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Fernando Lugo, el obispo de los pobres

  • Hace dos años decidió liderar la oposición y fue suspendido por el Vaticano
  • Dedicado a los desfavorecidos, se identifica con la Teología de la Liberación
  • Tiene el apoyo de los movimientos sociales, pero también del Partido Liberal

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El ex obispo católico Fernando Lugo, considerado uno de los referentes de la Teología de la Liberación en Paraguay, buscará la reconciliación del país si gana la Presidencia y termina con seis décadas de poder de los conservadores.

Lugo, de 56 años, dejó hace dos su responsabilidad en la Iglesia para liderar un movimiento de oposición al Partido Colorado. Esa decisión le costó la suspensión a divinis de la Santa Sede.

Logró unir un amplio espectro ideológico, con el centenario Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA, centro-derecha) como principal sustento electoral y una treintena de grupos minoritarios y organizaciones de izquierda.

Para varios sectores, incluidos los grandes propietarios rurales, es un "peligroso izquierdista", porque no olvidan su trabajo a favor de los pobres durante una década, desde que en 1994 lo ordenaron obispo de la diócesis de San Pedro, una de las zonas rurales más conflictivas del país.

No obstante, Lugo ha insistido en su campaña que gobernará el país con "todos" incluidos los "colorados", excepto con "la rosca mafiosa", como define a grupos que han copado el poder durante más de 61 años, a los que responsabiliza de la pobreza y los males del país.

Lugo nació el 30 de mayo de 1951 en San Pedro del Paraná, en el departamento de Itapúa (sur). Su familia sufrió la represión durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-89).

Se liceció en Ciencias Religiosas en la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción y se ordenó sacerdote en 1977. Inmediatamente después se fue de misión a Ecuador, donde comenzó a identificarse con la Teología de la Liberación. En 1983 se refugió en Roma para realizar estudios de Espiritualidad y Sociología y licenciarse en Doctrina Social de la  Iglesia.

A finales del 2004 pasa a ser obispo emérito y en menos de un año surge como una figura política por sus críticas al gobierno. En marzo de 2006, encabeza el movimiento Resistencia Ciudadana que agrupaba a los principales partidos opositores, los sindicatos y más de un centenar de asociaciones civiles. Llegaron a pedir un juicio político al presidente Duarte.