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Karzai se niega a ser "una marioneta de EE.UU." mientras crecen las acusaciones de fraude

  • La comisión electoral calcula más de 200.000 votos fraudulentos
  • EE.UU. pide que se aclaren las acusaciones de fraude
  • La mayoría proviene del sur del país, el feudo de Karzai
  • El presidente saliente reconoce que el fraude es "inevitable" en su país
  • Acusa a Estados Unidos de querer manipularle

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El enfrentamiento entre el presidente saliente de Afganistán, Hamid Karzai, y Estados Unidos por la situación creada tras las últimas elecciones ha subido un grado más al acusar el primero a los estadounidenses de atacarle "de forma solapada" para manipularle.

"Los americanos atacan a Karzai de forma solapada porque quieren que sea más manipulable, pero se equivocan. Nadie quiere que el presidente afgano sea una marioneta de Estados Unidos", ha asegurado Karzai en una entrevista en el periódico frances Le Figaro.

Estas palabras llegan despues de que la Comisión Electoral Afgana (CEI)  haya declarado 200.000 votos fraudulentos, en su mayoría procedentes de las provincias del sur, feudos del presidente, Hamid Karzai, lo que ha aumentado las críticas al presidente saliente entre las potencias occidentales.

El fraude, "inevitable"

El presidente saliente ha reconocido que el fraude electoral es "inevitable", pero lo ha achacado a que Afganistán es una "democracia naciente" y ha negado que tenga impacto en el resultado final de las elecciones, tal y como ha denunciado su principal rival, el ex ministro de Exteriores Abdullá Abdullá.

Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, ha pedido a las autoridades afganas que resuelven todas las acusaciones de fraude para asegurarse de que el resultado final cuenta con la legitimidad popular.

Karzai, colocado en el poder desde finales de 2001 por las fuerzas internacionales que expulsaron a los talibanes en el poder, es el favorito indiscutible para ser reelegido, después de que el último recuento parcial, con el 70% de los votos, lo sitúe al borde de la mayoría absoluta, con la que no iría a una segunda vuelta.

"La preocupación aumenta en Occidente debido a la corrupción, la cultura y el comercio del opio, el terrorismo, y ahora el fraude electoral", ha asegurado el juez Wadir Safi, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de Kabul.

Mientras tanto, las cumbres se están multiplicando en Occidente para buscar una salida airosa a la crisis política y de seguridad tras el último bombardeo de la OTAN en el norte del país, donde pudieron morir varias decenas de civiles.

Malestar occidental 

Alemania, Gran Bretaña y Francia, cuya intervención militar es cada vez más impopular en la opinión pública, acordaron el domingo instar a los afganos a que tomen rápidamente las riendas de su país para que "la participación de Internacional puede ser reducida ", según la canciller alemana, Angela Merkel.

Los líderes occidentales "están tratando de justificar ante sus ciudadanos el que mantengan sus soldados aquí mientras que sus cuerpos son devueltos al país  en mayor cantidad y las elecciones han puesto de relieve el nivel de corrupción", detalla un diplomático.

Por su parte, Karzai ha declarado en la entrevista con el rotativo francés que el ataque contra los talibanes en la ciudad norteña de Kunduz fue "un error de juicio" y se ha quejado de que no se movilizaran tropas de tierra para recuperar el camión robado y así comprobar lo ocurrido sobre el terreno.

Además, ha adelantado que aprueba totalmente la nueva estrategia para Afganistán propuesta por el comandante en jefe de las tropas de la OTAN y Estados Unidos, el general McChrystal, consistente en fortalecer la protección de los afganos frente a la lucha contra los talibanes.

De hecho, Karzai ha ofrecido a los talibanes una reconciliación nacional en los 100 primeros días de su nuevo Gobierno si renuncian a sus lazos con Al Qaeda.