verdad que Ágora fue una locomotora muy potente en 2009, pero las que le siguieron en el top ten de taquilla española superan con creces al de la taquilla de 2010.

La taquilla de la película española más vista en 2010, Tres metros sobre el cielo, habría sido cuarta en el ránking de 2009. Lope, la quinta en 2010, habría sido décima en el top de 2009.

La industria y la piratería

Así, Besuievsky cree que “hay industria, pero el tejido industrial, porque cambian las reglas de juego todo el tiempo -se construye, se destruye, se construye, desaparecen productoras, otras que hacen una sola película... el tejido industrial lo genera un país que tenga 6 ó 7 productoras que puedan hacer de 3 a 5 películas por año-, no existe”.

Además de las televisiones y la crisis, el otro gran enemigo del cine español es, para ella, la piratería digital.

Descargar ilegalmente es como robar un kilo de arroz

"Hay que encontrar un modelo en el cual las descargas sean legales, se paguen, pero descargar ilegalmente es como robar un kilo de arroz", asevera. 

Sobre la ley Sinde, cree que "tener una ley que tipifique como delito apropiarse de la propiedad intelectual de alguien es un avance. De la nada, pasamos a tener una herramienta".

Sin esas medidas legislativas, no habrá éxito para un nuevo modelo de negocio de descargas legales: "¿Quién va a entrar en filmin y pagar si te las puedes descargar gratis en la página de al lado?", se pregunta.