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OPINIÓN

Muchas buenas intenciones y poca hoja de ruta en el arranque de la Cumbre del Milenio

  • La primera jornada ha estado marcado por la tasa a las transacciones financieras
  • No se dan detalles de cómo el mundo quiere cumplir los ODM
  • Se deben repensar los objetivos para atacar las causas profundas de la pobreza

Ver también: Especial Objetivos del Milenio

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En la primera jornada de la Cumbre de Revisión de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se comprometió ante Naciones Unidas a defender la creación de un impuesto a las transacciones financieras destinado a cooperación para el desarrollo.

Ése podría ser el titular de la jornada. El otro, más conocido, se refiere al mantenimiento de su compromiso de destinar el 0¿7% de la RNB española a desarrollo en 2015, tres años después de lo comprometido previamente. Todo un reto si, como ha hecho este año, continúa recortando la Ayuda Oficial al Desarrollo. Habrá que ver.

Por lo demás, mucho apretón de manos, muy buenas intenciones y pocas hojas de ruta que detallen qué pasos concretos piensa dar la comunidad internacional para avanzar en el cumplimiento de los ODM, más aún teniendo en cuenta que las diversas crisis de los últimos años (económica, financiera, alimentaria, energética, ambiental, de gobernanza internacional¿) han traído consigo algunos retrocesos importantes. Se pueden cumplir pero hay que ponerse las pilas o no habrá manera de lograrlo en los cinco años restantes.

Según Zapatero, en esta Cumbre no sólo se pone en examen a los ODM sino a los valores de la sociedad. Y es en parte así.

Los ODM son en este momento el mayor acuerdo mundial sobre la necesidad de construir otro planeta

Los ODM, más allá de las metas e indicadores concretos que sirven para medir cuantitativamente el grado de avance o retroceso, son en este momento el mayor acuerdo mundial sobre la necesidad de construir otro planeta. De ahí que las organizaciones de la sociedad civil, aun sabiendo que es un acuerdo de mínimos, seguimos apostando por ellos y por lo que simbolizan.

Repensar los Objetivos

Ahora bien, es momento de repensar la Declaración del Milenio porque el contexto del año 2000 no es el de 2010. No se puede tapar el sol con un dedo y pretender alcanzar algún avance con inversiones puntuales que no modifiquen la realidad de los países más desfavorecidos.

Esta Cumbre de Nueva York nos sirve a las organizaciones de sociedad civil para exigir, en nombre de la ciudadanía, a los cerca de 200 estados firmantes de los ODM un esfuerzo serio que modifique las causas profundas de la pobreza.

Está demostrado que las personas quieren otro mundo; según el Eurobarómetro de 2009, nueve de cada diez europeos y europeas creen que el desarrollo es importante y la gran mayoría está a favor de cumplir e intensificar la ayuda al desarrollo.  La gente está cansada de que quienes no generan las crisis sean quienes más las sufren.

Pasos a dar

Las políticas agrícolas, comerciales, migratorias y financieras, entre otras, de los estados tienen un impacto en la capacidad de los países empobrecidos para conseguir los ODM.

Por eso, si realmente se quiere alcanzar los ODM seriamente habría que poner en marcha estructuras institucionales adecuadas para impulsar y asegurar la coherencia de políticas para el desarrollo.

Es también importante que se mantengan los compromisos en materia de Ayuda al Desarrollo, estableciendo calendarios vinculantes y buscando recursos adicionales que permitan la sostenibilidad del apoyo entre países.

Es, asimismo, fundamental tomar medidas que faciliten a los estados más empobrecidos hacer frente a sus propias necesidades como cancelar las deudas externas.

Los donantes de ayuda, reunidos en Nueva York junto a los países más empobrecidos, tienen la responsabilidad de eliminar la ayuda ligada, es decir,  la que computa como ayuda cuando en realidad beneficia a intereses propios,  que no necesariamente son de desarrollo.

La ayuda, además, tiene que ser eficaz. Hay acuerdos internacionales que recogen, entre otras cosas, la necesidad de respetar la capacidad de los países socios para definir sus propias necesidades, fomentando una asociación de corresponsabilidad entre donantes y socios.

Es imperativo, igualmente, que cualquier política encaminada a avanzar por la consecución de los ODM surja de perspectivas que pasen por el enfoque de los derechos humanos, la igualdad de género o el desarrollo sostenible, sin los cuales pocos avances podrán conseguirse.

El debate en torno a los recursos

Mientras tanto, el debate en Nueva York giraba, entre otras cosas, en torno a la movilización de recursos domésticos, es decir, a la búsqueda de financiación no limitada a de la Ayuda Oficial al Desarrollo, sino más bien generada por los propios países en desarrollo.

Para buscar estas nuevas fórmulas es necesario un impulso común y un ataque a las malas prácticas. La fuga de capitales, por ejemplo, representa un serio problema de desarrollo. El Banco Mundial estima que anualmente se pierden entre 500.00y 800.000 millones de dólares por vías ilícitas de salida del capital.

Se estima que anualmente se pierden entre 500.000 y 800.000 millones en salida ilícita de capital

Estas medidas deben ir de la mano de otras orientadas a mejorar los sistemas fiscales de los países empobrecidos para perfeccionar la administración tributaria y la eficacia recaudatoria, bajo modelos que tengan en cuenta las particularidades de cada país y, en especial, se desarrolle bajo criterios de equidad social.

Tales esfuerzos deben ir acompañados de medidas, en el plano nacional e internacional, de lucha contra la corrupción que favorezcan la legitimidad social del sector público. 

Este martes, propuestas innovadoras

La Declaración que los Jefes de Estado y de Gobierno adoptarán tras esta Cumbre de Revisión de los Objetivos del Milenio señala como prioritaria ¿la mejora y fortalecimiento de la movilización de recursos domésticos y del espacio fiscal¿  aunque no establece, por el momento, medidas concretas y vinculantes para ninguno de los actores involucrados. 

Por lo demás, hoy se ha hablado también de educación, de la necesidad de invertir en ella si se quieren construir cambios reales, y de género, otra piedra angular para avanzar realmente en la lucha contra la pobreza (no en vano, siete de cada diez personas en pobreza son mujeres). Pocas sorpresas hasta el momento.

Este martes el tema estrella para las organizaciones de sociedad civil pasará por la presentación de propuestas innovadoras de financiación. Un tema importante para España, que se reimpulsó durante la presidencia española del Consejo Europeo, y para la propia Unión Europea. Esperemos que también para el próximo G-20.