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Locos por el ruido

  • Más de 3 millones de españoles sufren problemas auditivos
  • El ruido del tráfico, las obras y los vecinos son las principales causas
  • Cada vez más los jóvenes sufren sordera por los aparatos electrónicos
  • La educación es básica para reducir la contaminación acústica desde pequeños

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El ruido, un auténtico problema de salud

Decibelios

La presión acústica se mide en decibelios (dB). Los más molestos son correspondientes a los tonos altos (dBA). La presión del sonido se vuelve dañina a unos 75 dBA y dolorosa alrededor de los 120 dBA. Puede causar la muerte cuando llega a los 180 dBA.

Cuendo el sonido molesta, hablamos de ruido. No se les da mucha importancia pero lo cierto es que de ellos depende, en gran parte, nuestra calidad de vida.

Un claxon, una sirena, un portazo, los tacones de la vecina en el piso de arriba o la lavadora centrifugando... son sonidos tan frecuentes que muchas veces pasan inadvertidos. Pero en ocasiones las lesiones que producen, graduales, pueden ser irreversibles.

Daniel Bernabeu Taboada, Médico de La Plataforma Estatal contra el Ruido (PEACRAM), afirma en su estudio sobre el tema que es la intensidad del ruido y no su origen la que produce los daños.

"Es igual de peligroso 100 decibelios de un motor de avión que 100 dBA de una sinfonía de Mozart".

El 22% de las viviendas de nuestro país sufre contaminación acústica. Sus efectos negativos afectan tanto al cuerpo como a la mente y pueden ir desde el estrés, dolor de cabeza, depresiones, hipertensión, úlceras o incluso mayor riesgo cardiovascular e infartos.

El oído necesita 16 horas de reposo para compensar 2 horas a 100 dB

Pero los efectos más dañinos suelen ser los que se producen en el exterior y de noche, cuando los ruidos alteran nuestro sueño.

"El ruido es como el cáncer, todos sabemos que es malo pero hasta que no lo sufres no sabes hasta donde merma tu salud, empiezas con molestias, luego irritabilidad y más tarde problemas cardiacos", afirma Ignacio Sáenz de Cosculluela, presidente de PEACRAM.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) catalogó el ruido en 1972 como un tipo de contaminación. Más de tres décadas después España aparece como el país más ruidoso de Europa y el segundo país del mundo con mayor porcentaje de contaminación acústica, después de Japón.

Según los últimos datos de la OMS en España hay más de 9 millones de personas expuestas a niveles de ruido superiores a 65 dB cada día, el límite aceptable.

Más allá de este valor la salud corre riesgo. Aún así la organización recomienda que el nivel exterior no supere los 45 decibelios por la noche y los 55 durante el día.

"La sordera del Ipod"

Según un estudio llevado a cabo por el centro auditivo GAES cerca de un 8% de la población, más de 3 millones de españoles, sufre problemas auditivos.

Tradicionalmente este tipo de problemas se han asociado a la edad pero en los últimos años, casa vez son más los jóvenes que sufren lesiones auditivas. Los principales responsables: las discotecas, los conciertos, el MP3 y el Ipod.

Si no bajan el volumen de sus aparatos, estos jóvenes se arriesgan a quedarse sordos 30 años antes que la generación de sus padres, asegura Álvaro Marina, Responsable del Área de Protección Auditiva de GAES y Audioprotesista.

"Los chicos y chicas deben saber lo perjudicial que es oír música a más del 60% del volumen máximo y utilizar los aparatos de reproducción más de 60 minutos cada vez", apunta el Dr. Javier Gavilán, Jefe del Servicio de ORL del Hospital de La Paz y miembro del comité asesor de esta iniciativa.

No es de extrañar que músicos y cantantes tengan con el tiempo problemas de audición, e incluso sordera como Phil Collins, Eric Clapton, Sting o Neil Young.

Pete Townshend, el famoso guitarrista de la banda de rock británica, The Who, advierte a los jóvenes en su página web de los peligros de escuchar música a alto volumen.

Sufre tinnitus, un ruido continuo en sus oídos y una pérdida de audición progresiva debido, según él, al uso de los auriculares del estudio de grabación.

Qué hacer si tenemos un problema de ruido

El 80 % del ruido de las ciudades lo produce el tráfico. Más de la mitad de las denuncias se presentan por ruidos vecinales, por la música o los animales. Después, ruidos derivados de los locales comerciales. Por no hablar de los que se soportan cerca de los aeropuertos.

En España hay centenares de asociaciones contra el ruido.

Y aunque cada vez se alzan más voces contra la contaminación acústica, la concienciación ciudadana es aún muy escasa. Le damos importancia cuando nos afecta.

Pero, ¿qué podemos hacer si nos afecta? Según el abogado de Juristas contra el Ruido, Jorge Pinedo Hay, lo primero es llamar a la policía para que hagan mediciones acústicas que remiten al ayuntamiento.

Son éstos los responsables de elaborar mapas de ruido para conocer la contaminación acústica de las ciudades.

"El problema es que la denuncia se suele alargar en el tiempo y si la incidencia no se arregla no te queda otro remedio que acudir al juez para que imponga medidas correctivas", asegura Pinedo.

"El proceso tiene un coste temporal y económico, la sentencia en primera instancia puede tardar un año y medio y si se recurre, otro más. En cuanto al dinero, el 15% de la cuantía reclamada más el informe pericial".

El ruido es una vulneración de los Derechos Fundamentales consagrados en la Constitución Española.

Según el abogado, desde el año 2004, cuando se condenó por primera vez a una persona en Palencia, se han producido unas 30 o 35 sentencias con condenas penales de cárcel por problemas relacionados con el ruido.

Ni siquiera los famosos se libran. La reina del Pop, Madona fue objeto, el año pasado, de una demanda judicial por parte de una de sus vecinas por el ruido que causaban ella y sus invitados en sesiones de baile en su apartamento neoyorquino con la música a todo volumen.

"Lo importante es conocer los problemas para luego elaborar un plan de acción que mejore nuestra calidad de vida", afirma Juan Frías, responsable de la Asociación Española para la Calidad Acústica, AECOR, cuya asociación se encarga de proteger al ciudadano contra el ruido recogiendo sus quejas, fomentando el transporte público, la insonoriación de edificios, la peatonalización de calles o el soterramiento de carreteras.

La concienciación social, el gran reto

Se calcula que el 30% de las personas de más de 55 años tiene pérdida auditiva en mayor o menor grado.

Aún así el 50% de la población no se ha realizado nunca una revisión auditiva. "Es impensable que una persona que tiene problemas de visión no vaya al oftalmólogo, por ejemplo. Cuando nos falla el oído pensamos que es porque nos estamos haciendo mayores y no buscamos soluciones", explica Álvaro Marina, de GAES.

La sordera condiciona nuestra calidad de vida, una vez que se produce es irreversible y en la mayor parte de los casos provoca problemas de aislamiento social.

Por eso debemos prevenir desde la infancia. El primer paso para controlar el exceso de ruido es la concienciación ciudadana.

La OMS recomienda no superar los 55 dB de día y los 45 dB de noche.

Hay que enseñar a nuestros hijos a evitar los ruidos excesivos desde pequeños. Bajar el volumen de la tele y la radio o hablar en un tono adecuado debe ser una asignatura más.

Pero por el momento en España es casi imposible vivir a un volumen bajo. Los hay inevitables, como el de las obras o el del tráfico (al menos de momento), pero otros parece que van en nuestros genes. Los extranjeros siempre han dicho que hablamos muy alto.

Cambiar las costumbres de un país es una tarea difícil, llevará tiempo. Mientras, son muchos los españoles que no pueden dormir por las noches a causa del ruido.