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El 62% de los laboristas no quiere que Gordon Brown lidere el partido en las próximas elecciones

  • Una encuesta a simpatizantes de la formación refleja que Brown debería dimitir
  • Seis de cada 10 entrevistados quiere un nuevo líder para las elecciones de 2010

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El apoyo al primer ministro británico, Gordon Brown, se ha desmoronado, según una encuesta publicada por Labourlist.org, que ha concluido que el 62% de los miembros del Partido Laborista o simpatizantes de la formación creen que el mandatario debería dimitir antes de las próximas elecciones.

 

Seis de cada 10 de los encuestados por el portal online afirma que el Partido Laborista debe tener un nuevo líder antes de las parlamentarias, que se celebrarán en junio de 2010. El sustituto preferido para Brown, según los encuestados, es el secretario de Sanidad Alan Johnson, con el 38% de los votos, seguido por Harrieta Harman y David Miliband, ambos con el 10%, y Jon Cruddas, con un apoyo del 8%.

Para el sondeo, 'Labourlist' ha entrevistado a 1.060 personas entre el lunes y el viernes de la semana pasada. Su editor, Alex Smith, afirma que los resultados son una prueba del "descontento popular" con Brown, sucesor de Tony Blair desde junio de 2007. "Brown necesita actuar de forma transparente y decisiva si quiere volver a ganarse el apoyo", ha señalado Smith.

La popularidad de Brown ha caído en picado tras conocerse que los parlamentarios británicos han usado dinero público para sus gastos personales, una información destapada por el Daily Telegraph. Según una encuesta publicada por este diario el pasado mes, el apoyo de los votantes a los laboristas, así como a la oposición conservadora, han disminuido tras el escándalo, mientras los partidos minoritarios han ganado puntos.

Los analistas políticos estudian si los resultados de las encuestas se traducirán en votos en las elecciones locales y europeas en el Reino Unido el 4 de junio.

El jefe del Gobierno británico, el laborista Gordon Brown, ha pedido disculpas, en nombre de todas las formaciones políticas, por los abusos en las compensaciones económicas que reciben los diputados, así como el presidente de la Cámara de los Comunes del Reino Unido, Michael Martin.