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Garoña, una central nuclear cuarentona

  • La central de Burgos se puso en marcha en 1971 y es la más antigua de España
  • Nuclenor ha pedido una prórroga de 10 años para seguir funcionando
  • El Consejo de Seguridad Nuclear es partidario del mantenimiento de la central
  • El informe no es vinculante y el Gobierno tiene un mes para decidir si cierra o no

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La central nuclear de Santa María de Garoña es la más antigua de las seis que hay actualmente en España. Está a punto de cumplir los 40 años. Se puso en marcha en 1971, pero no se sabe todavía si llegará a soplar las velas.

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) se ha pronunciado a favor de su continuidad hasta 2019, pero le ha impuesto para ello 15 condiciones para mejorar su seguridad. Pero la última palabra la tiene el Gobierno porque el informe de este órgano no es vinculante.

El CSN ha remitido el documento al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, que tiene un mes para estudiarlo antes de que el Consejo de Ministros decida si cierra o no la central.

Si el Consejo se hubiera pronunciado a favor de no prorrogar la autorización para la explotación, el informe habría sido vinculante y el Gobierno no podría elegir si enciende o no las velas del pastel de cumpleaños.

El titular de Industria, Miguel Sebastián, explicó el pasado 2 de junio en el Senado que su departamento baraja "todas las alternativas posibles" sobre la central nuclear más antigua de España.

Nuclenor, participada al 50% por Iberdrola y Endesa, solicitó el nuevo permiso el pasado 3 de julio de 2006.

Requisitos para seguir funcionando

Según explica Efe, el Reglamento de Instalaciones Nucleares y Radiactivas establece que para renovar la autorización de explotación de una central es necesario que las instalaciones superen una revisión periódica de seguridad para comprobar que durante el tiempo que seguirá abierta todo funcionará perfectamente.

Esta revisión "profunda" incluye la situación radiológica de la planta o las modificaciones que se hayan hecho en la instalación para la mejora de su seguridad. Si como es el caso, la solicitud de renovación supera los 40 años de funcionamiento de la central, lo que se conoce como "vida de diseño", el CSN tiene establecido, además, un procedimiento especial.

La central nuclear de Santa María de Garoña está situada en la mancomunidad de municipios de Valle de Tobalina, en la margen izquierda del río Ebro, según detalla en su página web el Consejo de Seguridad Nuclear.

Tiene una potencia eléctrica de 466 megawatios. Funciona mediante un sistema nuclear de producción de vapor formado por un reactor de agua ligera en ebullición.

A favor y en contra de su cierre

El pasado 1 de junio, en una jornada sobre 'Energía nuclear: análisis y prospectiva' organizada en Madrid por la Universidad Pontificia de Comillas, el presidente de Nuclenor, Martín Regaño Ubieta, defendió "las buenas condiciones técnicas" de las instalaciones de Garoña.

Regaño Ubieta recalcó que si se mantiene operativa se evitaría la importación de 400 millones de barriles de petróleo y la emisión a la atmósfera de 400 toneladas de dióxido de carbono.

Sin embargo, Ecologistas en Acción no opina lo mismo. En un comunicado del pasado 2 de junio, aseguró que el cierre de la central "evitará los problemas de seguridad y residuos actuales y futuros". 

Ecologistas asegura que "solo las centrales eólicas de Castilla y León produjeron un 40% más de electricidad que la central" burgalesa según los datos recién publicados por el Ente Regional de Energía (EREN) del Gobierno de esta comunidad autónoma.