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"¿Qué le quita el sueño a José Luis?"

  • Zapatero se ha enfrentado en TVE a estudiantes, ejecutivos e incluso un sacerdote
  • La crisis económica y el desempleo han acaparado más de la mitad de las preguntas
  • No ha habido cuestiones sobre terrorismo y apenas una mención a la crispación política
  • Izaskun Buelta, una dependienta con síndrome de Down, ha emocionado al presidente
  • "El armamento que nosotros vendemos a Israel no se ha utilizado para matar palestinos"
  • Ha evitado responder a un sacerdote si un embrión o un feto es un ser humano
  • Elige la mejor pregunta que le han planteado al presidente del Gobierno

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Tengo una pregunta para usted - ¿Qué le quita el sueño a José Luis?'

Le han preguntado por la marca de los coches oficiales, por su mayor error desde que preside el Gobierno, por lo que le cuenta a su esposa al acabar el día... El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha sometido a las cuestiones de los ciudadanos en Tengo una pregunta para usted, que se ha centrado, como era previsible, en la economía, pero que ha dejado otros momentos reseñables.

Quizás el más emotivo -también para el presidente, según ha reconocido tras el programa en Radio Nacional- ha sido la pregunta de Izaskun Buelta, una dependienta con síndrome de Down que ha hecho gala de firmeza inquiriendo al presidente por la ausencia de discapacitados trabajando en el Congreso de los Diputados.

"Te agradezco mucho el ejemplo que has dado, demostrando a todos que puedes hacer tu trabajo mejor o igual que cualquier persona", ha comentado Zapatero. Izaskun ha sido rápida: "Luego te doy el currículum". Una vez acabado el programa, el jefe del Ejecutivo lo ha recogido.

Begoña Santamarina, ejecutiva en una agencia de viajes, ha optado por entrar en el terreno personal, con una pregunta "de tú a tú": "¿Qué es lo que le quita el sueño a José Luis?". El presidente ha asegurado que son "las personas que pierden un empleo" y Begoña ha insistido: "Usted es un espadachín del verbo.  Cuando alguien comparte su vida con alguien, le comenta lo que le ha sucedido. ¿Qué comenta usted?". En realidad, era una pregunta para Sonsoles Espinosa, la esposa de Zapatero.

La economía, preponderante

El jefe del Ejecutivo, que ya conocía el formato, se ha sentido cómodo en la mayoría de las preguntas y en algunos casos se ha extendido profusamente. Pese a que Lorenzo Milá ha tratado de agilizar las intervenciones desde el principio, el presidente ha respondido bastantes menos preguntas que en su primera comparecencia: solo ha contestado a 25 personas, mientras que en marzo de 2007 fueron 42.

La crisis y sus consecuencias han acaparado más de la mitad de las preguntas: siete de ellas se han centrado directamente en la situación económica y en las previsiones que hizo al respecto el Gobierno, mientras que cinco han tocado el desempleo. "Sé que hoy vamos a hablar fundamentalmente de la crisis económica", auguraba Zapatero al empezar el programa.

Sin embargo, las preocupaciones de los ciudadanos han cambiado: si en 2007 -cuando hubo una docena de cuestiones económica y sociales- giraban en torno a la vivienda y la inflación, en 2009 preocupa sobre todo el paro -en el plató había cuatro parados y todos han preguntado-. En cualquier caso, Zapatero se ha encontrado cómodo en este ámbito: la labor de sus asesores ha dado sus frutos y el presidente ha podido desgranar la batería de datos y medidas que había atesorado.

Aprietos

De hecho, la primera vez que el presidente ha parecido titubear ha sido ante Rafael Lafuente, un traductor de Granada que ha reprochado al Gobierno que defienda los derechos humanos mientras aumentan sus exportaciones de armas. Cuando Zapatero ha aludido a la "insignificante" cantidad de armas que España vende a Israel, Rafel le ha espetado: "¿Cuántos civiles palestinos han matado nuestras armas?". "El armamento que nosotros vendemos a Israel no se ha utilizado para eso", ha asegurado el presidente.

Poco después, el presidente se veía obligado a explicar, más de cinco años después, porque no se levantó ante la bandera de Estados Unidos en el desfile del 14 de octubre de 2003: "Yo no permanecí sentado ante la bandera de Estados Unidos, que respeto. Yo permanecí sentado ante las tropas de los países que estaban en la guerra de Irak con nuestros soldados. Todo el mundo conoce mi posición sobre la guerra de Irak: mantuve una actitud de protesta, porque el Gobierno había hecho desfilar a esas tropas. No fue a la bandera, sino al Gobierno, en un desfile que no tiene que incorporar elementos políticos".

Otro momento difícil ha surgido cuando, tras defender una reforma de la ley del aborto, Milá ha dado la palabra a un sacerdote. "Esto se anima", comentaba Zapatero, que, sin embargo, ha evitado responder la pregunta de Javier Quevedo: "¿Usted cree que el embrión o el feto es un ser humano?".

El terrorismo, ausente

Si la economía ha repetido como asunto preponderante, otros han desaparecido por completo casi dos años después del primer tengo una pregunta para usted: no ha habido ninguna pregunta relativa al terrorismo, ya fuera islamista o etarra, que en 2007 apareció en ocho cuestiones. Tampoco a la guerra de Irak, ni a la monarquía.

La crispación política, que en la primera edición mereció dos preguntas por parte de los asistentes, solo se ha mencionado de pasada, cuando Jaime Souto, un jubilado de Getxo, ha comentado: "Los ciudadanos españoles estamos hartos de oír al señor Rajoy criticar a Zapatero y a Zapatero criticar al señor Rajoy". La respuesta ha sido cuanto menos sorprendente: "Es verdad que habitualmente el señor Rajoy y yo parecemos en una trinca política".

El jefe del Ejecutivo tampoco ha podido evitar mencionar en dos ocasiones a la sensación política mundial,  Barack Obama: primero ha equiparado la ayuda directa que prepara el nuevo presidente de Estados Unidos con los 400 euros devueltos con el IRPF y después ha dicho "sentir orgullo" porque Obama mencionase el desarrollo de las energías renovables en España.

Al final, entre las 25 cuestiones, se han colado un par sobre educaciónuna de violencia de género, otra sobre justicia, una sobre sanidad y otra sobre los jóvenes. Y ante la gran cantidad de asistentes que no han podido presentar sus preguntas, el presidente les ha emplazado a acudir directamente a La Moncloa: "si queréis, estáis invitados".