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Fútbol | Inglaterra 2-2 España

El resultado maquilla un mal partido

  • Inglaterra superó a España durante 80 minutos
  • La selección empata tras ir por detrás durante todo el encuentro
  • Iago Aspas contagia con su ímpetu a todo el equipo

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Iago Aspas despierta a España
El delantero de la selección española, Iago Aspas fue el artífice del empate en Wembley.

Saltaba la selección española a un escenario mítico como es el estadio de Wembley para disputar un partido amistoso frente a una Inglaterra que había ganado a Escocia 3-0 en la fase de clasificación y que planteó el partido como un partido oficial por intensidad y carácter. Su ímpetu durante la primera mitad y gran parte de la segunda anuló el juego de la selección que no pudo realizar su juego habitual y que estuvo a punto de naufragar a no ser por un arreón final que maquilló el resultado.

Alineó Lopetegui a un equipo lleno de novedades, con una defensa inédita con Íñigo Martínez, Nacho, Carvajal y Azpilicueta en defesna que se vio sorprendida por un conjunto inglés muy rápido en sus acometidas sobre todo con un Vardy muy incisivo que provocó el penalti con el que los ‘pross’ abrieron el marcador y marcó el segundo de cabeza en la segunda parte. En el centro del campo la novedad fue Juan Mata y arriba Aduritz que no tuvieron su noche al igual que el resto de jugadores de la selección.

El peor partido de la era Lopetegui

La selección salió fría a Wembley y no entró en juego en ningún momento al verse superada por una Inglaterra que presionaba la salida del balón español para robar y montar sus contras que tan buen resultado les dio. El combinado nacional, con un Busquets muy cubierto no pudo elaborar el juego de inicio y después ni Thiago ni Mata pudieron ayudar en la creación. La circulación del balón era lenta y no pudieron superar en ningún momento la línea de presión inglesa. Tampoco la precisión en los pases era la habitual en un equipo acostumbrado a mover el balón con mucha velocidad, lo que propiciaba que los ingleses robaran y montaran sus contras.

El regalo del penalti

No jugaba bien España y en uno de los ataques ingleses llegó el penalti tras un balón que al que no llegó Iñigo Martínez y que Pepe Reina no pudo atajar derribando a Vardy y dando la primera opción de gol a los ingleses que no fallaron. Lallana materializó el penalti, colocaba a Inglaterra por delante y les daba toda la confianza en su juego. A partir de ese momento Inglaterra jugó con más seguridad a la hora de presionar, robar y montar las contras, un juego poco vistoso pero que les dio réditos suficientes para seguir por esa línea. Ya en la segunda parte fue Vardy quien puso de cabeza el 2-0 en el marcador.

Partido gris de Aduriz

Se ganó el delantero del Athletic de Bilbao la titularidad tras marcar en el partido anterior ante Macedonia, pero su participación fue nula durante el tiempo que estuvo en el terreno de juego. Condicionado por las pocas llegadas de los hombres del medio campo como Thiago o Mata, el 9 de España no bajaba a recibir ni a hacer las ayudas asociándose en muy escasas ocasiones con sus compañeros. No pudo hacer su juego de recibir de espaldas para habilitar a otros compañeros ni remató a puerta en ninguna ocasión.

Reacción en un escenario mítico

Pero a pesar del mal partido, España no se rindió y achuchó desde el minuto 80. Los cambios que introdujo el seleccionador con Koke e Isco en el centro del campo, Morata arriba y sobre todo Iago Aspas hizo que la selección apelara al orgullo para no irse de Wembley con una derrota dolorosa. El golazo de Iago Aspas dio alas a un equipo que siguió empujando y que encontró el premio en el minuto 95 cuando Isco puso el empate en el marcador. España pudo irse de Londres con la primera derrota de la era Lopetegui pero apeló al coraje y a la furia para maquillar un resultado que no tapa muchos de los defectos que se vieron en el juego español.

Iago Aspas, el revulsivo

Fue un debutante el que puso el ímpetu que contagió al resto de sus compañeros e hizo un espectacular gol que ponía el 2-1 y daba esperanzas a la Roja. El delantero del Celta recogió un balón en tres cuartos de campo, inició la conducción y cuando pisó el área lanzó un latigazo que destrozó la escuadra derecha y silenció Wembley. En el último suspiro, Carvajal conectó con Isco que soltó uno de esos chispazos de genio para poner las tablas en el marcador.