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TVE viaja hasta 'el infierno del mundo' con el Festival de cine del Sáhara

  • Así se conoce a la zona donde está el campamento de refugiados de Dajla, en Argelia
  • Fisahara intenta ser el altavoz de la denuncia del pueblo saharaui
  • Este año, la VI edición, ha comenzado a levantar la primera escuela de cine
  • El programa 'Versión Española' ha vivido en directo esta experiencia
  • El viernes emitirán el documental 'Invierno en Bagdad' del director de Fisahara

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El cine como excusa para ayudar al pueblo saharaui

Dicen los que han estado allí que ha sido la mejor experiencia de su vida y eso que la zona se conoce como "el infierno del mundo" debido a las pésimas condiciones meteorológicas y humanas en las que viven sus habitantes.

Se trata del campamento de refugiados de Dajla, uno de los más alejados y con más carencias de los que hay en Tinduf, Argelia.

Hasta allí se ha trasladado un equipo del programa Versión Española de TVE para contemplar en directo, bajo la luna llena y entre las dunas del desierto la VI edición del Festival de cine del Sáhara.

Escritores, actores y directores del cine español han pedido que el Gobierno reconozca la independencia de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) para que el cine sirva, dicen, como excusa de denuncia para ayudar al pueblo saharaui.

Para el escritor Manuel Vicent, que por primera vez ha viajado a Dajla, es necesario que personas conocidas acudan al Festival ya que para él lo que no se ve no existe.

 "Creo que este conflicto es un circo que cuando no hay cámaras se olvida, por eso es una obligación moral estar aquí solamente para que vengan las cámaras".

El objetivo, formarles para que cuenten sus historias

Pero la edición de este año no ha sido una más, es especial, como ha asegurado su director Javier Corcuera, porque se ha empezado a construir la primera escuela de cine para los saharauis, para que sean ellos los que cuenten sus propias historias.

"La idea es fantástica" ha asegurado Elena Anaya. La actriz que ha viajado a la zona por primera vez ha afirmado, igual que el resto de asistentes, que ha quedado impresionada con el calor humano que transmiten sus habitantes y las inhumanas condiciones en la que viven los saharauis.

"Es una vergüenza y no hay derecho a que la gente viva de este modo sólo por intereses políticos y económicos de los gobierno", denuncia el actor José Luis García Pérez sentando en una jaima rodeado de alfombras. "Precisamente este es un festival que no necesita alfombra roja".

Entre la multitud de espectadores, muchos rostros conocidos como el de Fran Perea, Guillermo Toledo,  Eduardo Noriega, Álvaro Longoria, Javier Fesser o Macaco, que allí ha grabado su último videoclip.

Che, la ganadora

Ante un público muy diferente al habitual se han proyectado 40 películas. Camino (Javier Fesser), Che, argentino (Steven Soderbergh), Los crímenes de Oxford (Álex de la Iglesia), Sólo quiero caminar (Agustín Díaz Yanes), Retorno a Hansala (Chus Gutiérrez) o el Truco del manco (Santiago A. Zannou) son algunos de los títulos que se han visto.

El favor del público se lo llevó la película Che guerrilla que recibió la Camella blanca, el primer premio del festival, que no es competitivo y cuyos galardones se conceden a través de la votación de los espectadores.

Para ellos con eventos como este, el cine se libera de las salas cerradas y declara su solidaridad con el pueblo saharaui y de este modo alimenta la esperanza de miles de personas que esperan volver a su tierra.

Según Guillermo Toledo "están organizados como si pensaran que se iban a quedar aquí para siempre, tienen médicos, escuelas, alcalde, pero en realidad lo construyen para el día que vuelvan a sus casas no tener que volver a empezar de cero".

Un festival que quiere morir

Para actores como Eduardo Noriega este es un evento sin afán de perdurar en el tiempo: "Es el único festival que ha nacido sin vocación de continuidad, ojala algún día no haya necesidad de celebrar este festival para denunciar la situación de estas personas".

El Sáhara Occidental es uno de los 16 territorios no autónomos que está bajo la supervisión de las Naciones Unidas. En 1976, su antigua potencia colonial, España, abandonó el Sahara occidental en manos de Marruecos y Mauritania.

Pero esta soberanía marroquí no es reconocida por las Naciones Unidas y es rechazada por el grupo armado Frente Polisario, que proclamó su independencia con el nombre de República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en 1976.

Para escritores como Manuel Vicent esta sigue siendo, 34 años después, una situación pasajera: "Esta es una situación de tránsito para el pueblo saharaui pero el verdadero peligro es que ese tránsito se haga eterno porque un tránsito definitivo es la muerte".

"Algún día el festival se hará en un Sáhara libre", ha augurado su director Javier Corcuera.