Enlaces accesibilidad

'El Padrino', la oferta que Coppola estuvo a punto de rechazar

  • Paramount acaba de lanzar al mercado una versión restaurada de la trilogía
  • Incluye un documental que muestra los enfrentamientos entre el director y la productora
  • El protagonismo de Pacino y la música de Rota estuvieron en entredicho
  • La productora quería convertirla en una película de gangsters convencional

Por
Fotograma de la escena del restaurante de 'El Padrino' I, que ahora ha sido restaurada.
Fotograma de la escena del restaurante de 'El Padrino' I, que ahora ha sido restaurada.

¿Se imaginan El Padrino sin Francis Ford Coppola de director ni Al Pacino como protagonista, ambientada en San Luis en los años 70, con una música distinta a la de Nino Rota? Pues todas estas claves de esta obra maestra de la historia del cine estuvieron en entredicho en algún momento del rodaje, convertido en una auténtica guerra abierta entre Coppola y la Paramount.

Han tenido que pasar 36 años para que ambas partes se 'reconcilien' y muestren sus miserias en un documental titulado La obra maestra que nunca fue, donde se relatan los momentos más turbios de la filmación.

A cambio, la Paramount logrará suculentos beneficios de los fans que la saga tiene en todo el mundo gracias a su versión restaurada -titulada La restauración de Coppola- que acaba de salir al mercado en Estados Unidos por el módico precio de 69,99 dólares (124,99 en formato BlueRay).

Enfrentamiento desde el principio

La Paramount compró los derechos de la novela de Mario Puzo con la intención de convertirlo en la típica película de gangsters. Lo que no esperaban es que se convirtiese en todo un best seller, lo que hizo que estuviera a punto de abandonar el proyectro tras ofrecérselo sin éxito a directores como Elia Kazan, Arthur Penn y Costa-Gavras.

Entonces aparece el joven Coppola, al que tampoco le entusiasma el proyecto, y que decide meterse en él para lograr el dinero suficiente para poner en marcha los proyectos de su productora independiente, Zoetrope.

Con esta perspectiva, no es extraño que las disputas entre el director y la productora se iniciasen en el mismo casting, con un Coppola empeñado en que Brando sea Vito Corleone -cuando se consideraba por la época como un cáncer para conseguir una buena recaudación- y que apuesta por jóvenes valores sin apenas experiencia como James Caan y Robert Duvall. 

Pero, sobre todo, el problema era Al Pacino, un bajito y moreno Michael Corleone que los estudios querían que fuese alto y rubio -y en concreto, Robert Redford.

Más diferencias

Además, el director no se quedó ahí. Tras el reparto, llegó la música de Nino Rota, que no le gustaba al estudio, y la fotografía sombría de Gordon Willis, considerada demasiado oscura.

Más aún, las diferencias llegaban hasta el lugar donde querían rodar -el director se empeñó en hacerlo en Nueva York, la Paramount, en San Luis- y la época en la que estaría ambientada, ya que el director vio claro desde el principio que debía estar situada en los años 30, como una metáfora de la formación del país a través de la violencia.

"Había gente en el equipo de rodaje que quería hacerse con la producción", recuerda en el documental George Lucas, protegido y amigo de Coppola en declaraciones recogidas por la CNN.

En el mismo también se relata cómo la película, poco a poco, se va convirtiendo en algo diferente de lo que se pensaba. 

"La pregunta que cundía hasta ese momento era '¿Qué es esta película? No está yendo de la forma en que pensábamos que iría, fuera lo que fuese", recuerda el editor de sonido Walter Munch.

El momento al que se refiere Munch es la escena en el restaurante en la que Michael Corleone mata a dos de sus rivales, uno de los momentos magistrales de la película.

Escrupulosa restauración

Precisamente esta escena es una de las protagonistas de la restauración, debido a que se rodó durante dos días, pero el material rodado en uno de ellos no fue procesado correctamente, por lo que tiene una apariencia menos limpia.

En general, el sol brilla más aún en la boda de Connie Corleone, que abre la trilogía, y las sombras se hacen más oscuras en el despacho de Michael en la segunda parte de la saga.

Este trabajo, en el que se han invertido más de 1.000 horas, se ha producido en buena parte gracias a Steven Spielberg, al que Coppola pidió en 2005 que mediara con la Paramount, que acababa de comprar su productora, Dreamworks.

'La guerra de las galaxias italiana'

Spielberg no se negó y eso pese al efecto devastador que tuvo la película de su amigo. "Sentí que debería retirarme, que no había razón para seguir dirigiendo porque nunca alcanzaría ese nivel de confianza, esa habilidad para contar una historia", cuenta en otro de los 'extras' del DVD el director de Tiburón.

En él, se repasa el efecto que ha tenido la película en la cultura contemporánea norteamericana, marcada por frases como "Tengo una oferta que no podrá rechazar". 

Personalidades como David Chase, creador de Los Soprano, o Trey Parker, el 'cerebro' de South Park, cuentan por qué admiran la trilogía. Para Joe Mantegna, actor que sale en la tercera -y para algunos fallida- entrega, la razón está clara: "El Padrino era como 'La guerra de las galaxias' italiana".