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Irán: juventud a escondidas

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En portada - Irán: Juventud a escondidas

En Irán, más de la mitad de la población no supera los 30 años. Una generación nacida después de la Revolución Islámica. Como en otros países del mundo,  lo que más le preocupa a la mayoría de los jóvenes iraníes es poder comprar un piso, encontrar un buen trabajo o que el sueldo les alcance hasta finales de mes.

El deterioro de la economía es una de las cosas que más critican al actual gobierno de Ahmedineyad, que cuando llegó a la presidencia prometió mejorar la situación. Muchos son universitarios. La educación ha sido uno de los logros de esta etapa revolucionaria. Más de la mitad de los jóvenes ha pasado por la Universidad, pero su buena formación no se traduce en un buen puesto de trabajo.

Las chicas, que superan en número a sus compañeros en las aulas, se quejan de que incluso es más difícil para ellas. Las mujeres reclaman también más derechos y una legislación que acabe con la discriminación que sufren. Actualmente, el divorcio queda en manos del marido, el testimonio de las mujeres tiene la mitad de valor que el de los hombres y en caso de indemnización las mujeres reciben la mitad de lo que recibiría un varón. 

Los jovenes también se quejan de falta de libertades, ellos esquivan muchas de las prohibiciones con la rebeldía propia de su edad y a escondidas se saltan muchas de las normas establecidas. En sus casas, ven películas extranjeras prohibidas en los cines o escuchan música moderna, que tampoco está permitida. El hogar protege de la mirada ajena y por eso es muy difícil que se dejen grabar en la intimidad de sus casas. 

Los jóvenes están divididos entre aquéllos que desean una mayor apertura de su país a Occidente y los más conservadores que ven en el actual régimen un modelo revolucionario, que les permite una independencia de las grandes potencias.

En la ciudad de Qom, uno de los lugares más santos del chiísmo, los jóvenes acuden masivamente a matricularse en las escuelas coránicas. Esta ciudad es todo un símbolo de la Revolución, en una de sus escuelas estudió el Imán Jomeini y la ciudad fue escenario de los primeros disturbios, que acabaron con el derrocamiento del Sha de Persia.

El programa En Portada ha logrado entrar en una de estas escuelas femeninas, donde las mujeres, después de largos años de estudio, pueden incluso llegar a ser ayatollah, uno de los grados más altos en los estudios de teología. En esa escuela, en la que también están matriculadas alumnas de otros países, algunas europeas, se imparten asignaturas como Sociología o Filosofía.

El recinto es similar a cualquier Universidad, incluso cuenta con una guardería, donde las mujeres que tienen niños pequeños pueden dejarlos mientras asisten a las clases. La mayoría de estas jóvenes son conservadoras, defienden el estado teocrático y consideran que el gran logro de su sociedad es la unión de las familias.

Frente a este sector más conservador, otros jóvenes critican la postura de su Gobierno y ven en la invitación al diálogo del presidente estadounidense Barak Obama, una gran oportunidad para salir del aislamiento. Conservadores y liberales están de acuerdo con el uso pacífico de la energía nuclear y consideran muy injustas las sanciones que sufren por parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

En los numerosos puentes sobre el río Zayandeh que cruza la ciudad de Isfaján, uno de los lugares más turísticos del país, se reúnen un gran número de jóvenes. A la caída del Sol, y a escondidas de la policía, que vigila celosamente los parques, cantan canciones de amor para despedirse del día y pedir que el siguiente venga acompañado de paz y felicidad.