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Zapatero abandera en Togo el fin de la pena de muerte evocando la Guerra Civil

  • El presidente del Gobierno, testigo de la abolición de la pena capital en Togo
  • La Asamblea Nacional bautizará su nueva ley como la 'ley Zapatero'
  • Zapatero ha respaldado la transición en Togo, el abanderado de la abolición en África
  • También ha hecho un llamamiento a luchar contra la pobreza y asegura que darán el 0,7%

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José Luis Rodríguez Zapatero visita Togo

El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha justificado este martes su defensa de una moratoria mundial de la pena de muerte en la "conciencia histórica" de las ejecuciones registradas en la historia de España "por motivos políticos", en referencia a la Guerra Civil.

Zapatero, testigo de excepción en la sesión de la Asamblea Nacional de Togo que ha aprobado la ley que abolió la pena capital, con un voto unánime, tomó la palabra ante los parlamentarios para decirles que su voz era hoy "la voz de África, la voz de la justicia y de la dignidad humana".

El Gobierno español señala a Togo como uno de los primeros éxitos de la campaña lanzada el año pasado por Zapatero para alcanzar en 2015 una moratoria de un año de la pena de muerte, como preludio a su definitiva supresión. "Con ocasión de nuestra historia, muchas familias de españoles sufrieron la ejecución, por motivos políticos, entre amigos y entre familias. La conciencia histórica de este drama nacional, que nunca se volverá a repetir en el suelo de mi país, explica nuestro interés en defender la iniciativa", manifestó Zapatero.

Ha aprovechado además su intervención para repudiar "de corazón" el tráfico de esclavos africanos hacia la América española, un "atentado masivo a la dignidad y a la libertad" de muchos seres humanos.

La "ley Zapatero"

 

Apenas una hora antes, había sido recibido con música y bailes tradicionales en el aeropuerto y en las calles de Lomé, la capital de este pequeño país africano de 6,6 millones de habitantes que, según dijo en la Asamblea su ministro de Justicia, Kokou Tozoun, bautizará su nueva ley como "ley Zapatero".

El jefe del Ejecutivo español ha respaldado la transición iniciada por Togo con las elecciones legislativas de 2007, en las que fue elegido presidente Faure Ñasingbé. Los togoleses han vivido durante cerca de medio siglo bajo el dominio de la familia Ñasingbé, que ha controlado la política del país desde la independencia de Francia, en 1960.

El actual presidente subió al poder en 2005 gracias al apoyo del Ejército tras la muerte de su padre, pero tuvo que renunciar debido a la presión de la comunidad internacional. No obstante, ganó las elecciones convocadas ese mismo año. Zapatero consideró que no es casual que sea ahora cuando Togo derogue la pena capital.

Ha recordado así que en España la supresión de este castigo también coincidió con el nacimiento de la democracia, formalizado en la Constitución de 1978, tras una larga dictadura. "La pena de muerte confirma la existencia de una quiebra social; su abolición responde a un principio ético", leyó Zapatero de la exposición de motivos de la ley tramitada en Togo, que no ha ejecutado a nadie desde 1978, aunque su última condena a muerte data de 2003.

Togo, abanderado de la abolición en África

Para España, la nueva ley permite a Togo erigirse en abanderado de la abolición en África, donde todavía varios países mantienen este castigo. Nigeria, país desde el que Zapatero ha volado este martes a Togo, ejecutó a su último condenado en 2002. En la rueda de prensa que Zapatero ofreció en Abuja antes de abandonar Nigeria, el presidente de este país, Umaru Yar'Adua, justificó las ejecuciones defendiendo que las sociedades deben regirse por el Estado de derecho y que las penas están recogidas en las leyes.

Ante los togoleses, Zapatero ha asegurado que el único camino para África es avanzar en la democracia reconociendo cauces de participación a la sociedad civil, una justicia independiente e instituciones estables. Hizo también un nuevo llamamiento a luchar contra la pobreza y aseguró que, aunque España atraviesa dificultades por la crisis económica y el paro, no renunciará a dedicar en 2012 el 0,7% del PIB a la ayuda al desarrollo.

Se comprometió además a defender este mensaje en las próximas reuniones del G-20, como ya lo hizo en las cumbres de Washignton y Londres. En su discurso hubo también espacio para el optimismo al recordar el "camino democrático" emprendido por países como Togo, Nigeria, Senegal, Cabo Verde, Ghana, Mali o Benin, pero no olvidó los problemas que se registran en Guinea Conakry, Guinea Bissau, Mauritania o Costa de Marfil.