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El Papa dice que la guerra étnica, la corrupción y el aborto ensombrecen a África

  • Un millón de personas asisten a una misa celebrada por Benedicto XVI en Angola
  • El Papa ha exhortado a África a "levantarse" y liberarse de todos los males
  • El Obispo de Roma ha pedido el fin del conflicto de los Grandes Lagos
  • Más de 200 médicos han prestado servicio durante la misa, seguida por 900 periodistas

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El Papa lamenta la muerte de dos jóvenes

El Papa Benedicto XVI ha señalado este domingo ante más de un millón de personas que las guerras, la rivalidad étnica, la corrupción, la avidez y el aborto ensombrecen a África. 

En el transcurso de una misa celebrada en Luanda, capital y principal ciudad de Angola, ha exhortado al continente africano a "levantarse" y liberarse de todos los males y crear un futuro de reconciliación, justicia y paz.

"Levantaos, poneros en camino. Mirar al futuro con esperanza, construir algo destinado a durar y dejaréis a las generaciones futuras una herencia de reconciliación, justicia y paz", ha dicho el Papa en medio de los aplausos de miles de fieles venidos de otras provincias y de países limítrofes tras horas y horas de viaje en destartalados autobuses.

Fin al conflicto de los Grandes Lagos

Tras expresar su satisfacción por estar en "esta bella y sufrida tierra", el Papa se ha referido a las guerras que ensangrentan el continente africano y ha dicho que estas contiendas han logrado destruir las familias, propiciado el odio y la venganza y sólo han creado destrucción e injusticias.

El Papa ha hecho durante la ceremonia un llamamiento para que se ponga fin al conflicto de los Grandes Lagos, ha expresado su solidaridad con los que sufren y ha animado a proseguir en su labor a todos aquellos que llevan adelante "el difícil proceso de diálogo, de la negociación y del cese de la violencia".

"¡Qué grande es la oscuridad en tantas partes del mundo, también en África. Pensemos en el flagelo de la guerra, en los frutos feroces del tribalismo, las rivalidades étnicas, la avidez que corrompe el corazón del hombre, esclaviza a los pobres y priva a las generaciones futuras de los recursos que necesita para crear una sociedad más solidaria y justa", ha denunciado.

Espíritu de egoísmo

Benedicto XVI, al que se le ha visto en algunos momentos con aspecto cansado debido al fuerte calor y que se limpiaba el sudor con un pañuelo, ha señalado como otros de los problemas de África "el insidioso espíritu de egoísmo que encierra a los individuos en si mismos y divide a las familias".

El Obispo de Roma ha añadido que ese egoísmo suplanta los grandes ideales de generosidad y abnegación y lleva "inevitablemente al hedonismo, a la droga, a la irresponsabilidad sexual, a la debilidad del vínculo matrimonial, a la destrucción de la familia y a la eliminación de vidas humanas mediante el aborto".

El Papa les ha animado a no tener miedo y a demostrar el amor a los vecinos, "sin tener en cuenta la raza, la lengua o la etnia", y ha precisado que la Palabra de Dios es "esperanza" y que los, mandamientos no son una carga, sino una fuente de libertad.

"África es un continente de esperanza, pero que tiene sed de justicia, de paz, de un sano e integral desarrollo que puede asegurar a su pueblo un futuro de progreso y paz", ha asegurado.

Benedicto XVI ha hecho asimismo un llamamiento a los jóvenes, a los que ha dicho que son el futuro del país, "la promesa de un mañana mejor".

La misa ha comenzado con unas palabras de pesar del Obispo de Roma por la muerte, este sábado, de dos jóvenes en una avalancha cuando pretendían asistir en el estadio "Dos Coqueiros" de Luanda al encuentro de decenas de miles de muchachos angoleños con el Pontífice.

El Papa ha expresado su solidaridad a los familiares y amigos y su "más vivo pesar" por el hecho que habían ido a verle, ha afirmado.

71 obispos

La misa se ha desarrollado bajo un fuerte calor en la explanada Cimangola, al lado de una cementera y con el Atlántico como fondo y en la misma han participado 71 obispos de la conferencia regional de prelados del sur de África (IMBISA), a la que pertenecen Angola, Santo Tome, Botsuana, Sudáfrica, Suazilandia, Lesoto, Mozambique, Namibia y Zimbabue. También han asistiedo obispos de otras naciones limítrofes.

Las ofrendas las han realizado mujeres con vestidos típicos, que han llevado en la cabeza grandes cestas con frutas e incluso animales vivos, mientras sonaba música tradicional.

Más de 200 médicos han prestado servicio durante la misa, que ha sido seguida por 900 periodistas, la mitad extranjeros.