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Un informe alerta sobre los cerca de 300 asesinatos de los rebeldes ugandeses en el Congo

  • Ejército de Resistencia del Señor ha secuestrado también a 700 personas
  • Un tercio de los secuestros, niños que torturan, violan y explotan

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Un niño, miembro de la organización de defensa local frente al LRA
Un niño, miembro de la organización de defensa local frente al LRA

El Ejército de Resistencia del Señor (LRA, según sus siglas en inglés), un grupo armado rebelde ugandés, ha secuestrado a cerca de 700 personas y asesinado al menos a 255 en los últimos meses en países del centro de África, según ha denunciado este jueves la organización Human Rights Watch (HRW) a través de un comunicado.

"El LRA continúa con su horrenda campaña para incrementar sus tropas secuestrando brutalmente a niños y obligándoles a luchar", asegura en el texto Anneke Van Woudenberg, investigadora para África de HRW.

Cerca de un tercio de los afectados, niños

La organización ha documentado 697 casos de secuestro y 255 asesinatos llevados a cabo por el LRA durante los últimos 18 meses en la República Centroafricana y en la República Democrática del Congo, aunque señala que las cifras reales probablemente sean muy superiores.

"Casi un tercio de los secuestrados son niños, muchos de los cuales son forzados a servir como soldados o son utilizados con fines sexuales por los miembros del grupo", ha señalado HRW.

Además,"los niños son expuestos a una brutalidad enorme para integrarlos en el grupo y, como parte de su adoctrinamiento, el LRA fuerza a muchos de ellos a matar a otros niños que intentan escapar o no obedecen las reglas".

Tras los secuestros, los rebeldes suelen separar a los adultos de los niños y mantienen a éstos junto con los oficiales del grupo, quienes les enseñan las normas de comportamiento del LRA y su idioma, el Acholi.

Muchas de las niñas secuestradas se convierten en esclavas sexuales o sirvientes de los miembros del grupo, y HRW documenta como prueba de ello, el caso de una chica de 17 años que se resistió a una violación, tras lo que el resto de niños, incluida su hermana de 12 años, fueron "forzados a matarla golpeándola en la cabeza por turnos con palos de madera".

Humillaciones para poder escapar

Además de retener a las víctimas como soldados y sirvientes, durante la campaña de secuestros "el LRA mató brutalmente a adultos y niños que intentaron escapar, andaban demasiado lentos o no eran capaces de transportar las pesadas cargas que les obligaban a llevar".

Algunos adultos son liberados si son capaces de finalizar las tareas asignadas, "aunque normalmente se les golpea cruelmente o se les humilla antes de dejarlos libres", señala HRW, que documentó casos de personas que habían sufrido latigazos o a las que se les había obligado a bailar sonrientes durante horas antes de poder ser liberados.

HRW ha pedido a los Estados Unidos que cumplan con la legislación firmada el pasado mes de mayo por su presidente, Barack Obama, "para desarrollar una estrategia integral para proteger a los civiles, llevar a los líderes del LRA ante la justicia y, junto con los gobiernos de la región, acabar con la violencia de estos grupos rebeldes".

El LRA se formó en 1987 en el norte de Uganda como un grupo militar y religioso enfrentado al Gobierno de este país, donde pretende establecer un Estado teocrático basado en los Diez Mandamientos cristianos.

Su líder es Joseph Kony, quien se autoproclama portavoz de Dios e intérprete del Espíritu Santo, y a quien la Corte Penal Internacional acusó en 2005 de crímenes de guerra y contra la humanidad.