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Chrysler y Fiat consuman su matrimonio

  • Chrysler ha culminado la venta de sus activos a Fiat
  • Sergio Marchionne toma el timón de la nueva compañía
  • Chrysler volverá a operar después de 41 días en bancarrota
  • La alianza se consuma después de caer los últimos obstáculos legales

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Fiat ha consumado la compra del grueso de los activos de Chrysler este miércoles. La transacción ha sido posible después de que el Tribunal Supremo despejara los últimos obstáculos a una alianza que supone la salvación de la compañía.

El italiano Sergio Marchionne pasa a pilotar la nueva Chrysler, que empezará a operar de forma inmediata tras estar 41 días en la bancarrota. Durante todo este periodo, la sangría financiera ha supuesto alrededor de 100 millones de dólares diarios.

Un nuevo principio

La alianza con Fiat marca el principio de una nueva época para Chrysler, uno de los tres gigantes de la industria automovilística de EEUU. La operación se ha firmado en el despacho de Cadwalader, Wickersham & Taft, la firma de abogados que asesora al Tesoro en el rescate del sector.

A pesar de la falta de glamour de la boda -una simple firma y la transferencia de 6.600 millones del Gobierno- el matrimonio supone la salvación de Chrysler. Si los tribunales hubieran retrasado sus decisión otra semana más, toda la operación y el futuro de la empresa podrían haberse ido al garete.

Con la alianza, la nueva compañía saldrá rápidamente de la bancarrota. El principal accionista será el sindicato UAW, con el 55% del capital. Fiat se hace con el 20% a cambio poner tecnología, no dinero. Y tiene la opción de elevar su participación hasta el 35%. Los gobiernos de EEUU y Canadá tendrán participaciones minoritarias.

Bendiciones para todos

La rapidez con que se ha superado la suspensión de pagos de Chrysler supone una victoria política para la administración Obama. El Presidente prometió que su reestructuración sería "controlada y eficiente". Pidieron a los tribunales que dieran su visto bueno rápidamente. Y así ha sido. Y además, Chrysler supone un precedente para General Motors, también en bancarrota.

El verdadero reto de Chrysler empieza ahora: vender coches. De momento, sus ventas están un 46% por debajo de las del año pasado, aunque en mayo tuvieron un meritorio repunte del 3% sobre abril, y eso que la bancarrota le había cerrado el mercado de empresas de alquiler. En todo caso, Chrysler ya sólo tiene el 10% de cuota de mercado en EEUU. Está en el quinto puesto del ranking, detrás de GM, Toyota, Ford y Honda.

En una declaración escrita, el nuevo presidente, Marchionne, ha señalado que "es un día muy significativo, no sólo para la compañía y sus trabajadores, sino para toda la industria automovilística". El Tesoro también ha respirado aliviado: "estamos satisfechos de que ni un sólo tribunal haya encontrado defectos en cómo hemos manejado la operación; estamos encantados de que la alianza con Fiat vaya adelante".