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'Adolf', la obra maestra del "Dios del Manga", Osamu Tezuka

  • Narra la lucha por unos documentos que demuestran que Hitler era judío
  • Es uno de los mangas más galardonados de la historia

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Viñetas de 'Adolf', de Osamu Tezuka
Viñetas de 'Adolf', de Osamu Tezuka

OSAMU TEZUKA (1928-1989)

Aunque estudió para médico, muy pronto se dedicó a su verdadera pasión, el dibujo; y en 1951 consiguió su primer éxito con 'Astroboy' que más tarde convertiría en la primera serie de Anime. Después siguió triunfando con 'La Princesa caballero', 'Kimba, el león blanco' (Que sirvió de inspiración a Disney para 'El Rey León) 'Black Jack' (Un cirujano ilegal) 'Buda' (una reconstrucción de la vida del profeta) Fénix (Su obra más íntima) o 'Adolf', su última obra maestra. Está considerado uno de los dibujantes más prolificos de la historia con más de 150.000 páginas catalogadas.

Adolf (Planeta DeAgostini) es la obra maestra de madurez de Osamu Tezuka, el llamado Manga no Kamisama (“Dios de los manga”) porque se le reconoce como el maestro de los dibujantes y guionistas japoneses de manga y animación. Y ahora se edita en un lujoso cofre a la altura de una obra como esta.

Un apasionante relato, de más de 1300 páginas, que comienza en los Juegos Olímpicos de Berlín y se extiende durante varias décadas, hasta 1983.

Cuenta la historia de tres hombres con el nombre de Adolf. Adolf Kamil, un judío, su mejor amigo Adolf Kaufmann, simpatizante nazi, ambos residentes en Japón, y el propio Adolf Hitler, ya que gran parte de la trama se centra en conseguir unos documentos que demuestran que Hitler era de ascendencia judía, lo que podría haber cambiado el curso de la historia.

Estos documentos serán buscados por miembros de la gestapo y la "Kempentai" (policía secreta japonesa) para destruirlos. En el otro bando se encuentran los enemigos del partido Nazi que quieren hacerlos públicos.

En este manga se muestran los horrores de la segunda guerra mundial en Europa con el exterminio de los judíos y en Asia con las matanzas llevadas por las fuerzas imperiales japonesas. Tras la guerra la acción se traslada al nuevo estado de Israel, con Kaufmann y Kamil en bandos enfrentados.

Una obra maestra

Con estos elementos Tezuka crea una obra maestra del manga que transciende géneros, aunque podríamos describirlo como un apasionante thriller bélico en el que está en juego el futuro del mundo.

Pero también es la historia de amistad de los dos Adolf protagonistas y de los delirios de grandeza del tristemente célebre dictador.

Una obra en la que Tezuka no da un sólo respiro, los acontecimientos se suceden a una velocidad de vértigo y siempre están perfectamente integrados en los hechos históricos en los que se basa. Se nota la abundante documentación a la que recurrió el maestro.

Pero su fuerte, como en casi todas sus obras, son sus protagonistas, desde ese Hitler que bajo su pluma se convierte en una caricatura, pero que sigue dando un miedo tremendo, al personaje de Sohei Toge, que aglutina a todos los demás y que es perseguido constantemente por todas las facciones. Sin olvidar a esos dos amigos de la infancia (los otros dos Adolf) en bandos enfrentados.

Pero sobre todo es una obra contra la estupidez humana que hace que unos nos sintamos superiores a otros. Una obra de madurez que Tezuka sólo podía narrar con tanta brillantez tras 40 años de carrera profesional.

Uno de los grandes maestros de todos los tiempos

En España, Adolf consiguió los premios a mejor obra extranjera en Expocómic 2000 y en el Salón del cómic de Gijón 2000. Y el premio al mejor manga por votación popular en el Salón del cómic de Barcelona de 2000 y de 2001. Una muestra del éxito de la obra en todo el mundo.

En la futurista estación de ferrocarril de Kyoto, pueden verse varios Astroboys y algunos autobuses de la ciudad están decorados con motivos de ganchillo de Kimba, el León Blanco.

Sin olvidar el museo dedicado a su memoria en Takarazuka, la ciudad donde se crió, el primer gran centro dedicado a un dibujante en Japón. (Lo hemos podido comprobar en un reciente viaje a Japón.

Un merecido homenaje a uno de los grandes del cómic de todos los tiempos, admirado en todo el mundo, y que nos dejó varias obras maestras como Adolf, que ahora podemos recuperar en toda su grandeza.